Si el futuro de Coepasigue sin estar despejado, la CEV tampoco se libra de los problemas. Cuatro antiguos trabajadores de Cierval han decidido recurrir el Expediente de Extinción de Empleo (ERE) por el que fueron despedidos cuando la patronal autonómica acordó su disolución y han optado por incluir en su demanda a las tres organizaciones provinciales fundadoras -es decir, Coepa, la CEV y la castellonense CEC- al considerar que formaban «un grupo de empresas». Pero, además, los exempleados de Cierval reclaman que se reconozca la sucesión empresarial entre esta organización y la que preside Salvador Navarro, por lo que entienden que debería «subrogarse» de sus obligaciones. Es decir, o pagarles la indemnización por despido improcedente o readmitirlos.

De momento ya han interpuesto una demanda de conciliación ante el Servicio de Mediación y Arbitraje de la Consellería de Economía, como paso previo a la reclamación judicial. El problema es que, si el juzgado les da la razón y considera a la CEV sucesora de Cierval, ésto podría abrir la espita para que otros acreedores de la extinta patronal autonómica también reclamen su deuda a la confederación liderada por Navarro.

En su escrito, los ex trabajadores aseguran que existía una «caja única y confusión patrimonial» entre las cuatro patronales y apuntan, por ejemplo, que cuando Cierval no tenía caja para abonar las nóminas, era CEV quien se hacía cargo. O que la organización autonómica pagó seguros sociales de los empleados de Coepa.

Pero, sobre todo, recalcan que la CEV «persigue ser la sucesora universal de toda la actividad desarrollada hasta ahora por Cierval» como patronal autonómica. También destacan que los trabajadores de la confederación valenciana ya han empezado a asumir la representación que ejercía la autonómica en diversos órganos de representación institucional. Por tanto, consideran que existe una continuidad entre ambas.

Las consecuencias

Ante la posibilidad de que la CEV tenga que asumir nuevas deudas y el rechazo a su propuesta de integración, el presidente de Coepa, Francisco Gómez, señaló ayer que la patronal alicantina deberá «reevaluar» si aún quiere incorporarse al proyecto liderado por Salvador Navarro. «No sabemos cómo puede acabar esto y si, además de las deudas, la CEV también heredará las causas penales que había contra Cierval», como responsable subsidiario de la denuncia por fraude en subvenciones contra Castellón, apuntó Gómez, quien el próximo lunes deberá explicar la situación ante la asamblea general de la patronal alicantina. En este sentido, Gómez reveló que Cierval no ha abonado a Coepa más de 140.000 euros de las subvenciones por la Ley de Participación Institucional de 2015, un dinero que, según explicó, tenían reconocido como crédito para sus trabajadores, por lo que éstos también podrían reclamarlo a la CEV, si se la declara sucesora. En cualquier caso, tampoco quiso cerrar la puerta a un posible acuerdo con València aunque, eso sí, sólo si este permite que Coepa tenga «una representación adecuada», es decir, un número de vocalías acorde al peso de Alicante en la Comunidad.

Por su parte, fuentes del entorno de la CEV restaron importancia a la demanda de los ex trabajadores de Cierval ya que consideran que no prosperará. Por el contrario, aseguran que aceptar la incorporación de Coepa en los términos que ésta quería sí podía haber dado pie a que se interpretara que la CEV era lo mismo que la antigua Cierval.