Llegó el momento de la verdad. Tras los tiras y aflojas que han mantenido en los últimos meses, finalmente, el presidente de la CEV, Salvador Navarro, y el de Coepa, Francisco Gómez, iniciaron ayer las negociaciones para la incorporación de la patronal alicantina al nuevo proyecto de organización autonómica que lidera el primero y que pretende ocupar el hueco que en breve dejará Cierval, en vías de liquidación.

Después de las numerosas presentaciones que Navarro ha realizado de su propuesta y de la reunión que mantuvo el pasado 2 de mayo con la junta directiva de Coepa, era Gómez quien debía mover ficha. Y así lo hizo. El planteamiento que el representante de los empresarios alicantinos dejó sobre la mesa supondría que Coepa se integraría con fuerza en la nueva CEV ya que estaría dispuesta a pagar nada menos que 100 vocalías en su asamblea, lo que representaría un desembolso de cerca de 130.000 euros anuales.

En la práctica esto supondría que casi todos los ingresos que ahora recibe la organización alicantina por las cuotas de sus asociados irían directamente a pagar su adhesión a la nueva organización autonómica por lo que, a cambio, desde Coepa exigen que sea la CEV quien se haga cargo de sus gastos de funcionamiento -los dos trabajadores que le quedan en plantilla y los suministros de su sede- y también de los compromisos que establece su plan de viabilidad.

Una propuesta que parece, cuanto menos, complicado que acepte Salvador Navarro, que ya ha dejado claro que no quiere que los problemas que arrastran Coepa o la CEC castellonense -si es que ésta última también se integra- acaben afectando a la nueva estructura. Desde Alicante recuerdan, no obstante, que será la CEV autonómica la que reciba todas las subvenciones previstas en la Ley de Participación Institucional, que hasta ahora se repartían las provinciales, por lo que no consideran descabellada la propuesta. En cualquier caso, ambas partes dejan claro que se trata tan sólo de una propuesta inicial y se muestran dispuestos a negociar y a buscar alternativas para llegar a un acuerdo.

En este sentido, hay que recordar que la prioridad de Coepa es mantener su personalidad jurídica y encontrar una fórmula que le permita cumplir con el convenio que firmó para salir del concurso de acreedores. De lo contrario, sus responsables podrían incurrir en responsabilidades personales.

Independencia

En cuanto al encaje en la estructura diseñada por Salvado Navarro, Coepa quiere que se la reconozca como el nuevo consejo empresarial provincial que prevé la propuesta de la CEV aunque, con los cien vocales que aspira a tener en la asamblea, tampoco tendría problemas para controlar este organismo si se elige por votación. En cualquier caso, los alicantinos quieren que este consejo tenga total independencia para nombrar a los delegados de la patronal en los foros de representación de ámbito provincial y local. También reclaman al menos tres sillones en el comité ejecutivo de la nueva organización autonómica, además de la vicepresidencia que ya ofrece Navarro.

Igualmente, la propuesta de Coepa plantea que la provincia sea la sede de tres de las comisiones de trabajo de la nueva patronal autonómica: la relativa al Agua, la de Turismo y la de Urbanismo y Territorio.

Aunque será difícil que la propuesta de Coepa salga adelante tal cual se presentó, ambas partes señalan que, como mínimo, supone un punto de partida para empezar a negociar. Eso sí, ni la patronal alicantina ni la CEV quieren que el proceso se alargue excesivamente y señalan que su objetivo es haber llegado a alguna conclusión a lo largo del verano.