Arturo León salió elegido ayer secretario general de CCOO-PV en el XI Congreso, que se celebró en València, al haber obtenido 170 a favor de un total de 305, frente a los 131 que recibió Jaume Mayor que encabezaba la lista alternativa. Asimismo, la candidatura que encabezaba León ha obtenido 164 votos a favor para la Comisión Ejecutiva, lo que supone una representación de 15 miembros en la dirección del sindicato, frente a los 11 que tendrá la lista de Mayor que ha obtenido 136 votos.

León se presentaba a secretario general de CCOO PV y lideraba la candidatura «oficialista» después de que el hasta ahora líder de la organización sindical en la Comunidad, Paco Molina, decidiera en la noche antes de iniciarse el congreso no optar a la reelección por las disputas para ocupar los puestos de responsabilidad de las distintas secretarias.

De este modo, Arturo León, que ha sido responsable del área de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de la federación, ganó a la propuesta alternativa que lideraba el secretario de Acción Sindical, Jaume Mayor, que proponía mayor «participación y transparencia» a la organización.

En declaraciones a los medios de comunicación, León explicóque su objetivo es centrar su acción política con «la mirada puesta en las personas, nosotros sufrimos y padecemos con las personas que no tienen recursos, con los 420.000 desempleados de la Comunidad o los cerca de 4 millones en el conjunto del Estado».

Asimismo, diojo que defenderá a los colectivos más vulnerables como los jóvenes con «trabajo precario», los «falsos autónomos», las mujeres que tienen que alcanzar una igualdad de derechos reales, la gente que trabaja «sin estar dada de alta en la Seguridad Social» y el colectivo LGTBI.

«Eso es lo que nos va a motivar, nuestra acción hacia afuera, vamos a luchar por un estado social que se ha visto muy deteriorado por los recortes», subrayó.

Para León, estos últimos años han sido «muy duros» y con una crisis «tremenda» y, aunque admitió que ahora las perspectivas macroeconómicas son «distintas», lamentó que estas mejoras «no se traducen en mejoras reales para las personas».