Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Las inmobiliarias alicantinas ya tienen lista de espera para los alquileres

Los profesionales aseguran que la reactivación económica y las dificultades para acceder a un piso en propiedad han disparado la demanda de arrendamientos

Las inmobiliarias alicantinas ya tienen lista de espera para los alquileres rafa arjones

«Ahora mismo, si entra un piso en condiciones, no dura ni tres días. ¡Y eso eligiendo al inquilino!», asegura José Luis Castellano, el director comercial de la inmobiliaria ilicitana Vivienda Plus. «El desfile de personas buscando alquileres es constante. Recibimos entres seis y ocho peticiones diarias y tenemos decenas en lista de espera», señala, por su parte, el responsable de Remax Abaco, Juan Carlos Sempere. Son solo dos ejemplos de la situación en que se encuentra el mercado de alquiler en la provincia, donde el aumento de la demanda que se ha producido en los últimos dos años no ha ido acompañado de un incremento similar de la oferta y empieza a ocasionar problemas para aquellos que buscan un piso en arrendamiento en la provincia, sobre todo en los grandes municipios.

La primera consecuencia, además de la propia dificultad para encontrar un piso libre y en buenas condiciones, es que los precios han empezado a subir con fuerza en la mayoría de poblaciones, como muestran los datos facilitados por los principales portales especializados. Así, Idealista cifra en un 6,3% el incremento de precios del año pasado en el conjunto de la provincia -más de cuatro veces el IPC, que fue del 1,5% y por la subida de la gasolina-, una cifra que asciende al 7,6% en Elche; al 8,7% en Alicante y que supera el 10% en Santa Pola. Por su parte, Fotocasa calcula un encarecimiento medio del 7,9% para el conjunto de la demarcación, desde febrero de 2016 al mismo mes de este año, con un incremento del 8,4% en la capital; del 10,2% en Sant Joan, del 14,2% en Orihuela o del 22,9% para Santa Pola.

La situación aún dista mucho de la que se da en algunos barrios de Madrid o Barcelona -donde muchos inquilinos se han visto obligados a hacer las maletas tras la finalización de sus contratos, al no poder afrontar las nuevas rentas-, pero empieza a ser significativa.

Sin stock libre

«El problema es que la mayor parte del stock ya estaba ocupado por los colectivos que tradicionalmente habían elegido esta opción y cuando se ha incorporado nueva demanda, se ha producido un desajuste», apunta Cristina Casamayor, de la inmobiliaria del mismo nombre. Desde Idealista, por ejemplo, aseguran que ha registrado un incremento del 33% en las búsquedas de alquileres a través de su portal en la provincia, sólo en los últimos dos ejercicios.

Todos los consultados tienen bastante claras las causas de este nuevo «boom» y lo relacionan, por un lado, con el cambio de mentalidad que ha generado la crisis, y, por otro, con la recuperación económica de los últimos tiempos. Sobre esta última, Juan Carlos Sempere señala que la mejora del empleo ha llevado a que «muchas personas que habían vuelto a casa de sus padres y también muchas parejas jóvenes que quieren independizarse se hayan decidido a dar el paso. Y optan por el alquiler porque no tienen suficiente dinero ahorrado para comprar».

Y es que, más allá de la necesidad de tener un empleo estable y un sueldo que permita pagar la letra mensual, el principal obstáculo con el que se encuentran la mayoría de quienes quieren comprar una casa en estos momentos es el dinero para la entrada. Los bancos ya no dan hipotecas por encima del 80% del valor de la casa y, si se suman los gastos, esto exige a los interesados disponer de un mínimo del 30% del valor del inmueble. Es decir, que para adquirir un piso de 120.000 euros hay que tener bajo el colchón alrededor de 36.000 euros, a lo que hay que sumar los muebles y otros dispendios similares. Una cifra inasumible para buena parte de la población que, eso sí, tampoco quiere seguir en el domicilio paterno.

No obstante, el portavoz de Idealista, Carlos Rueda, asegura que la crisis también ha provocado que muchos ciudadanos vean las ventajas de alquilar frente a las de convertirse en propietarios. «Mucha gente que perdió el empleo y que llegó a plantearse cambiar de ciudad, no pudo porque estaba atada por la hipoteca. El alquiler te da más libertad», explica el especialista. «De alguna forma, se está produciendo un cambio de mentalidad y nos estamos acercando más al modelo europeo, donde no se ve el alquiler como una forma de tirar el dinero, como siempre se ha dicho aquí. Además, también hay gente que ha descubierto que con el alquiler puede acceder a viviendas de un estatus superior al que podría permitirse con la compra», señala Rueda.

El temor de los propietarios

El cualquier caso, más que la evolución de la demanda, el verdadero problema ha sido la falta de oferta ya que muchos propietarios de casas vacías todavía se resisten a sacarlas al mercado. «La gente oye de amigos que han tenido malas experiencias y no quieren arriesgarse a tener un inquilino moroso porque aún cuesta mucho desalojarlos», explica el ilicitano José Luis Castellano. Y es que, a pesar de los cambios introducidos en la legislación en los últimos años para vencer estos temores, los procesos de desahucio aún se siguen demorando un mínimo de seis o siete meses, si no hay complicaciones.

No obstante, también es cierto que el aumento de las rentas empieza a atraer a pequeños inversores que ven una oportunidad de negocio y deciden comprar pisos con la única finalidad de arrendarlos. Unos inversores que llegan, incluso, de fuera de la provincia. «Como en Madrid los precios de las casas están tan elevados, sale más a cuenta compra un piso en Alicante porque le sacas más rentabilidad», explica el manager de Remax Ábaco.

Otro factor a tener en cuenta es la proliferación de pisos turísticos en determinadas zonas, que también contribuyen a que exista menor disponibilidad de viviendas para los alquileres de larga estancia. No obstante, como apunta Carlos Rueda, «la realidad es que suponen un porcentaje muy pequeño del parque total de viviendas, por lo que su incidencia es muy puntual».

¿Una nueva burbuja?

La gran pregunta que ahora se plantea es si estamos en el inicio de una nueva burbuja, algo que niega categórica la responsable de estudios de Fotocasa, Beatriz Toribio. «Hay que tener en cuenta que las subidas son importantes porque venimos de mínimos históricos. Pero, en la mayoría de poblaciones, los alquileres siguen muy por debajo del nivel que tenían antes de la crisis». En concreto, según el portal, en la provincia de Alicante el precio medio del metro cuadrado aún sigue un 27% por debajo de su máximo. «La situación tenderá a normalizarse a medida que entre nueva oferta. También hay que tener en cuenta que los problemas se dan en el centro de las ciudades mientras que aún hay oferta libre en la periferia», señala la experta. El tiempo dirá si tiene razón o si los alquileres acabarán en cifras prohibitivas.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats