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Formación

El techo de cristal en las carreras técnicas

Las mujeres son clara mayoría entre el alumnado de la Universidad de Alicante pero su presencia es mínima en las ingenierías

Estudiantes de la Universidad de Alicante en el campus. JOSE NAVARRO

El acceso de la mujer a los estudios superiores está en constante crecimiento en las últimas décadas, pero aún dista mucho de producirse por igual en todas las ramas del conocimiento. Los datos lo reflejan con claridad: las mujeres suponen el 59% del alumnado de la Universidad de Alicante (UA), pero su presencia en las carreras de tipo técnico y en las relacionadas con la actividad física es mínima, o muy inferior a la masculina en el caso de las que tienen más matrícula.

Lo dejan bien claro las cifras de egresados en la institución académica del curso 2014-2015, que reflejan cómo las mujeres son minoría sobre todo en las ingenierías. Un ejemplo de ello es Ingeniería Civil, titulación que terminaron 42 chicas frente a 106 chicos en el citado curso, o Ingeniería en Informática, con 6 mujeres frente a 58 hombres. También se da esta situación en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte: 11 mujeres y 52 hombres. Frente a esto, hay una abrumadora mayoría femenina en carreras vinculadas a áreas como las humanidades y las ciencias de la salud. Como muestra, el grado de Maestro de Educación Infantil, con 297 egresadas y 17 egresados; o Enfermería, con 139 y 42, respectivamente.

Basta con recorrer el entorno de la Escuela Politécnica Superior, los pasillos de sus edificios o echar un vistazo a las mesas de su cafetería para hacerse una idea de la escasa presencia de mujeres en estas titulaciones. Y la UA no debe ser, muy probablemente, ninguna excepción en este sentido. Un caso ilustrativo de esta situación es el de Marisa Risueño, estudiante de Ingeniería Informática: «Esta mesa es el reflejo de la carrera», afirma mientras charla en un descanso de las clases con seis amigos, todos chicos, en la terraza de la cafetería.

Marisa corrobora su condición de singularidad a la vez que reivindica una mayor entrada de las chicas en esta área del conocimiento. Sólo tiene una compañera de clase mujer frente a 18 chicos, «y no está en la misma especialidad que yo». A la hora de explicar por qué cree que hay tan elevada masculinidad de las carreras técnicas, alude a que, tradicionalmente, «los números siempre se han asociado a chicos», añadiendo, eso sí, que en absoluto comparte ese punto de vista. Al contrario, sentencia que «creo que aún hay cierto tabú en la sociedad, que no nos permite mostrar todo lo que somos capaces de hacer. Pero pienso que el problema está más en la educación en Primaria y Secundaria», afirma. A su juicio, ahí puede estar la clave para cambiar la tendencia

Al respecto, Mariola Molina, profesora del Departamento de Matemáticas y coorganizadora de actividades de divulgación y estímulo por la ciencia en niñas y adolescentes, incide en que «aún faltan referentes femeninos, en los que las estudiantes se puedan ver reflejadas». En su opinión, todavía hay «muchos prejuicios establecidos» sobre la mujer científica o ingeniera, «y eso a veces condiciona». La docente incide también en que «la Escuela Politécnica sigue siendo más masculina» en cuanto al alumnado, aunque se felicita de que, en cambio, «en la Facultad de Ciencias está más igualado». Esto último lo demuestran carreras como la de Química, carrera que en el curso 2014-2015 terminaron 19 mujeres y 18 hombres. Sin embargo, señala que mientras tanto en la de Física este curso han entrado 10 chicas frente a 38 chicos.

Por ello, Molina cree fundamental «activar las inquietudes desde bien temprano y favorecer que las niñas sepan que tienen todo un campo por descubrir». Esos objetivos, entre otros, son los que persiguen actividades como Estalmat, que incentivan el talento para las matemáticas entre los estudiantes de 6º de Primaria y 1º de ESO y en cuya coordinación en la Comunidad Valenciana participa ella. El pasado 11 de febrero, el campus de la UA acogió uno de sus encuentros. La creciente presencia de chicas en iniciativas como ésta son una de las razones por las que se muestra «optimista» en este sentido, y confía en que ese gusanillo por la ciencia vaya en aumento.

Algo parecido a lo que debieron sentir en su momento Belén García y Shan Liu, estudiantes del grado de Química, y Jacqueline García y María Sánchez, que cursan Ingeniería Química. Las cuatro aspiran a labrarse un futuro profesional en la investigación, de uno u otro modo, y forman parte de esa presencia femenina en la ciencia todavía incipiente y a la que aún le quedan barreras que superar.

La opinión de las estudiantes

Belén García, estudiante del grado de Química: «Veo cada vez más chicas, se nota un cambio; yo siempre he preferido las ciencias».

Shan Liu, estudiante del grado de Química: «Habría que animar más al estudio de carreras técnicas, espero que vaya cambiando».

Marisa Risueño, estudiante de Ingeniería Informática: «Creo que aún hay cierto tabú social que nos impide mostrar lo que podemos hacer».

Jacqueline García, estudiante de Ingeniería Química: «La sociedad aún asocia el trabajo de ingeniero o frente a un ordenador a un hombre».

María Sánchez, estudiante de Ingeniería Química: «Falta todavía por hacer, pero poco a poco cambia; la prueba son nuestras profesoras».

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