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Los empresarios de Valencia y Alicante oficializan el cisma patronal

La CEV se autoproclama como la nueva patronal de la Comunidad con la única presencia de Fempa como representante de la provincia. Coepa reúne a más de 200 empresarios para reivindicar su representatividad

Más de 200 empresarios participaron en el desayuno con el exministro Margallo organizado por Coepa en el restaurante El Maestral. isabel ramón

La puesta de la primera piedra por parte de Valencia de la que debería ser la futura patronal autonómica oficializó ayer el cisma que existe en estos momentos entre el empresariado de la Comunidad por el modelo de la nueva organización que debe sustituir a la quebrada Cierval. Siguiendo la hoja de ruta fijada por su presidente, Salvador Navarro, la asamblea general de la CEV, hasta ahora de ámbito provincial, aprobó ayer la modificación de sus estatutos para atribuirse a sí misma estas competencias autonómicas y ocupar el hueco de la anterior, sin importarle que la única presencia alicantina de lo que consideraron «hecho histórico» fuera la del presidente de la Federación del Metal, Guillermo Moreno, enfrentado desde hace años con la cúpula de Coepaenfrentado cúpula Coepa.

Mientras tanto, a la misma hora, el presidente de la patronal alicantina, Francisco Gómez, aprovechaba un desayuno informativo con el exministro José Manuel García Margallo para rodearse de los representantes de las principales organizaciones sectoriales de la «terreta» en una demostración de fuerza, y arremeter contra sus homólogos valencianos, a los que acusó de haberse «autoproclamado unilateralmente como patronal autonómica, dispuestos a decidir por nosotros, ignorándonos y marginándonos como las asociaciones más representativas que somos de la provincia de Alicante».

Todo un choque de trenes a distancia que pone de relieve la distinta concepción de la Comunidad que se tiene a norte y sur del Mascarat.

En Valencia, Salvador Navarro volvió a defender su propuesta como «vertebradora» y capaz de «integrar y cohesionar» a los empresarios de toda la autonomía, aunque no atribuya ningún papel a las actuales patronales provinciales y, en su lugar, crea unos consejos territoriales con funciones muy limitadas para cada demarcación, que elegirán los asociaciones sectoriales y las empresas de cada provincia que se integren en la nueva CEV. Durante su discurso se mostró, incluso, conciliador -«estoy convencido de que más allá de las pequeñas diferencias es muchos más lo que nos une», aseguró-, eso sí, sin moverse un ápice de su proyecto inicial, que tanto rechazo ha provocado en la patronal alicantina.

Un acto muy valenciano

Para arropar esta transformación de la CEV de provincial a autonómica, Salvador Navarro contó con la presencia de los cuatro vicepresidentes de CEOE, aunque hay que tener en cuenta que uno de ellos es el valenciano José Vicente González, presidente de la quebrada Cierval; y otro Antonio Garamendi, amigo personal de Navarro. También estuvieron, como suele ser habitual en estos casos, los pesos pesados de las principales instituciones empresariales del «cap i casal», como el presidente de la Cámara de Valencia, José Vicente Morata, y el de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), Vicente Boluda. E, igualmente, como marca la tradición, también se invitó a los responsables de las otras dos patronales provinciales: la CEC castellonense, que estuvo representada por su presidente en funciones, Néstor Pascual; y Coepa, que no acudió a la cita y se convirtió en la ausencia más notable.

A pesar de ser, teóricamente, el alumbramiento de la nueva patronal autonómica, no hubo representación de las asociaciones sectoriales de Alicante y de Castellón a las que la CEV pretende incorporar y a las que ha estado visitando en las últimas semanas Salvador Navarro para tratar de ganarlas para su proyecto. Desde la organización valenciana aseguran que no se las invitó ya que, hasta la modificación de los estatutos de ayer, sus socios seguían siendo exclusivamente los de la provincia de Valencia. Tampoco se vio a ningún miembro alicantino de AVE.

La excepción fue el presidente de Fempa, Guillermo Moreno, quien aseguró a este diario que acudió por invitación personal de Navarro y por la presencia de Garamendi, presidente de la patronal nacional del metal. «Voy donde se me invita y al acto de Alicante nadie me invitó», defendió el empresario. Desde Coepa afirman que sí le remitieron la convocatoria.

En cualquier caso, a nadie se le escapa que Moreno es uno de los miembros más críticos de la patronal alicantina y que aboga por su refundación. Sabedor de las reacciones que iba a generar su presencia en València, recalcó que sólo fue a «ver y escuchar» y que la Federación no ha tomado ninguna decisión sobre su posible afiliación a la CEV o sobre un posible abandono de Coepa.

Mientras esto ocurría en Valencia, en Alicante el desayuno organizado por Coepa lograba reunir a más de 200 empresarios en los salones del restaurante El Maestral, propiedad del consejero delegado del grupo Vectalia y miembro de la dirección de Coepa y de AVE, Antonio Arias. El acto con el exministro Margallo estaba convocado desde antes de que se supiera que la CEV celebraba ayer su asamblea pero, ante el enfrentamiento de las últimas semanas, Francisco Gómez quiso convertirlo en un acto de fuerza para poner a prueba el poder de arrastre de la patronal alicantina.

Al final, contó con la presencia de representantes de todas las grandes asociaciones sectoriales de la provincia, incluidas Hosbec y Avecal, en teoría las más proclives a integrarse en la nueva CEV al tener también carácter autonómico. Eso sí, la primera de ellas estuvo representada por su secretaria general, Nuria Montes, y no por su presidente, Toni Mayor, que se encontraba de viaje. Tampoco acudió el presidente de la Cámara, Juan Riera, aunque sí varios miembros de la misma y de su comisión de patronos.

Durante su intervención inicial en el acto, Francisco Gómez no tardó ni 30 segundos en referirse a lo que estaba sucediendo en ese mismo momento en Valencia. «Un grupo de empresarios se está autoproclamando unilateralmente como patronal autonómica valenciana, dispuestos a decidir por nosotros, ignorándonos y marginándonos como las asociaciones más representativas que somos de la provincia de Alicante», señaló.

Al respecto, Gómez mostró la disposición de Coepa a integrarse en una patronal autonómica pero «sin renunciar a la defensa de los intereses particulares propios de Alicante». Por ello, apeló a una «diferenciación por territorios», para poder «opinar e influir» en los asuntos comunes de toda la autonomía, pero también para «evitar que desde fuera se impongan a la provincia recetas (...) impuestas desde otros territorios». «Necesitamos luchar por nuestra representación territorial para que nadie decida sin nosotros», insistió.

Entre los asistentes muchos eran los que se planteaban si no había llegado el momento de dejar a un lado las disputas internas con Cepyme y Fempa para presentar un frente común. «Al final Valencia va a lograr que nos unamos de verdad», fue un comentario habitual en los corrillos. Está por ver que se consiga.

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