Hace un lustro, el 10 de febrero de 2012, que el Gobierno del PP aprobó la vigente reforma laboral. Una normativa que entonces fue respondida por los sindicatos con la convocatoria de una huelga general, y que a día de hoy siguen reivindicando su derogación «por el impacto negativo que ha causado en el mercado de trabajo», según subrayan desde UGT y CC OO en la provincia.

Para Alicante, la reforma ha dejado, cinco años después, menos paro y más afiliaciones en términos absolutos. Se ha pasado de las 226.227 personas sin trabajo que había en diciembre de 2012 -año en que se disparó el desempleo dentro del largo periodo de crisis- a las 170.046 del último mes de 2016. Son 56.181 parados menos. «Sí, pero aún hay una elevada cifra de alicantinos sin trabajo y, además, 81.012 son parados de larga duración, que llevan más de un año sin trabajo», advierte Yaissel Sánchez, secretaria territorial de UGT en l'Alacantí-La Marina.

La creación de empleo neto, que suele medir el indicador de las afiliaciones a la Seguridad Social, también arroja un balance positivo en este periodo, con 77.428 altas laborales más, al pasar de los 525.385 trabajadores inscritos al sistema en diciembre de 2012 a los 602.813 del pasado año. Pero la controversia de esta reforma viene, fundamentalmente, de la mano de la calidad del empleo que se ha creado en los últimos años. «En estos momentos hay menos horas reales trabajadas que en 2012, por lo que, en verdad, la reforma no ha generado empleo, como se afana el PP en publicitar», critica José María Ruiz Olmos, responsable de comunicación de CC OO en l'Alacantí-Les Marines. Además, el representante sindical incidía en la precariedad del trabajo, «ya que si hace cinco años las jornadas parciales (unas horas) representaban un tercio del total de la contratación temporal, ahora ya superan la mitad».

«Contratación por horas»

En el actual mercado laboral provincial hay «una fragilidad pronunciada. Los contratos de muy corta duración, por horas, de un día de una semana, hacen que una persona parada no pierda su condición de desempleada y sólo sirvan para maquillar las estadísticas, que en muchas ocasiones no responden a la realidad del día a día», aseguraba Yaissel Sánchez. Con datos, la contratación también ha crecido en relación a hace cinco años. De los 417.213 nuevos empleos creados en 2012 se ha pasado a los 604.358 del pasado año. Sin embargo, advierten los sindicatos, todavía sólo un 9,50% son indefinidos y un 90,50%, de carácter temporal.

En esta conformación del mercado laboral que han ido marcando los nuevos criterios de la reforma laboral, los sindicatos destacan «la aparición de la figura del trabajador pobre, que pese a tener trabajo, el salario no le llega para salir adelante», denunciaba Yaissel Sánchez. De acuerdo con los últimos datos de la Agencia Tributaria (AEAT) -correspondientes a las declaraciones de la renta de 2015- el salario medio en la provincia se situaba ese año en los 15.425 euros. Una cuantía que representa la más baja de la Comunidad, donde el promedio de la retribución alcanzaba los 17.019 euros en 2015. «La baja calidad de los empleos y los bajos salarios nos está impidiendo garantizar un nivel de vida digno», sentencia la representante de UGT.

Hace escasamente, una semana en el Congreso se ha aprobado iniciar la tramitación de la propuesta para la creación de una renta mínima de 426 euros para los desempleados sin recursos. Una proposición que surge de una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) promovida por los sindicatos, con el aval de 700.000 firmas. PP y Ciudadanos no respaldaron la iniciativa.

Por otra parte, UGT y CC OO inciden en el «golpe» que ha supuesto la reforma laboral para la negociación de las condiciones de trabajo, «disminuyendo la capacidad de participar en la misma a empleados y a sindicatos», subrayaba José María Ruiz Olmos. «Se ha permitido priorizar a los empresarios los convenios pequeños, de empresa, por encima de los de sector, además de favorecer los descuelgues de convenios», añadía Ruiz Olmos.

Unas circunstancias que, a juicio de Yaissel Sánchez, «han fomentado y sustentando la aparición de empresas multiservicios que desregularizan las condiciones de trabajo en extremo. Y además ha contribuido a que se exponga un mercado laboral a la carta de las empresas».