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El año que las entidades dejaron de vender depósitos y triunfaron las hipotecas a tipo fijo

D. N.

n El desplome de los tipos de interés ha provocado a lo largo de este año importantes cambios en la fisonomía del negocio financiero en España, tanto desde el punto de vista del ahorro, como en la concesión de créditos. Así, las entidades han dejado de ofrecer depósitos a plazo a sus clientes ya que, con el euríbor en negativo, este producto supone una pérdida de dinero para los bancos. Tanto es así que, en el caso de la provincia, los ahorradores ya tienen más fondos en cuentas corrientes -18.439 millones de euros que en depósitos, que a finales de junio ya sólo sumaban 11.468.

Los grandes beneficiados han sido los fondos de inversión, donde ha ido a parar buena parte del dinero que ha salido de los depósitos a plazo, pero también se han amortizado muchas hipotecas y se ha relanzado el consumo de grandes bienes.

Lógicamente, la caída del euríbor también ha provocado que muchas de las hipotecas concedidas durante los años del «boom», con diferenciales de entre el 0,30 y el 1%, hayan dejado de ser rentables para el sector, que trata de compensarlo con un aumento de los créditos al consumo. Además, en las nuevas hipotecas se están potenciando los tipos fijos, que les permiten cobrar intereses más elevados a los clientes, aunque en el futuro puede suponer un mal negocio si los tipos empiezan a subir. Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística muestran que en la actualidad hasta el 24% de las nuevas hipotecas ya se acogen a esta modalidad cuando hace un par de años su contratación era residual.

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