Este jueves el sorteo de la Lotería de Navidad volverá a dejar imágenes de afortunados llorando de alegría y de brindis con champán en plena calle para celebrar que les ha tocado el Gordo. Una lluvia de más de 2.300 millones que cada año consigue ilusionar a todo el país. Pero, ¿qué ocurre cuando se acaban las celebraciones? ¿Cual es la mejor forma de invertir el premio para que no acabe dilapidado? Aquí van unos cuantos consejos para que la alegría no acabe en disgusto.

Sólo un colchón. Lo primero que hay que tener en cuenta es que la cuantía del premio no suele dar para vivir. Por lo general no se acostumbra a comprar más de un décimo del mismo número y, aunque invirtiendo bien una cifra de unos 425.000 euros -si se dispone de algún ahorro adicional- se puede aspirar a una renta de cerca de 30.000 euros brutos anuales, según los cálculos del director general de Gesem AV, Sergio Serrano, nada garantiza que vaya a ser así y lo mejor es tomarlo como un colchón, «una ayuda para vivir mejor».

No dejarse presionar. Lo segundo en lo que insisten los expertos consultados es que no hay que tener prisa en decidir. «El director de la sucursal enseguida nos va a presionar para colocarnos lo que le interese, pero lo mejor es pensarlo tranquilamente», asegura Antonio Gallardo, de iAhorro.com. Así, no es necesario invertir todo el dinero de golpe y, sobre todo, hay que diversificar. En ningún caso, por ejemplo, destinar más de un tercio del premio a inversiones a largo plazo o que sean ilíquidas, como el ladrillo, donde no sea sencillo recuperar el dinero si nos hace falta.

El pellizco de Hacienda. Desde el año 2013, todos los premios de más de 2.500 euros están gravados con un tributo del 20%. Esto significa que, de los 400.000 euros por décimo que reparte el Gordo, los afortunados recibirán 320.500 euros, mientras que la Agencia Tributaria resultará agraciada con los restantes 79.500. Aquellos que compartan deben tener en cuenta que el impuesto se aplica al premio en su conjunto, de forma que aunque cada miembro del grupo reciba menos de 2.500 euros, si el total supera esa cifra, habrá que pasar por caja.

Ojo con las donaciones. Para aquellos que una vez cobrado el premio decidan ser generosos con sus familiares, hay que recordar que las donaciones también pagan impuestos, con tipos que van desde el 7,65% hasta el 34%, en función del importe, como señala Sergio Serrano. En el caso de las donaciones de padres a hijos están exentos los primeros 100.000 euros pero quien apueste por esta opción deberá darse prisa ya que el Consell ha suprimido esta bonificación a partir del próximo 1 de enero.

¿Adiós a la hipoteca? Uno de los destinos más habituales de los premios de lotería es el de «tapar agujeros». Es decir, la cancelación de deudas y, en especial, de la hipoteca. Sin embargo, como afirma Antonio Gallardo, con los tipos de interés por los suelos, no siempre resulta una buena opción. «Hay que tener en cuenta que si se cancela la hipoteca ya no se podrá aplicar en la renta la desgravación por vivienda habitual. Lo mejor es echar cuentas para ver qué sale más rentable», señala el experto de iAhorro.com que, por el contrario sí aconseja liquidar otro tipo de préstamos personales o de la tarjeta de crédito. «Las primeras deudas que hay que cancelar son las más caras, las que pagan más interés, no las más elevadas», insiste.

Pros y contras de invertir en ladrillo. El sector inmobiliario vuelve a ser una buena opción para invertir, una vez que los precios han tocado suelo y empieza a recuperarse. Pero hay que evitar gastarlo todo o una gran cantidad en comprar un solo local o una sola casa porque, en caso de necesidad, vender el activo puede que no resulte tan rápido como hace falta. Por eso, una buena opción, según el director general de Gesem AV, es comprar acciones de alguna Socimi, las nuevas sociedades cotizadas que se especializan en invertir en locales o viviendas de alquiler y que tienen la obligación de repartir en dividendos el 95% de lo que ganan.

Un buen mix de bonos de empresas y renta variable. Los que prefieran las inversiones financieras, lo ideal siempre es combinar diversos tipos para componer una cartera lo más diversificada posible, «que variará en función del perfil de riesgo del afortunado», apunta Serrano. Así, en estos momentos en renta fija es mejor apostar por bonos de empresa a tres o cuatro años -la previsible subida de tipo castigará a los bonos con plazos más largos-; y en el caso de la renta variable, desde la agencia de valores ilicitana, apuestan por la Bolsa europea y española, con especial atención al sector financiero. Por su parte, Gallardo no aconseja meterse en otras inversiones, como el oro o las divisas, que es mejor dejar a los profesionales.