El exrector de la Universidad de Alicante y director del Observatorio para el Análisis y el Desarrollo Económico de Internet, Andrés Pedreño, se mostró ayer contrario a las demandas de algunos sectores tradicionales como el hotelero para aumentar la regulación de los negocios digitales y advirtió de que un exceso de normativa puede frenar el desarrollo de la nueva economía. Así lo aseguró el experto durante el desayuno organizado por el Foro Club INFORMACIÓN-Universidad de Alicante, en el que analizó la situación de la economía digital en la provincia y en el que también alertó de que una legislación excesivamente rigurosa puede colocarnos en una situación de desventaja frente a otras zonas del mundo, como Asia o Estados Unidos, donde no existen estas trabas.

Ya durante su intervención inicial -en la que destacó el gran número de proyectos exitosos que se han generado en Alicante, tanto en el ámbito de la universidad como en el empresarial-, Pedreño llamó la atención acerca de la «sobrerregulación» a la que «se tiene tendencia en Europa». Una circunstancia «que no es buena para la economía digital» y que, en su opinión, es lo que provoca que las grandes compañías tecnológicas tengan sello americano o asiático.

Sin embargo, fue en el turno de preguntas donde se mostró más explícito y rechazó de plano las críticas que han recibido las empresas de la denominada economía colaborativa, que en los últimos tiempos se han centrado sobre todo en las webs de apartamentos turísticos o en las de transporte compartido. «Si los hoteles piden proteccionismo frente a Airbnb se están equivocando», señaló el también catedrático de Economía, que continuó: «Eso nunca ha funcionado más que de forma temporal. Al contrario, el proteccionismo es lo que provocará que la vieja economía se hunda porque frena la adaptación de los negocios».

Digitalizarse o morir

Digitalizarse o morirAsí, frente a los planteamientos restrictivos que propugnan sus portavoces, el exrector emplazó a los hoteleros a «reinventarse» y a ofrecer «experiencias únicas en sus establecimientos» para diferenciarse de los apartamentos. Pero, sobre todo, les animó a «abrazar» la tecnología para beneficiarse de ella. Y es que otro de los mantras que repitió a lo largo de todo el acto es la necesidad de que los sectores de la economía tradicional «se digitalicen». «Es la única forma que tienen de sobrevivir», recalcó y puso como ejemplo la buena gestión del marketing digital que realizan las principales marcas de calzado de la provincia, que les ha permitido consolidarse en plena crisis. También las experiencias de empresas como el Grupo Marjal o Ecisa, en un sector tan complicado en los últimos tiempos como el de la construcción.

En la misma línea destacó la actitud de la industrial del automóvil. «A ningún fabricante se le ha ocurrido pedir proteccionismo ante los coches de conducción autónoma que desarrollan Google u otras compañías. Al contrario, han decidido aprovecharlo y la incorporan a sus modelos para mejorar la seguridad», recordó. Y lo mismo con el sector bancario, que se ha convertido en el principal impulsor de las denominadas firmas «fintech» y que asume la transformación de su negocio como algo inevitable y tratan de adelantarse, según afirmó.

«Primero hay que lograr que la economía digital se desarrolle y luego ya se regulará», insistió el experto sobre el orden de prioridades que deben tener las autoridades sobre estos nuevos negocios.

El debate de la privacidad

El debate de la privacidadAndrés Pedreño tampoco quiso rehuir el debate sobre la seguridad y la privacidad en Internet, ni sobre el bajo nivel de impuestos que pagan las grandes multinacionales del sector, gracias a la ingeniería fiscal que realizan. Preguntado sobre la primera cuestión, el catedrático quiso restar importancia a las amenazas cotidianas que se pueden producir por utilizar Internet comparándolas con situaciones del mundo físico: «Yo ayer tuve que dar datos personales de viva voz a un funcionario de Correos delante de otras personas, ¿dónde queda ahí la privacidad? O a mi señora le saltó la alarma al salir de una tienda y vino un empleado de seguridad que le registró el bolso. También es una invasión de su intimidad», recalcó.

Al respecto, abogó por la educación -«por informar a los usuarios de los riesgos que corren y que sepan cómo actuar», explicó- antes que por imponer nuevas restricciones y destacó la poca efectividad que, a su juicio, han tenido medidas como la obligación de informar sobre las «cookies». «Sólo sirve para que la gente que no tiene mucha experiencia se líe», apuntó. No obstante, reconoció su preocupación por la seguridad y por los ataques de los piratas pero se mostró convencido de que «el propio sistema generará los recursos para solucionar» este problema, por ejemplo, con tecnologías de fuente abierta u «open source», que permiten que la información esté repartida «en miles de ordenadores», lo que hace muy difícil atacarlos a todos de forma conjunta.

En cuanto a las críticas por la denominada «optimización fiscal» que practican las grandes empresas tecnológicas, declarando sus beneficios en aquellos países donde menos impuestos pagan, rechazó en redondo que esto se pueda equiparar a la economía sumergida y abogó por reconocer «el hecho especial» que, a su juicio, supone una transacción por internet. Es más, destacó que la digitalización es, precisamente, una de las mejores formas de acabar con el fraude. Así, dijo no entender la obsesión por poner coto al desarrollo del bitcoin -la moneda virtual que permite pagos en la red- «cuando existe toda esa cantidad de billetes de 500» que sí generan una actividad que escapa mayoritariamente al fisco. «Primero desarrollar, luego regular y fiscalizar», repitió como «leit motiv» de su charla.

Por último, Andrés Pedreño también se refirió a la aplicación de las nuevas tecnologías en la Administración y señaló que éstas deben servir para «simplificar y dar valor» a los servicios que se ofrecen a los ciudadanos. Por ejemplo, lamentó que para realizar la declaración de la Renta exista un manual «de 1.400 páginas».

Más allá de eso, el exrector también destacó el papel que pueden jugar las administraciones en el desarrollo de la economía digital, por ejemplo, permitiendo el acceso a sus bases de datos no confidenciales o favoreciendo proyectos como las «smart cities» y puso a la nueva dirección de Suma Gestión Tributaria como muestra de cómo se puede utilizar la creatividad y la innovación para ofrecer mejores soluciones.