Una vez despejada la incógnita de quién será el próximo inquilino de la Casa Blanca, los sectores alicantinos están pendientes de las medidas económicas que adoptará el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ya que este mercado, que es la mayor potencial mundial, es el cuarto cliente de la provincia.

La mayor preocupación de los empresarios es que su política esté marcada por la tesis del proteccionismo que ha anunciado durante su campaña para Asia o la Unión Europea. Un endurecimiento de los aranceles a los productos foráneos repercutiría a las exportaciones desde Alicante, frenándolas o reduciendo las ventas al resultar más caras.

El efecto no deseado de la contracción mundial

Además, el director del Instituto Interuniversitario de Economía Internacional de la Universidad de Alicante, Antonio Escudero, apunta que una política ultranacionalista que eleve los aranceles puede provocar a medio plazo «un shock en la economía mundial», una contracción económica y otro impacto indirecto en las exportaciones provinciales «sería consecuencia de un posible desplome del PIB mundial, ya que habría menos demanda de productos alicantinos».

El sector del calzado es el principal exportador al mercado estadounidense, con más de 90,8 millones facturados entre enero agosto, una cifra que significa un aumento del 15,5%, según los últimos datos del Instituto de Comercio Exterior.

Desde la Asociación de Empresarios del Calzado de la Comunidad, Avecal, su presidenta, Marián Cano, aseguraba que están pendientes de las medidas que adopte el nuevo inquilino de la Casa Blanca, aunque recordaba que el norteamericano es un cliente consolidado «donde cada vez estamos vendiendo más y que las empresas consideran como una oportunidad de negocio».

En conjunto, Alicante exportó hasta agosto productos por valor de 196,4 millones, que representan una subida del 9,2%. Un aumenrto al que también ha contribuido el alza de las hortalizas, que con dígitos inferiores a los del sector zapatero (9,4 millones), supone duplicar las ventas del mismo periodo de 2015. Para el sector juguetero, con 3,5 millones del valor de sus exportaciones a EE UU, es el primer mercado por detrás de la Unión Europea y considera que en caso de adoptar medidas proteccionistas, la UE en su conjunto tendría que negociar con la Administración norteamericana para reducir el impacto de un posible endurecimiento de los aranceles, según recordaba el presidente de los jugueteros, José Antonio Pastor.

En estos momentos es, sobre todo, la incertidumbre lo que reflejan los mercados, un escenario que no suele beneficiar a la economía, según han venido reconociendo los expertos.

Libre comercio

El presidente del Colegio de Economistas de Alicante, Francisco Menargues, también reconoce su «preocupación» por las consecuencias que puede tener la victoria de Trump, sobre todo si ésta supone un freno para el comercio internacional. «Está más que probado que el libre comercio, con matices, favorece el desarrollo de los países», recuerda Menargues. Aun así, el presidente de los economistas alicantinos confía en la solidez del sistema político norteamericano para atenuar y contrarrestar las decisiones más extremas que pueda adoptar el republicano. «En Estados Unidos la toma de decisiones está muy compensada entre la presidencia y el Congreso y estoy seguro de que eso ayudará a que los cambios no sean radicales», señala Menargues.