El presidente de la Asociación de la Empresa Familiar de Alicante (Aefa), Francisco Gómez, reclamó ayer al conseller de Hacienda, Vicent Soler, que rectifique la última reforma del Impuesto de Sucesiones y Donaciones aprobada por el Ejecutivo valenciano y que, a su juicio, provocará la fuga de numerosos negocios a otras autonomías en busca de una fiscalidad más ventajosa, y dificultará el relevo generacional al frente de las compañías. Fue el conseller el que convocó el encuentro con el objetivo de convencer a los empresarios de que los cambios introducidos iban a tener un efecto neutro o, incluso, beneficioso sobre las compañías de tipo de familiar. Un argumento que los representantes de Aefa no compraron y que contrarrestaron con su propio informe, que entregaron al equipo de Soler.

En este sentido, desde Aefa se mostraron especialmente preocupados por los efectos que tendrá la supresión de la bonificación del 75% que existía para las donaciones «inter vivos», que es la fórmula que muchos empresarios utilizan para traspasar la empresa a sus hijos cuando deciden retirarse. «Si ahora ceder el negocio a los hijos va a resultar más caro, lo que pasará es que se retrasará el relevo en muchas empresas y se frenará la innovación que aportan las nuevas generaciones ya que la gente preferirá esperar para heredar», explicó Gómez a la salida del encuentro. No obstante, en este último caso también será más caro ya que, según la información facilitada por Aefa, también en las herencias se ha reducido del 75% al 50% la bonificación que existía en la cuota de este impuesto.

Los empresarios tampoco están de acuerdo con la decisión del Consell de mantener únicamente para las empresas de menos de 10 millones de facturación la reducción del 95% en el valor declarado de la compañía -lo que significa que sólo se tributa por el 5% restante- con el argumento de que el resto de firmas pueden acogerse a la normativa estatal, que también prevé este porcentaje de reducción. Sin embargo, desde Aefa recuerdan que los requisitos para acogerse a la normativa estatal «son mucho más duros» y, además, «las empresas que lo hacen no pueden aplicarse luego las deducciones autonómicas», lo que se traduce en el pago de una cuota mayor.

Sin efectos

Desde el departamento que dirige Vicent Soler, sin embargo, insistieron ayer en que la reforma «mantiene los beneficios fiscales para la continuidad de los negocios familiares» y que, incluso, los amplía al permitir que se acojan a ellos parientes colaterales, como hermanos o sobrinos. De hecho, aseguran que sólo se empezará a pagar a partir de que la empresa supere los dos millones de euros de valor.