El batacazo que han sufrido durante el primer semestre del año las exportaciones de calzado -auténtico buque insignia del comercio exterior alicantino- ha provocado más de un gesto de preocupación entre el resto de sectores de la provincia que, de momento, han logrado salvarse de la caída pero que no acaban de ver despejado el panorama para los próximos meses. La sensación general es que, tras un final de año 2015 y un arranque de 2016 con un fuerte incremento de los pedidos, en la última parte del ejercicio podría frenarse el crecimiento de la demanda internacional aunque, eso sí, casi todos confían en consolidar las cifras ya conseguidas.

Así las cosas, en estos momentos la palabra más repetida es la de «incertidumbre», un vocablo al que ya empiezan a estar más que acostumbrados los empresarios tras las sucesivas sacudidas causadas por el hundimiento del petróleo, laS dudas sobre la economia china o la ralentización de las economías emergentes, en el ámbito internacional; o, en clave interna, la parálisis inversora derivada de la falta de Gobierno.

En el caso de las exportaciones, son los zapateros los que más dudas tienen sobre los próximos meses y esperan con impaciencia al próximo circuito de ferias para conocer cómo respiran sus clientes, según afirma el presidente de la Federación de Industrias del Calzado de España, José Monzonís, que esta misma semana reconocía que la caída del 14% en las ventas al exterior ya había provocado un descenso del 11% en la producción total. «Ahora mismo somos incapaces de predecir si ha sido un simple tropiezo coyuntural, por una caída puntual de las ventas en varios de nuestros mejores clientes europeos, o si el problema es estructural», explica Monzonís.

La economía mundial se enfría

Tampoco contribuye al optimismo que el propio secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, advirtiese hace unos días de que la coyuntura internacional no era la más adecuada, ante la ralentización de la economía europea y del comercio mundial. Basta recordar que durante el segundo trimestre del año países como Francia, Italia o Austria tuvieron un crecimiento del 0% en su PIB y que todavía no se conocen a ciencia cierta cuáles serán los efectos del «Brexit». Más allá de Europa, tampoco indica nada bueno que las exportaciones de Estados Unidos hayan caído un 6,5% en el primer semestre del año; las de Japón un 8,7% o las de China un 6,9%. El conjunto de exportaciones españolas se salvan de la quema gracias al tirón de la industria del automóvil.

En el caso de Alicante, sin embargo, ocurre lo contrario que a nivel nacional. Buena parte de los sectores productivos cerraron el primer semestre con incrementos en sus cifras de ventas al exterior pero el enorme peso que tiene el calzado (670 millones de euros) sobre el conjunto de las exportaciones de la provincia (2.642 millones) llevaron a que la cifra global fuera negativa. En concreto, se registró una caída del 2,4%.

En busca de nuevos destinos

Desde la Cámara de Comercio de Alicante, que precisamente tiene entre sus objetivos el promover el negocio internacional de las empresas de la provincia, se muestran convencidos de que el calzado sabrá reaccionar y reponerse de esta caída del consumo en la UE. «No es un problema al que se enfrente este sector por primera vez», asegura su presidente, Juan Riera, que anima a seguir con la misma receta que ya conocen los empresarios: apostar por la marca, la calidad, la innovación y la «búsqueda constante de nuevos mercados».

Y es que uno de los problemas en que todos parecen coincidir es en la excesiva concentración de las exportaciones alicantinas en el mercado europeo, donde van a parar casi el 65% de todos los productos que salen de la provincia con destino a algún país extranjero.

Ante esta realidad, desde la Cámara apuestan por abrir mercado en países como Corea del Sur, Indonesia, Marruecos o Argelia, donde ya tiene previsto realizar varias misiones comerciales en los próximos meses. Se trata de mercados donde se ha registrado un crecimiento sostenido del PIB durante los últimos años y donde, al igual que ya ocurre en China, empieza a haber una importante clase media, con una gran capacidad de consumo, según apunta Riera. Del mismo modo, Colombia y Perú deberían recibir especial atención en Sudamérica. Por ello, desde la Cámara instan a la Unión Europea a «avanzar en la firma de tratados de libre comercio en zonas con potencial exportador como Asia» o la ya citada Sudamérica.

Pedidos en «stand by»

En el resto de sectores exportadores de la provincia, de momento, miran de reojo lo ocurrido en el calzado al tiempo que empiezan a notar en carne propia las dudas sobre la evolución económica de los próximos meses. «Lo que nos transmiten los empresarios es que, tras un comienzo de año muy bueno, a partir de mayo y junio el crecimiento de los pedidos se ha frenado y se ha entrado en una especie de situación de "stand by". La gente sigue teniendo trabajo pero la cosa no va a más, no sube», explica Héctor Torrente, director de la Asociación de Empresarios de Ibi (Ibiae), donde se concentran la mayoría de empresas del potente sector del plástico alicantino, que en el primer semestre logró exportar más de 169 millones de euros con sus suministros de piezas para automóviles, menaje o envases para todo tipo de productos.

En su caso, a los factores ya repetidos del posible enfriamiento de la economía europea, el «Brexit» o la incertidumbre sobre la formación de Gobierno en España, se une el temor a que China reaccione a su falta de crecimiento interno con un nuevo vuelco en la exportación, lo que endurecería las condiciones de competencia para los empresarios alicantinos. También están afectando, según Torrente, las presiones de los clientes para bajar los precios, ante la errónea creencia de que el coste del plástico se ha desplomado con la bajada del petróleo, algo que no ha ocurrido.

También cerró la primera mitad del año con buenas cifras la industria del aluminio, que en Alicante tiene nombre propio, el de Aludium, la antigua fábrica de Inespal en la partida de Agua Amarga. Y, al igual que ocurre con el plástico, tras un semestre de crecimientos importantes ahora esperan un final de año de «estabilidad», en palabras del director general de Operaciones y presidente de la multinacional, Manuel Ruano. «El conjunto del sector a nivel mundial va a tener un crecimiento muy moderado -del 1,6%- pero nosotros nos hemos beneficiado de haber robado cuota de mercado a la competencia. Ahora confiamos en mantener esas cifras», insiste Ruano. En su conjunto, la venta de manufacturas de aluminio sumaron 112 millones en el primer semestre.

Pendientes del clima

Por su parte, los exportadores de productos agrícolas finalizaron la primera mitad del año con una sensación agridulce, al crecer los envíos de hortalizas pero retroceder los de frutas. No obstante, como explica su presidente, Jorge Brotons, «en este sector pesa más el clima que cualquier otro factor y este año nos hemos visto perjudicados por las temperaturas tan altas que se registraron en invierno y que ha hecho que los cultivos apenas pudieran recuperarse». Ahora esperan que el verano más fresco de lo habitual tenga el efecto contrario y ayude a mejorar las ventas en lo que queda de año.

Pero, sin duda, entre los más optimistas se cuentan los fabricantes de juguetes, que pronostican una buena campaña de cara a Navidad. «Es cierto que hasta junio las exportaciones desde Alicante no han crecido mucho -apenas un 0,3%- pero eso se debe a problemas puntuales de algunas empresas (en abril se declaró en concurso la juguetera Falca, de Onil). Sin embargo, a nivel nacional las exportaciones han crecido alrededor de un 10% y las previsiones son muy buenas», asegura el presidente de la AEFJ, José Antonio Pastor. Es más, incluso en el Reino Unido los pronósticos son al alza a pesar del tan temido «Brexit».

Ahora la duda está en saber qué previsiones se cumplirán, las optimistas o las que ya anticipan un freno definitivo de la exportación.