¿Cuál fue el primer proyecto que pensó que quería poner en marcha nada más ser elegido presidente de la Fundación CAM?

Lo primero que reflexioné es que la Obra Social de la antigua Caja Mediterráneo ha abarcado muchos campos. Y comenté a los patronos que en el mes de agosto teníamos que pensar para redefinir el modelo de la Fundación. Hablar de un proyecto concreto sería magnificarlo. Sí he pedido que me faciliten información de las colecciones itinerantes que tenemos, guardadas en un almacén de seguridad, para ir haciendo una selección de obras y poder exponerlas, colaborando con otras entidades, fundaciones o universidades. Y que éstas, a su vez, nos puedan ofrecer otras. Eso en el ámbito cultural. Pero también se verán temas de responsabilidad social, como las becas. La idea es intentar que los proyectos que se hagan puedan prestigiar a la Fundación. Y a partir de ahí, pedir colaboración. Lo mismo puede ser a un particular que quiera ceder un legado o a entidades. Hay que poner en valor todo el patrimonio que tiene la Fundación.

Habla de prestigiar, ¿qué ha fallado, entonces, en estos años?

Ha sido una época muy difícil, desde la gestora. Ha habido cuestiones inmediatas que ha habido que atender, y llevar una planificación de todo lo que es la actividad no es fácil. Ahora, creo que podemos iniciar otra etapa, contando con la colaboración de ayuntamientos o universidades en las provincias de Alicante y Murcia. Y no sólo en las poblaciones donde existe una sede, sino en todas los que se pueda, en colaboración con los municipios y los gobiernos autonómicos.

¿Es fácil la colaboración con los gobiernos autonómicos, que son de distinto signo político, en la Comunidad y Murcia?

Hay una predisposición manifestada de trabajar con la institución -ya se verán las fórmulas-, tanto por parte de la Generalitat Valenciana, como del Gobierno de Murcia, comunicado, en ese caso, por parte del vicepresidente primero, que es de Murcia.

¿El escollo en este tiempo ha sido el económico o de falta de iniciativas?

Los temas prioritarios han impedido ocuparse de otros asuntos. Pero en este último año se han retomado las actividades. Hay que tener en cuenta que desde la época de la gestora, los que entramos nos teníamos que ocupar de asuntos como las cuotas participativas (la investigación por la venta de esta especie de acciones por parte de la extinta CAM), de redactar los estatutos y hacer propuestas de nombramientos de patronos, por lo que no participábamos en la gestión de la obra social de la Fundación. Había una persona que se ocupaba de ello, pero no la gestora. Además, el Patronato funciona desde hace dos años. El primero suele ser de aterrizaje y en el segundo ya se han empezado a hacer actividades en Alicante y en Murcia.

¿A día de hoy, cuál es el estado económico de la Fundación?

Hay una parte de dinero que procede de los fondos de la Obra Social de la antigua CAM. Hay 65 millones de fondos.

Pero «heredaron» unos 80, ¿no?

Sí, se ha publicado. Pero ha habido costes de las actividades que se han realizado, del mantenimiento de inmuebles, de los gastos de funcionamiento, de los de personal o los jurídicos. No obstante, no se parte de cero para poder prestigiar la Fundación. Hay bienes muebles -cuadros, todo el patrimonio cultural y artístico, que hay mucho- y hay que fomentarlo. Antes, la Obra Social de la CAM lo hacía todo gratis. Ahora, a lo mejor, habrá que empezar a ir cobrando para cubrir gastos. El fin de la Fundación no es ganar dinero, pero hay que mantenerse.

¿Se refiere a alquiler de sedes para actos o similares?

Si se puede traer una exposición importante aquí en colaboración con otras entidades vale dinero y no queremos que eso suponga un coste para la Fundación. Cuando la expones aquí cobras, aunque sean precios módicos. Es difícil mantener una gratuidad absoluta. Ya nos gustaría. También podemos ceder colecciones para exponer, ya lo hemos hecho.

¿Cuáles son los presupuestos de funcionamiento de este año?

Están alrededor de 600.000 euros para actividades.

¿Cómo piensa implicar a los sectores empresariales para impulsar la institución?

Tenemos que hacer proyectos de tipo cultural, medioambiental -que tenemos sedes importantes- donde las empresas pueden hacer actividades. También pueden colaborar en realizar exposiciones. Pero hay que ir con un proyecto concreto. Por otra parte, en esta casa hay mucha experiencia en los temas sociales. Y también se podría colaborar con las empresas.

En los últimos tiempos, las principales objeciones de los patronos han sido los gastos jurídicos, que consideraban elevados. ¿Cuánto le cuesta a la Fundación estar personada en los distintos procesos derivados de la extinta CAM?

En estos momentos, no lo sé exactamente porque estoy poniéndome al día. (Cuando se realiza la entrevista lleva dos días como presidente). Sí me ha informado el asesor jurídico de que ahora estamos en los 600 pleitos sobre las cuotas participativas en diferentes puntos de España. Lógicamente, eso genera gastos. Aunque me han informado de que se han ido reduciendo paulatinamente. Nosotros nos vemos obligados a ello. Nos viene dado de épocas anteriores, incluso de la gestora. No podemos dejar de actuar jurídicamente porque la Fundación podría ver disminuidos sus ingresos. Tenemos que luchar. No obstante, la tendencia de las últimas sentencias es favorable para la institución, con resoluciones de condenas solidarias o sólo al Sabadell -banco que compró la CAM-.

Ahora , la jueza dice que no seguirá investigando la comercialización de las cuotas participativas de la CAM. El tema está pendiente de la Audiencia Nacional. ¿Qué piensa?

Todos estos temas jurídicos quiero sentarme con el asesor a verlos detenidamente para conocerlos en profundidad. En cualquier caso, los temas de la Audiencia Nacional pueden tener repercusiones económicas para la Fundación, tanto por salir favorecida como perjudicada. La filosofía es que nuestra presencia en la Audiencia tiene que ser para tener las menores repercusiones económicas negativas.

¿Significa que va a cambiar la postura de la Fundación en los temas jurídicos?

No, tenemos que seguir personados por cualquier sentencia que tenga una repercusión económica.

También les dice la jueza que son responsables civiles subsidiarios.

Ahí estamos batallando. Nos declara responsable civil subsidiario, por una parte, y solidarios con el Sabadell, por otra. Esta es una de las grandes preocupaciones en la Fundación. Por un lado, estamos como posibles perjudicados y en otras como posibles beneficiarios. Ya digo que tengo que informarme detalladamente, pero creo que la situación nos lleva a tener que entendernos, lógicamente, con el Sabadell. No tiene sentido prestar dos fianzas solidarias por la misma cantidad.

¿Se refería a eso cuando el día de su elección habló de que tenían que entenderse con el Sabadell o a otros temas de colaboración cultural?

Me refería a estos temas jurídicos y también a temas de patrimonio cultural. Se han iniciado las conversaciones, y hay buena predisposición del Sabadell, para que obras de pintores alicantinos se tengan en la Fundación. En la escritura de segregación cuando la compra de la caja de ahorros, una parte va a la obra social de la entidad y otra al banco. Y tiene sentido que las piezas de artistas alicantinos estén aquí. Incluso, creo que puede haber una buena colaboración, patrocinando algún tipo de actos, ya que aquí no tiene una fundación el Sabadell.

¿Su elección como presidente puede verse hipotecada por su pasada vinculación como director general de Comercio con el PSPV y con Martín Sevilla, que era el conseller?

No tiene por qué. Mi elección es del Patronato y sus miembros son los que me han elegido. Además, el estar vinculado al Partido Socialista creo que puede darnos una fluidez en las relaciones con la Generalitat. Creo que debe primar la filosofía de que esto es una institución y de que debemos colaborar todos para sacarla adelante. También creo que habrá fluidez con el Gobierno de la Región de Murcia, a través del vicepresidente primero.

¿Puede ser un hándicap que fuera director general de Comercio con Martín Sevilla, que fue consejero de la CAM?

No tiene por qué existir ninguna interferencia. Ninguna.

En los dos años desde que se constituyó la Fundación, ¿qué actividades reales ha tenido?

Sí se han realizado. Además de la colaboración con el Ayuntamiento de Alicante, con la colección que tenemos en el MACA del siglo XIX, se han programado exposiciones aquí. Se hizo la de Sempere; se está preparando una sobre El Quijote y también se está en colaboración con la Diputación, la Universidad y el Ayuntamiento de Monóvar para celebrar el 50 aniversario de la muerte de Azorín. Todos los legados y derechos de autor del escritor los tiene la CAM, además de un edificio dedicado. También se han hecho otras actividades en el Aula de Cultura y en Murcia.

El Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) habló recientemente de que la Fundación había tenido unas pérdidas de 16 millones en los últimos tres años.

Es un gasto, llamémosle como queramos. La media del gasto se ha reducido estos dos años. Ahora estaremos en cuatro millones de costes de mantenimiento: luz, agua, limpieza..., el de personal -unos dos millones la nómina anual de una plantilla de 44 trabajadores-. Y desde que somos Fundación, se están haciendo trámites con la mayoría de ayuntamientos donde tenemos sede para la exención del pago del IBI, por la Ley de Fundaciones. Lo están estudiando y nos están eximiendo.

¿En qué va a consistir la autonomía o flexibilidad del territorio de Murcia?

Las líneas básicas de funcionamiento y actividades importantes se decidirían en el Patronato y luego, hay que tener un montante económico para organizar las actividades en su territorio. Las decisiones importantes se tendrán en el Patronato y luego tiene que haber agilidad, ya determinaremos las cuantías para la autonomía de funcionamiento. Los patronos de Murcia no han planteado nunca la segregación, sí mayor flexibilidad para el funcionamiento diario y programar cierto número de actividades. La Obra Social de la antigua caja funcionaba un poco así.

¿En la primera etapa de la Fundación ha habido más centralismo?

No estaba estructurado así. No me gusta hablar de etapas anteriores. Yo estoy habituado a trabajar en equipo, en colaboración, y con responsabilidades de los patronos.

Usted habla de «redefinir» y Manuel Illueca, director del IVF, de «reestructuración profunda». ¿En qué consistirán los cambios?

El modelo de la Obra Social de la CAM tenía muchos recursos, muchos edificios y muchas áreas de actividad. Ahora tendremos que redefinirlo. Decidir a qué nos dedicamos, qué cosas nos pueden prestigiar para atraer a particulares, ayuntamientos, universidades, empresas y entidades financieras. En este caso, lo lógico es buscar la colaboración del banco que por las circunstancias históricas está en la posición que estaba antes la CAM (Banco Sabadell).

¿Eso implica una reducción de actividades en comparación con las que hacía la Obra Social de la antigua CAM?

Las actividades estarán orientadas al tipo de actuación que definamos. Abarcar todo y hacerlo bien en todos los campos, lo veo difícil. Hay ejemplos en España en otras fundaciones con actividades seleccionadas a diario y los fines de semana, que tienen prestigio y con éxito de público, donde se pagan módicos precios. Aquí también tenemos un piano «Steinway», uno de los mejores de España, y se pueden hacer actividades y promocionar a jóvenes intérpretes locales. En los proyectos de responsabilidad social se puede colaborar el empresariado.

Además de aumentar los ingresos de la Fundación, ¿le tocará aplicar el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) anunciado?

Me resulta doloroso, pero hay cosas que son objetivas. No obstante, primero hay que redefinir los objetivos y el modelo de la Fundación. Se redimensionará la estructura en función del modelo de Fundación.

¿Los patronos cobran? ¿Tienen algún tipo de dieta o compensación económica?

Dietas, no. Sí perciben el kilometraje.

¿Eso va a cambiar?

En la Ley de Fundaciones, en el reglamento de Fundaciones y en los estatutos sí está contemplado, si hay un encargo de un proyecto a una persona y siempre con autorización del Protectorado. Pero nosotros no hemos entrado en eso.

¿Cuándo se nombrará a las personas que sustituirán a los patronos que han dimitido?

En septiembre.

¿Por qué la Conselleria no ha nombrado al patrono que le corresponde en estos dos años desde que se constituyó la Fundación? ¿Podría pensarse que no se ha interesado mucho por la institución?

No es así. Sí es cierto que han pasado dos años, con dos gobiernos de signo diferente al frente de la Generalitat. Pero puedo decir que hay una predisposición de apoyo hacia la Fundación e, incluso, que se visibilice el respaldo. Sí lo va a haber.

¿Prevé una relación complicada con el anterior presidente, Matías Pérez Such, que aunque dimitió de cargo sigue como patrono?

No, no, no. Ninguna complicación. Me ha llamado para justificar que no pudo asistir a la reunión última por motivos familiares y estamos en contacto para hacer los traspasos habituales en estos casos.

¿Cree que seguirá funcionando el consenso al que tanto apela?

Yo lo voy a seguir intentando. Estoy muy agradecido de la confianza que han depositado en mí.