Anular el registro de la propiedad de la mandarina -variedad tardía estrella en cotizaciones en la última década- supondría que la producción y comercialización de este cítrico sería libre y cuestionaría un negocio controlado por los propietarios de esta patente de algo más de 350 millones durante cada campaña. Tras confirmarse el 30 de mayo la protección comunitaria de la mandarina Tango (registrada también en España como Tang Gold), la empresa que explota sus derechos -Eurosemillas- está decidida a invertir las tornas y a pasar a la ofensiva en su conflicto con Nadorcott al defender que se trata de dos variedades diferentes. La batalla está servida.
La Oficina Comunitaria de Variedades Vegetales (CVVP) ha comenzado a tramitar un recurso de nulidad del registro de la citada variedad de origen marroquí basándose, entre otros argumentos, en la falta de «novedad» de la misma. Idéntica acción, esta vez por partida doble, se presentó hace meses en Sudáfrica, donde un productor particular y Eurosemillas han iniciado sendas acciones con la intención también de que la variedad sea declarada «libre» y pueda ser cultivada en Europa y en aquel país sin restricción ni permiso del obtentor alguno.
Los citados 350 millones de euros sería su valor comercial pero, por la venta de derechos, la recaudación obtenida de los citricultores que abonaron los royalties -existen unos 700 registrados- podría superar los 50 millones. Y si fuera declarada libre, las demandas de devolución podrían sucederse.
Básicamentecamente, la acción se basa en algo conocido por los citricultores: que la Nadorcott, mucho antes de que fuera explotada en régimen de club y se pidieran derechos por ello, era ya cultivada sin limitación alguna como Afourer. De hecho, así se sigue llamando en Marruecos y así lo argumentó en febrero de 2005 la Federación de Cooperativas Agrarias de la Comunidad con el apoyo entonces de AVA-Asaja y La Unió de Llauradors. Llegaron hasta el Tribunal Europeo de Primera Instancia, que en 2008 acabó por fallar en su contra. En 2010 comenzó a operar el Club de Variedades Vegetales Protegidas (CVVP) -controlado por grandes empresas como Martinavarro, Cañamás y Giner, entre otros- que fue el que asumió la gestión de la variedad hasta convertirla en una de las más rentables de la historia de la citricultura. Ante la irrupción de la Tango, el citado club presentó acciones legales y recursos administrativos. El balance de este conjunto de acciones es claro para Eurosemillas: «aún no han logrado ni un solo pronunciamiento ni resolución a favor, sólo victorias parciales en carácteres secundarios».
En la actualidad, tras sucesivas ampliaciones en la emisión de nuevos derechos de plantación, la variedad marroquí lleva dos años devaluándose y ya no es la más rentable del mercado. Y no lo es, entre otras cosas, por la irrupción de otras mandarinas también tardías y protegidas como Tango y Orri, que al contrario que Nadorcott no tienen semillas. En el caso de la variedad americana, además y ésta es la otra base en virtud de la cual se ha confirmado la doble protección europea y española, tampoco genera semillas en las plantaciones vecinas. .
Eurosemillas niega que el recurso, de más de 200 folios, que ahora se estudia en Angers (sede de la OCVV) sea un «deja vú» del presentado por las cooperativas. «La realidad es que en el caso de Fecoav ninguna instancia se pronunció sobre las causas de nulidad alegadas y lo desestimaron por falta de legitimación activa de la Federación (por no tener como tal un interés personal y directo en la revocación de la protección de Nadorcott), señalan desde esta empresa pero no se entró en el fondo del asunto», recuerda Eurosemillas. Sus servicios jurídicos cuentan con documentos originales de la Universidad de California que acreditarían la falta de novedad por haberse cedido por el obtentor a dicha entidad y a varios productores marroquíes «material de multiplicación de Nadorcott con fines de explotación comercial, así como por haberse comercializado frutos en Europa antes de solicitarse su protección, habiéndose ocultado en la solicitud datos relevantes exigidos por la normativa aplicable».
