La construcción se recupera en la provincia y lo hace cada vez a mayor velocidad. Tras un inicio algo titubeante en enero y febrero, las solicitudes de los promotores para poner en marcha nuevos proyectos se han incrementado de forma exponencial durante los últimos meses, hasta el punto de que el pasado mayo se cerró con 672 nuevas viviendas iniciadas, una cifra que triplica a la registrada en el mismo mes de 2015. De esta forma, en el acumulado de los cinco primeros meses del año ya se han solicitado 2.489 visados para edificar nuevas casas, lo que supone un incremento del 34%, según los datos del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos, que eleva hasta las 5.500 viviendas sus previsiones para el conjunto del año.

Unos datos que el presidente de esta institución, Gregorio Alemañ, atribuye al mantenimiento de una «fuerte demanda por parte de los compradores extranjeros -que ven en la Costa Blanca un lugar con precios asequibles, con buenas infraestructuras y, sobre todo, seguridad- y también al agotamiento del stock de viviendas que la crisis dejó sin vender y que empiezan a ser cada vez más escasas en muchas zonas del litoral».

En este sentido, en los últimos meses han ido ganando protagonismo en esta reactivación los municipios del centro y el norte de la provincia, además de la Vega Baja, que fue la primera comarca donde las grúas volvieron a aparecer con profusión. Así, de las 672 viviendas iniciadas en mayo, 169 corresponden a la ciudad de Alicante, donde el número de promociones activas en la Playa de San Juan ya es considerable y ahora también se empieza a observar actividad en el centro de la ciudad, con proyectos destinados a primera residencia.

Le siguen Orihuela, con 77 casas iniciadas, y Torrevieja, con otras 74. En cuarta posición se sitúa La Nucia, donde los empresarios comenzaron la construcción de 66 casas, y tras ella Guardamar, con 56 viviendas, y Santa Pola, con 52.

No obstante, en el conjunto del año siguen siendo los dos grandes municipios del Sur, Orihuela y Torrevieja, los que encabezan la clasificación, con 459 y 454 viviendas iniciadas, respectivamente, según los datos del Colegio de Aparejadores.

Una recuperación sostenida

«Lo que indican los datos es que la recuperación del sector se consolida y que tiende a acelerarse a pesar de la incertidumbre política», asegura Alemañ quien, no obstante, cree que cuando se zanje la actual incógnita sobre el futuro Gobierno nacional «las cifras crecerán aún más». Al respecto, las fuentes empresariales consultadas aseguran que algunos promotores han decidido espaciar los proyectos que tiene en cartera a la espera de que se resuelva la situación política, lo que podría provocar una pequeña avalancha de nuevas promociones tras los próximos comicios.

El presidente de los aparejadores también señala que la falta de alternativas rentables ha provocado que los inversores vuelvan a mirar al ladrillo como refugio para su dinero, lo que también ha contribuido al repunte de la actividad. A ello hay que sumar la eclosión de los apartamentos turísticos -gracias a webs como Airbnb o Wimdu- que también contribuyen a que la demanda de pisos aumente, ante la posibilidad de destinarlos al alquiler para conseguir una renta.

Además de la obra nueva, las estadísticas del Colegio de Aparejadores también reflejan un aumento de la actividad de rehabilitación, que se incrementa un 63%, y también de la reforma de locales comerciales (+75%), lo que apunta a una mayor apertura de negocios.