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La desorganización es el peligro

La mala planificación del trabajo se convierte ya en la primera causa de los accidentes graves

Un estudio del Invassat refleja que en las tres primeras horas de la jornada laboral se producen más accidentes. Isabel ramón

Se dice siempre: «hay más accidentes laborales accidentes laboralesporque hay más actividad económica». En los dos primeros meses de 2016, desgraciadamente, esta percepción parece tener su confirmación en las estadísticas. Este año los analistas insisten más en la detección de síntomas de recuperación; y la siniestralidad laboral está aumentando en la provinciasiniestralidad laboralaumentando . Entre enero y febrero lo hizo en un 12,5% en relación al mismo periodo del pasado año por los 2.223 accidentes de trabajoaccidentes registrados, de los que 14 fueron graves (+ 12,3%) y dos mortales, uno menos que un año antes.

Estas son las cifras. Y el detalle en la investigación de los casos revela que más de la mitad de los accidentes (55,55%) ocurre durante las tres primeras horas de trabajo. Un 55,29% de ellos son graves y un 49,99%, mortales.

Unos datos «importantes que hay que analizar por qué se producen. Probablemente, hay factores humanos porque los empleados pueden llegar estresados, pero, a lo mejor, también la causa puede encontrarse en la organización del trabajo en las primeras horas de la jornada laboral», interpreta Cristina Moreno, directora general de Trabajo y Bienestar Laboral en su análisis de los datos del estudio detallado del Instituto Valenciano de Seguridad y Salud en el Trabajo (Invassat) -del que es directora- sobre la «Caracterización de los accidentes graves y mortales en la Comunidad Valenciana» en 2015. «Es un informe que se realiza por primera vez, a raíz de los accidentes que los técnicos del Invassat han investigado», añade Moreno.

Ahondando en el origen y factores de riesgo de los siniestros, los técnicos también han descubierto que entre las causas de los accidentes graves destacarían las condiciones de los espacios de trabajo, que inciden en un 20% de los casos, o la propia organización del trabajo, en un 17%. Dos porcentajes que, sumados, superan a otros potenciales factores de riesgo más conocidos tradicionalmente como la maquinaria (16%) o la gestión de la prevención de riesgos laborales en los centros de trabajo (14%). Son datos que conocían los técnicos y que ahora se han plasmado en este estudio «porque tenemos que conocer el origen para atajar el problema», subrayaba la directora general, quien se ha propuesto «encender las alarmas» sobre el repunte de la siniestralidad. Cristina Moreno rechaza la máxima de a mayor actividad económica, más accidentes laborales. «No debe ser matemático que cuando suba la actividad aumente directamente la siniestralidad. Al repunte de los accidentes de trabajo no hay que darle sensación de normalidad. La tolerancia debe ser cero», añade.

Tras encargar el informe y conocer los resultados, el objetivo de su departamento es «trabajar con los mecanismos que tenemos en la Generalitat y ponerlos al servicio de las empresas y trabajadores de la Comunidad para reforzar la formación, y difundir y sensibilizar sobre este problema».

La edad también importa. El riesgo de sufrir un accidente de trabajo afecta a todos los grupos, aunque el estudio refleja que existe una mayor prevalencia en la franja que va de los 45 a los 54 años, en los siniestros graves (38,82% de los casos analizados), porcentaje que se eleva hasta el 50% en los de carácter mortal. «Este es un dato muy importante que hay que analizar detalladamente y ver en qué sectores o profesiones se produce más», añade Moreno.

Menos antigüedad

Frente a estos factores sobre la siniestralidad laboral menos conocidos, el informe también detalla la incidencia que pueden tener el tamaño o el tipo de contrato del empleado, como ya vienen denunciando los sindicatos.

El 57,47% de los accidentes graves investigados por el Invassat los sufrieron el pasado año trabajadores con contratos indefinidos; en el 37,64% de los casos, los empleados tenían un contrato de duración determinada y en un 2,35%, el operario trabajaba de forma temporal. El informe también apunta que existe un porcentaje del 3,52% sobre los que no se tiene información de su relación contractual.

Estos datos parecen contradecir la reiterada denuncia sindical de que la precariedad laboral está muy ligada a la siniestralidad. Sin embargo, cuando se repasan las cifras de la antigüedad en el puesto de trabajo de los accidentados, los porcentajes varían. Cierto es que las mayores prevalencias en los accidentes graves se dan para una antigüedad laboral superior a 36 meses (35,29% de los casos). Pero la suma de antigüedades inferiores a un mes (21,17%) y de uno a seis meses (16,47%) supera en más de dos puntos al primer caso.

Moreno se mostró preocupada por el porcentaje superior al 20% de los accidentes en que los trabajadores tenían tan sólo un mes de antigüedad en la empresa. «Eso te está diciendo muchas cosas», advierte. De la misma forma que también alerta sobre de las cifras que arroja el informe acerca del tamaño de las empresas donde se producen más accidentes laborales.

El informe refleja que el pasado año en la Comunidad, en el caso de siniestros graves, las plantillas no superaban los diez trabajadores en el 36,47% de los accidentes y en el 32,94% eran de entre 10 y 50 empleados. En compañías con más de 500, el porcentaje baja al 4,7%.

Para Moreno, la prevención de la siniestralidad laboral en los centros de trabajo es cuestión de dos partes. De una, «la responsabilidad del empresario de aplicar las medidas de prevención, y de otra, la del trabajador, de cumplirlas».

La directora general añade que «las grandes empresas saben de su responsabilidad sobre la prevención y también del coste que para una compañía supone la siniestralidad laboral». La salud del trabajador es lo más importante, subraya.

Y, en términos económicos, alude a que las compañías también son conscientes de que los accidentes de trabajo no sólo representan «la pérdida de jornadas, sino de productividad. Está demostrado que una empresa sin accidentes laborales tiene mayor productividad».

Y pone sobre la mesa un dato sobre siniestralidad «de la agencia europea, que valora el coste de ésta en su conjunto en un 3% del PIB español, en número de jornadas. Si nos damos cuenta, hablando en términos globales, esto querría decir que el crecimiento de la economía española el pasado año se lo "comió" la siniestralidad».

El departamento autonómico se encuentra ahora en fase de «sensibilizar» a empresas y trabajadores sobre la necesidad de reducir las cifras de accidentes de trabajo.

«Hemos hecho el estudio porque entendemos que la mejor forma de combatir la siniestralidad es estudiar las causas y difundirlas», reitera Moreno.

La directora general de Trabajo asegura que «en épocas anteriores se entendía que era mejor no hablar de accidentes. Frente a eso, creo que se tiene que visibilizar. La Comunidad Valenciana ha crecido en el último año más que el conjunto de España en accidentes laborales, aunque es cierto que el índice de incidencia (número de siniestros laborales con baja por cada cien mil trabajadores expuestos al riesgo) es menor. Pero yo pongo el acento en ese 10% que aumenta en la Comunidad». Moreno reitera que «no podemos tapar u oscurecer la actual siniestralidad laboral. Queremos visibilizarla y conocer sus causas para combatirla», incide.

El informe del Invassat también refleja que las áreas industriales es el lugar donde ocurre el 51,76% de los accidentes graves, de acuerdo con el muestreo realizado sobre los que se registraron el pasado año en la Comunidad, seguido de las obras, con un 16,47% de los casos. Sin embargo, en construcción la siniestralidad mortal tiene mayor incidencia. El pasado año el 35,71% de los accidentes con resultado de fallecimiento del trabajador en la Comunidad se registraron en el sector de la construcción.

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