El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, aseguró ayer que la migración va a ser «el gran problema» al que tendrán que hacer frente los países desarrollados y, sobre todo, los europeos durante el siglo XXI. Un problema ocasionado por la enorme diferencia de renta -«es la mayor que se da en una frontera en todo el mundo», apuntó- que existe entre las dos orillas del Estrecho de Gibraltar. Así lo destacó durante su intervención en el acto inaugural del II Encuentro Mediterráneo de la Empresa Familiar, en el que analizó la situación de los países del Magreb y alertó contra el auge de la xenofobia en buena parte de la UE.

Margallo recordó que, a diferencia de lo que ocurría antes de la Segunda Guerra Mundial, cuando las migraciones se dirigían a países de grandes dimensiones y donde aún no existía una cultura arraigada, como Argentina o Estados Unidos; los flujos actuales se dirigen a estados «pequeños y con una cultura asentada, lo que provoca mayores dificultades de integración». De ahí, señaló, el éxito de los partidos de extrema derecha en países como Austria, Francia o el Reino Unido, donde, precisamente, la inmigración es el tema que centra el debate sobre su posible salida de la UE. No obstante, el ministro recordó que esta inmigración es «absolutamente necesaria para compensar el envejecimiento de la población europea, si queremos mantener el estado del bienestar».

A pesar de este llamamiento contra la xenofobia, el virtual candidato del PP en las próximas elecciones también destacó la necesidad de abrir el debate sobre la seguridad. Así, aunque reconoció que la mayoría de víctimas de atentados islamistas se producen en otros países distintos a los del Norte de África, alertó de un posible incremento del terrorismo en esta región como consecuencia de la pérdida de territorio del Daesh en Siria e Irak. Por ello reclamó una mayor implicación para reforzar la estabilidad en esta zona.

En el terreno económico, García-Margallo destacó que España ya es el principal socio comercial de Marruecos y Argelia y que el tratado que negocia la UE con los Estados Unidos puede convertir a nuestro país en la plataforma de entrada de miles de empresas hacia esta región.