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Los ricos alicantinos también sufren por sus ahorros

La mayoría de las sicav de los empresarios de la provincia cierran el trimestre con pérdidas

Los ricos alicantinos también sufren por sus ahorros jose navarro

Los pequeños ahorradores no son los únicos que en los últimos tiempos tienen problemas para sacarle algo de rentabilidad a su dinero, con el desplome de los tipos de interés tipos de interésy las sacudidas de la Bolsa. Los más ricos tampoco lo han hecho mucho mejor y, al menos en el caso de las grandes fortunas alicantinas, la mayoría registró pérdidas durante el primer trimestre del año en sus sicav, las polémicas sociedades que permiten a los más pudientes gestionar su patrimonio con importantes ventajas y a las que han recurrido un buen número de industriales de la zona para canalizar sus inversiones.

Las familias propietarias de Pikolinos, Gioseppo o Panama Jack, del sector del calzado de Elche; los Giménez Ganga, de la fábrica de persianas homónima de Sax; el máximo responsable de El Lobo; los Albero Valls de Ibi; los expresidentes de la compañía de helicópteros Inaer Luis Miñano y Antonio Domínguez; el polémico promotor Ramón Salvador; o el empresario portuario Perfecto Palacio son algunos de los que han recurrido a este instrumento para manejar sus ahorros, según la información que consta en la Comisión Nacional del Mercado de Valores.

De todos ellos, es el fundador de Panama Jack, Antonio Vicente Giménez, el que más dinero tiene en las dos sociedades de este tipo que preside: Faviren Ahorro, que acumulaba un patrimonio de 20,3 millones al cierre del pasado trimestre; e IVG Ahorro, que finalizó marzo con 20,17 millones. Ambas sicav perdieron dinero durante los primeros meses del año -el 0,04% la primera, y un 0,30% la segunda- a pesar de su perfil extremadamente conservador, muy poco habitual en estos casos. Y es que Giménez tiene la mayor parte del capital de estas firmas en renta fija y depósitos del Sabadell, el Popular, Bankia o Bankinter, según el informe trimestral remitido al supervisor del mercado de valores, ya que estas sociedades deben cotizar, en su mayoría, en el denominado Mercado Alternativo Bursátil.

Por su volumen también destaca la sicav Norcafix, perteneciente al expresidente de Inaer Antonio Domínguez, que cuenta con 17,2 millones de patrimonio y que cerró el último periodo con una rentabilidad negativa del 4,30%, a pesar de que redujo notablemente su exposición a la renta variable, en un intento de atenuar el impacto de las caídas de la Bolsa. Domínguez destina la mayor parte de su capital a invertir en fondos extranjeros, como BlackRock o The Jupiter Global Fund; y otros productos de la gran banca internacional, como JP Morgan, Goldman Sachs o Morgan Stanley, entre otros muchos.

Por su parte, la familia Giménez Ganga controla dos sociedades con un patrimonio conjunto de 12,9 millones de euros. La última de ellas, Jebasa Capital, presidida por Pedro Giménez Ganga, se ha puesto en marcha este mismo año con un capital de 5,44 millones de euros que, de momento, han decidido destinar en su mayoría a operaciones con deuda pública. La otra sicav del clan de Sax es Finhegim, que cuenta con 7,499 millones y a cuyo frente se encuentra María del Mar Giménez. Esta sociedad es la única de todas las consultadas que logra beneficios, aunque sólo sean del 0,04%. Lo consigue a base de apostar por depósitos, bonos bancarios y de empresas como Adif, y también con la deuda pública de comunidades como Madrid, Extremadura o Canarias, que llegan a rentar hasta un 4,9% anual.

No tiene tanta suerte el empresario Perfecto Palacio de la Fuente. El antiguo responsable de la marina deportiva del Puerto de Alicante gestiona 11,9 millones a través de Compass Inversiones, que cerró el trimestre con unas pérdidas de 1,54%. Palacio mantiene una cartera bastante equilibrada, en la que combina casi un tercio de su inversión de depósitos, algo más en fondos y acciones de firmas como BBVA, Telefónica o BMEX, y una cuarta parte en renta fija pública -deuda del Estado- y privada. Es decir, bonos de empresas como OHL o ACS, que se han convertido en una alternativa a la falta de rentabilidad de la Bolsa y de la renta pública, aunque no son demasiado conocidos para los pequeños ahorradores.

Estos bonos corporativos de grandes empresas también son la inversión estrella de las dos sicav que preside el fundador de Pikolinos, Juan Perán, que se encuentran también entre las carteras que más invierten en el exterior: casi el 80% de su patrimonio en ambos casos. Eso sí, esta vocación internacional tampoco les ha librado de las pérdidas en los primeros meses de 2015. Así, FPB Invest anotó una rentabilidad negativa del 3,56%, lo que situó su patrimonio en 3,2 millones de euros; mientras que Rosjucar Inversiones, que suma 7,43 millones, sufrió un retroceso del 1,69%. Los Perán poseen bonos de compañías como Renault, Jaguar, BMW, la gestora del aeropuerto de Heathrow o Netflix. Además, también son titulares a través de estas sicav de acciones de firmas tan punteras Boeing, Facebook o Alphabet, la denominación societaria de Google.

Otro expresidente de Inaer, Luis Miñano, ahora reconvertido en bodeguero a través del grupo MG Wines, controla la sociedad Hermigo Investment, con 9,2 millones de euros de patrimonio, que también perdió en el último trimestre un 2,72%. Miñano destina la mayor parte de los recursos de esta sicavs a grandes fondos internacionales, entre los que destaca Pimco, una de las mayores gestoras del mundo.

También confían en los fondos internacionales y los bonos corporativos los Albero Valls, propietarios de la compañía fabricante de manillas y cerraduras Ayr Pernets, ubicada en Ibi. Carlos Albero Valls preside Inversiones Midmar, con 3,46 millones de patrimonio y unas pérdidas del 2,72% en el periodo, mientras que María Elena Albero Valls hace lo propio con Panicarmat Capital, que acumula 3,59 millones y un balance del -2,32% entre enero y marzo.

Otro tanto ocurre con la familia Navarro-Pertusa, los fundadores de la marca de calzado Gioseppo, que en el año 2013 pusieron en marcha Nice Day Investment, que gestiona 5,71 millones de euros y que, como el resto, también perdió un 1,73% en el primer trimestre. BlackRock, Robeco, Threadneedle o JP Morgan son algunos de los fondos en que invierten los ilicitanos, que en renta variable apuestan por «blue chips» nacionales como BBVA o Telefónica, y en el extranjero se decanta por firmas como Apple, Roche o Generali.

El administrador de Confectionary Holding (El Lobo, 1880), José Manuel Sirvent, es el que mayor porcentaje de su sicav destina a renta fija cotizada, tanto de empresas -los ya citados bonos corporativos-, como deuda pública. Hasta el 55% del patrimonio de Salvia de Inversiones está invertido de esta forma, mientras que apenas un 30% se va a renta variable o fondos. La sicav de Sirvent tampoco se libra de las pérdidas, con una rentabilidad negativa del 1,12% que se come el exiguo 0,76% que ganó en 2015.

Por último, el polémico empresario ilicitano Ramón Salvador -investigado por los negocios que hizo con Bancaja y el Banco de Valencia, entre otras causas- llegó a aparecer en el consejo de hasta cinco sicav, aunque en la actualidad solo preside dos: Alicante Capital, que gestiona 1,79 millones de euros y sumó unas pérdidas del 0,88% hasta marzo; e Inversiones Coridith, con 1,83 millones y un retroceso del 1%.

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