De serlo todo a pasar a ser nada. Así se puede definir la trayectoria del ilicitano Modesto Crespo. Leal al poder establecido y de profundas creencias religiosas, llegó a ser presidente de casi todo. De dirigente de IFA y de la patronal Coepa, tomó el relevo a Vicente Sala al frente de la CAM en junio de 2009. Hasta ese momento, había sido secretario del consejo de la entidad alicantina. Asumía así las riendas de la caja justo en uno de los momentos más tumultuosos, y dejaba el cargo el 22 de julio de 2011, coincidiendo con la intervención. Pasaba, con ello, a la historia de la CAM como su último presidente, aunque, eso sí, como el primero que cobró, con unas dietas con las que se llegó a embolsar unos ingresos de 640.000 euros en poco más de dos años.

Poco menos que pasó a ser nada. En su día había sido expulsado de la patronal del metal Fempa, donde le acusaron de una gestión nefasta, pero aquel episodio, lejos de pasarle factura, le permitió que el núcleo duro de Coepa lo designara sucesor de Joaquín Rocamora. Se había ganado algún que otro enemigo y no pocas tensiones internas en el seno de Coepa, pero poco más. Siguió acumulando presidencias.

Sin embargo, todo se torció con la nacionalización de la CAM en 2011, hasta el extremo de que unos meses después de su salida de la caja el Misteri d'Elx también le dio de lado. La Capella en bloque había firmado una carta de puño letra de sus cantores para exigir que abandonara la presidencia del Patronato del Misteri. Su imagen perjudicaba al drama asuncionista. No pudo con la presión y tuvo que dejar el cargo del que más orgulloso se sentía. Bajaba así del cielo al mismísimo infierno.