La patronal autonómica Cierval dio ayer el primer paso para fagocitar a las organizaciones provinciales que la componen, entre ellas Coepa. Aprovechando la reunión del comité ejecutivo en la que se analizó la situación económica de la organización tras la entrada en concurso de la alicantina, y los problemas por los que también atraviesa la castellonense CEC, su presidente, José Vicente González, lanzó la propuesta de reformar los estatutos con un único objetivo: permitir que las asociaciones sectoriales y las empresas particulares puedan afiliarse directamente a Cierval, sin pasar por las patronales provinciales como ocurría hasta ahora.
Un cambio que, sin duda, debilitaría aún más la estructura de las organizaciones territoriales en favor de la autonómica donde, además, la patronales provinciales perderían poder, ya que una parte de los votos que ahora tienen en la asamblea general se repartirían entre estos nuevos asociados. Aunque González aseguró ayer, en declaraciones a este diario, que el objetivo de la reforma «no es que Cierval compita con las organizaciones provinciales» y que se buscaría la fórmula «para que todos puedan subsistir», lo cierto es que la propuesta no va, precisamente, en la dirección que quiere Coepa.
Desde confederación alicantina también son partidarios de un cambio de modelo pero justo para lo contrario. Es decir, para reducir la actual estructura de Cierval y dejarla en la mínima expresión, como un mero organismo de coordinación con el menor personal posible, según explica su presidente en funciones, Francisco Gómez. No en vano, desde Coepa están convencidos de que su situación sería ahora mismo muy distinta sin las abultadas cuotas que debe pagar a la autonómica -aunque lleva sin abonarlas desde el año 2010- y, sobre todo, si ésta se quedara una porción mucho más reducida de las subvenciones que el Consell distribuye a los empresarios por distintos motivos. Aún así, Gómez apuntó que esperarán hasta ver las propuestas concretas y cómo se desarrolla la negociación.
Tampoco se espera que lo pongan fácil desde Castellón, mientras que los empresarios valencianos serían los más proclives al cambio propuesto por José Vicente González ya que, como siempre ocurre cada vez que se refuerza el carácter autonómico de un organismo, probablemente incluso acabarían ganando peso en la nueva estructura.
Por su parte, el presidente de Cierval justifica su planteamiento, precisamente, por las dificultades económicas en las que se encuentran dos de sus tres miembros fundadores, Coepa y la CEC, lo que, a su juicio, deja claro que las patronales provinciales no son capaces de sostener una «confederación autonómica fuerte y potente» como «quieren los empresarios». O, en otras palabras, que la reforma es un mecanismo para garantizar la supervivencia de Cierval con independencia de lo que ocurra con las anteriores.
En este sentido, el comité ejecutivo de la organización liderada por José Vicente González descartó ayer solicitar el preconcurso de acreedores, como habían reclamado algunos de sus miembros -entre ellos, los representantes de Alicante-, al considerar que tiene músculo suficiente para afrontar las pérdidas que le ocasionará la entrada en concurso de Coepa y la más que probable quiebra de la CEC castellonense. Eso sí, tendrá que provisionar los 688.877 euros que le deben ambas entidades y que, muy probablemente, no podrá cobrar.
Más explicaciones
A pesar de ello, González señaló que esta provisión no afectará a la tesorería de Cierval y que su patrimonio también seguirá en positivo tras la operación. Unas explicaciones que no acabaron de convencer a los representantes de Coepa, que ayer exigieron una reunión «urgente» de la comisión de economía de la patronal para analizar pormenorizadamente sus cuentas, ya que temen que la situación real sea «más delicada» de lo que se dio a entender. Al respecto, fuentes empresariales consultadas señalaron que Cierval ya cerró el año pasado con fondo de maniobra negativo, lo que podría generar problemas de liquidez, que niegan desde la presidencia.
