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Entrevista

Gonzalo Pino Bustos: «Yo no dejo sucesores»

El líder de UGT en la Comunidad dejará su puesto en mayo, aunque estos dos meses no parará

Gonzalo Pino Bustos: «Yo no dejo sucesores» daniel tortajada

¿Cuáles son los primero retos como secretario de Política Sindical de la ejecutiva de UGT?

El primer reto de la nueva ejecutiva es exigir la derogación de la reforma laboral. Si no se deroga, tendremos grandes dificultades para reorientar la negociación colectiva. Partimos de una situación de inferioridad frente a la patronal, que tiene una normativa que le permite trasladar la negociación a la empresa y eso nos dificulta la negociación confederal y sectorial.

Dejará la secretaría general de UGT-PV al entrar en la ejecutiva confederal y ya suenan los nombres de posibles aspirantes: Raúl Roselló, Tino Calero, Ismael Sáez o el veterano Luis Lozano, ¿a quien apoya?

No apoyo a nadie en estos momentos. Además, yo continúo como secretario general hasta el 5 y 6 de mayo, que celebraremos el congreso dentro de un proceso normal. Hasta entonces vamos a ponernos de acuerdo todas las federaciones para, entre todos ,ver qué hombre o mujer puede dirigir mejor esta organización en los próximos cuatro años; que siga con el proyecto que iniciamos hace un año. Creo que sabremos elegir al compañero o compañera. Apoyaré a la persona -hombre o mujer- en la que coincidamos en la organización. Hay que abandonar las costumbres de Corea, la de dejar heredero o sucesores. Escucharemos nombres, seguro. Los que han salido y algunos más. Pero, al final, seguramente, no será ninguno de los que hay sobre el papel. Y, tras elegir a la nueva dirección, a funcionar. Ahora, en UGT-PV hay mucha normalidad, una vez corregidas las diferencias entre las federaciones y la ejecutiva. (Pino fue elegido secretario general en enero de 2015 con el 89% de los votos del comité extraordinario de UGT-PV para sustituir a Conrado Hernández -que estaba a mitad de mandato- en un momento de tensión interna en el sindicato por los problemas económicos y los despidos. Pino asumía el liderazgo hasta el congreso ordinario, que se celebrará este año)

¿Puede reproducirse en el congreso de UGT-PV la división del confederal reflejada en las votaciones? Pepe Álvarez, salió por el 51,1% de los votos.

No ha habido división. Ha habido un congreso en el que se han tomado decisiones democráticas, que han llevado a que el resultado sea el que es. Ahora, esta organización se pone a trabajar desde un punto de vista único. Aquí en la Comunidad hemos pasado por una etapa difícil, teníamos problemas económicos y una cierta crispación. La situación se ha ido apaciguando. Hay normalidad de trabajo de la comisión ejecutiva con las federaciones. Vamos a ir a un congreso donde la normalidad creo que será la nota dominante.

Dice que se ha apaciguado la situación en UGT-PV, pero los ajustes que ha sufrido la organización han sido duros.

Hemos pasado años difíciles. Pusimos en marcha cinco ERE (Expedientes de Regulación de Empleo). Pero creo que hay coincidencia entre trabajadores, cuadros y el conjunto del sindicato de que hemos hecho lo que teníamos que hacer. Fue duro, pero no había otra alternativa. Hemos saneado la organización y dejado la estructura necesaria.

En este poco más de un año al frente, ¿que ha aportado al sindicato?

Mi experiencia de bastantes años de militancia y responsabilidad al frente de secciones sindicales y uniones comarcales que me han permitido ver la dinámica ante una situación de enfrentamiento no sólo en la negociación colectiva, sino también en el hecho de intentar armonizar las diferencias en cada momento entre unos y otros. También hemos resuelto el problema económico. Teníamos una deuda importante (8,5 millones) y la hemos zanjado, con el apoyo de la Confederación, poniendo nuestro patrimonio de UGT-PV en manos de la Confederación y buscando alternativas para reducir la deuda. También hemos resuelto la visión que había de las federaciones con respecto a la ejecutiva de UGT-PV. Creo que hay un clima de normalidad, el que tiene que tener una organización para ocuparse de lo principal: no de sus problemas internos, sino de los de los trabajadores y de la sociedad, que actualmente son muchos. Uno que nos preocupa es esa nueva categoría de trabajadores pobres, debido a la reforma laboral, que de un salario no pueden vivir dignamente. Eso no lo podemos permitir.

¿Ha sido la defensa de Álvarez del derecho a decidir en Cataluña lo que ha marcado la división -que usted dice que no es tal- en un convulso congreso de UGT?

No ha sido convulso. Ha sido de debate. Hacía muchos años que no teníamos un congreso de debate en profundidad sobre hacia dónde queríamos orientar la organización. Cuáles han sido los problemas que hemos tenido, en qué hemos fallado y qué tenemos que corregir. Ha sido importante porque nos pone ante la sociedad como un sindicato que ha entendido la realidad en la que vive. El sindicato se ha puesto al día.

¿Y sobre el tema de Cataluña?

En el congreso se han presentado 2.500 enmiendas y no ha habido una sola que hablara del derecho a decidir. Ha sido más un debate mediático. Ese debate no se ha producido en el congreso.

¿Cómo romper con la imagen erosionada de un sindicato salpicado por escándalos de corrupción?

Ya lo estamos haciendo. Estamos reconociendo que hay cosas que se hicieron mal. Eso no quiere decir que estuviéramos entrando en el terreno de la corrupción. Otra situación distinta es la de Andalucía (caso ERE). Veremos qué ocurre con los temas que tenemos judicializados. Creo que los compañeros saldrán de la mejor manera posible. Y en el caso del sindicalista asturiano Villa (con una fortuna oculta) cuando se detectó, se le expulsó rápidamente. La reacción del sindicato fue la correcta: echamos al sinvergüenza. Distinta es la situación que esas políticas de derechas o neoliberales han generado con tal de tapar el problema que tiene la propia derecha. Esa sí es la verdadera corrupción de este país.

Al parecer, hasta última hora del congreso se intentó una candidatura de integración, pero finalmente, Pepe Álvarez elaboró una lista representativa de sus apoyos. ¿De ahí su inclusión en la ejecutiva, ya que UGT-PV ha tenido mucho que ver en que Álvarez esté liderando ahora UGT?

El sindicato en la Comunidad tenía una parte de trabajo hecha para que Pepe Álvarez fuera secretario general. En la medida que te comprometes y te implicas, pues, al final, cuando en un momento determinado te piden que entres, tienes que estar ahí.

¿Como responsable a partir de ahora de la Política Sindical de UGT y de la negociación colectiva, qué otros retos tiene, además de exigir la derogación de la reforma laboral?

Recuperar el contrato de relevo porque tenemos un 50% de jóvenes sin trabajo. Como ejemplo, el sector de la automoción -pujante y donde se han hecho muchas inversiones- que con el contrato relevo se ha hecho muy competitivo. Ha permitido que se fueran trabajadores con 60 años y se incorporaran jóvenes. Esa demanda habrá que reivindicarla al Gobierno. Con el Ejecutivo también hay que discutir el problema de los trabajadores de 55 años. Los que están en ese punto final de la vida laboral, que tienen necesidad de cotizaciones para tener una pensión digna, y que se van a encontrar con serios obstáculos para cubrir esas cotizaciones, dado que con esa edad, si estás sin empleo, las dificultades para entrar en el mercado de trabajo son tremendas.

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