Otro mito que se cae. A pesar del orgullo con el que muchos empresarios alicantinos reivindican el espíritu fenicio de la zona y de la imagen tradicional de potencia exportadora que se suele dar de la terreta, lo cierto es que el volumen que representa el comercio exterior en la provincia está muy por debajo de la media españolamuy por debajo de la media . Y eso a pesar de la notable mejora que ha experimentado durante los últimos años. Así lo denunció ayer el presidente del Instituto de Estudios Económicos de Alicante (Ineca), Perfecto Palacio, quien apuntó que habría prácticamente que duplicar las ventas actuales para alcanzar las cifras que se dan en el conjunto del país.

Según explicó Palacio, los 5.403 millones de euros que las firmas provinciales facturaron el año pasado en el extranjero apenas suponen el 2,13% del total de las exportaciones españolas, cuando el peso poblacional y por PIB de Alicante se sitúa «entre el 4% y el 5%» del total nacional. Una discrepancia que empezó a gestarse a finales de los años ochenta -cuando las exportaciones de la zona representaban el 3,9% del conjunto nacional- y que se fue agudizando a medida que la construcción ganaba peso en la economía y absorbía todas las inversiones.

Por eso, el presidente de Ineca reivindicó la necesidad «de hacer un esfuerzo por reindustrializar la provincia» y abogó por iniciativas como la creación de una Zona Franca con dos recintos -en el Puerto de Alicante y en el parque industrial de Torrellano- para atraer nuevas compañías que «generen empleo». «Tenemos que darles a los inversores algo diferencial, que les de la oportunidad de mejorar su competitividad», apuntó Perfecto Palacio para defender este proyecto, que trata de impulsar la Diputación.

En este sentido, Palacio expuso que la situación resulta especialmente sangrante si se compara con lo que ocurre en otras provincias vecinas. Así, Castellón, con apenas una cuarta parte de la población alicantina, acapara el 2,48% de las ventas exteriores de España; Murcia supone cerca del 3,70%; y Valencia suma el 6,67% de los envíos cuando su población sólo representa el 5,4% del conjunto nacional.

Palacio realizó estas consideraciones durante la presentación del nuevo indicador que el Instituto de Estudios ha creado para seguir la evolución socioeconómica alicantina, un índice que trata de sintetizar en un solo dato hasta 27 variables como el nivel de paro, el volumen de actividad, el comercio exterior o la cifra de negocio del sector turístico y que ha dado un resultado, cuando menos, sorprendente. Y es que, de acuerdo con este algoritmo, la situación económica de la provincia ya es equivalente a la que existía en 2008, antes del estallido de la burbuja inmobiliaria.

«En vista de estos datos, podemos afirmar que la crisis ha quedado atrás, aunque aún se mantengan algunas de sus consecuencias, como el elevado nivel de desempleo», aseguró el director de Proyectos de Ineca, Joaquín Melgarejo. Al respecto, señaló que aún faltarían por recolocar a unos 80.000 desocupados para regresar a los niveles de 2008 también en este terreno, aunque señaló que los datos del año pasado -con cerca de 20.000 nuevos puestos de trabajo- son «esperanzadores».

El tirón del turismo

Frente a esta «debilidad» del empleo, el responsable de Análisis y Gestión de Ineca, Francisco Llopis, destacó que el turismo, con cerca de 16,5 millones de pernoctaciones, o el sector del calzado presentan en la actualidad mejores cifras que hace ocho años y también la construcción empieza a reactivarse (la provincia acapara el 25% de las viviendas iniciada en España). De ahí que Llopis hablara ayer de «situación equivalente, que no igual» a la de antes de la crisis, ya que unos indicadores están claramente mejor y otros aún siguen por debajo de lo que se registraba en 2008.