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La generación caracol

Las nuevas tecnologías y la necesidad de conciliar la vida laboral y familiar impulsan en la Comunidad Valenciana el aumento del trabajo en casa

Fernando Olcina tiene su despacho de abogado en su casa; junto a la ventana su gata «Babsie» se sube, a veces, a mirar el exterior. rafa arjones

Las nuevas tecnologías, los efectos de la crisis en el empleo y la necesidad de conciliar la vida laboral con la personal conciliar vida laboral personal y familiar están configurando nuevos escenarios -complementarios o alternativos- en el ámbito del trabajo. Ahora, cada vez más, la tradicional oficina convive en el tiempo con ese espacio en la casa dedicado a tu profesión. En la Comunidad, el número de ocupados que en 2007 dedicaron más de la mitad de los días que trabajó a realizar sus obligaciones laborales en su domicilio (47.100) aumentó en 2014 hasta los 100.300, es decir, más del doble en siete años, según la comparativa de la Encuesta de Población Activa (EPA).

No es llevarse el trabajo a casa. Es trabajar en casa. Una opción que elige una generación -no tanto vinculada por la edad- sino por su relación con las nuevas tecnologías o que son emprendedores nativos o por necesidad, surgidos de la época de crisis. Una generación que, de forma similar a los caracoles, en su casa también tienen su trabajo.

Son autónomos o empleados por cuenta ajena que deciden acogerse a planes de conciliación laboral y familiar. «Pero cada vez hay más profesionales liberales como arquitectos, abogados, asesores contables y fiscales o informáticos... que optan por tener su puesto laboral en su domicilio», apuntaba Yaissel Sánchez, responsable de Empleo de UGT. «Es un sistema más viable para los que realizan tareas más administrativas, obviamente, que en las que se necesita una atención directa al público». «Y para las reuniones con los clientes, utilizamos los espacios de coworking (donde pymes o emprendedores comparten un espacio para reuniones o la actividad laboral) o centros de negocios», asegura Paula Guzmán, autónoma desde hace dos años y que en 2016 ha formado con Isabel Romero una sociedad limitada con el nombre con que inició su blog y que se ha convertido en la marca de su empresa: Enredando por la Red (www.enredandoporlared.com). Igualmente, el abogado Fernando Olcina (www.elabogadodigital.com) es autónomo y utiliza los servicios de coworking que ofrecen otras firmas para actividades o reuniones con clientes.

Los consultados que han elegido esta fórmula de vida laboral aseguran haber ganado en flexibilidad horaria, pero a la vez afirman haber logrado mayor productividad, fruto de la disciplina y, sobre todo, un ahorro de costes. Para los que deciden lanzarse por su cuenta, la inversión es mínima. «Apenas necesitas un ordenador, una conexión wifi y un teléfono móvil», apuntan Paula y Fernando. Pero también el ahorro del gasto es para las empresas «porque si una parte de la plantilla opta por el teletrabajo, éstas economizan en espacio (ocupado) y gasto energético. Las nuevas tecnologías han favorecido estas vías porque permiten no estar físicamente en la empresa», explica Yaissel Sánchez.

Margo Martínez, de 51 años, trabaja en casa. Sólo tiene que estar físicamente un día a la semana en las oficinas de su empresa. Es empleada desde hace 20 años de la mutua La Fraternidad-Muprespa y hace dos se acogió a la fórmula del teletrabajo que ofrecía la empresa, que extendió el plan de conciliación de la vida laboral, personal y familiar.

Ella ha dedicado un espacio de su casa en Mutxamel a su actividad profesional como técnico en prevención de riesgos laborales. La compañía le ha instalado un ordenador «que funciona como si estuviera en mi mesa de la empresa». En su domicilio, las mañanas son para su puesto laboral. «Te permite estar en pijama y tomándote un café, sin que dejes de trabajar. Además, te ahorras costes de desplazamiento a la oficina», destaca Margo, entre las ventajas de esta fórmula. Este sistema de conciliación laboral y personal te permite poner una lavadora, vigilar la comida o atender el teléfono, sin dejar tu ocupación profesional. Las tardes las dedica a sus hijos -un chico de 14 años y una niña de 11-. «Pero cuando sus vacaciones no coinciden con las mías, los chicos están en casa. Pero ellos saben que su madre está trabajando», subraya.

Esta técnico en prevención de riesgos laborales considera que las empresas también encuentran ventajas con el teletrabajo «porque fideliza a los empleados y los motiva». Factores que representan «un plus al aportar trabajo de calidad». Este sistema «se basa en la confianza de la empresa y en la responsabilidad del trabajador. Favorece a las dos partes», añade. Por su especialización laboral apunta que este aspecto también se debería tener en cuenta en los casos de teletrabajo. «Porque hay gente que en casa que está con el portátil en el sofá o en las rodillas». Y considera que para los empleados que optan por esta opción «se deben tomar las mismas medidas ergonómicas que si estuvieran en la oficina». En este sentido, Yaissel Sánchez añade que estos trabajadores «tienen que tener los mismos derechos que los que están físicamente en las instalaciones de la empresa para que no se vean discriminados en el convenio laboral».

En la Comunidad Valenciana también ha aumentado un 23,5% el número de ocupados que ocasionalmente trabajan en casa. Han pasado de los 47.900 del año 2007 -cuando aún no se atisbaban las graves consecuencias que tendría la crisis- a los 53.600 de 2014, último ejercicio analizado por la EPA sobre los ocupados que realizan su actividad laboral en su domicilio. Y como consecuencia de esta evolución de las nuevas fórmulas del mercado laboral, el número de ocupados de la Comunidad que antes no trabajaban en casa y ahora sí lo hacen ha bajado en el mismo periodo de los 1,7 millones de hace siete años a los 1,6 millones de 2014, según los mismos datos de la EPA.

Paula Guzmán acaba de estrenarse este 2016 como empresaria. Antes estuvo dos años de autónoma. Esta periodista, alicantina de 38 años, ha constituido una sociedad limitada con Isabel Romero. Su compañía se dedica a vender servicios de lo que se denomina SEO -lograr para tu cliente los mejores posicionamientos en los buscadores de la red, como Google-, además, de ofrecer marketing de contenidos a las empresas (blogs...).

Hace apenas tres años era una trabajadora por cuenta ajena, después dedicó todo un año a formarse y realizó un máster en marketing digital. Buscaba «una forma de reinventarme y optar a nuevas salidas profesionales». Y un año después ya era autónoma. Aprovechó el tiempo del curso -donde, por cierto, conoció a la que hoy es su socia- para practicar los contenidos e inició su blog «enredandoporlared», que ya es su marca «y la principal fuente de ingresos».

En el máster habló con Isabel Romero de futuros proyectos, «al encajar nuestros perfiles profesionales, que eran complementarios y podíamos aprovechar el bagaje de cada una», asegura Paula.

La decisión de ambas emprendedoras les ha llevado a constituir recientemente su empresa y su blog es, realmente, su plataforma profesional. Sus potenciales clientes entran por él para pedirles presupuestos.

Paula sentencia que «el blog es tu currículum vivo. Si escribes sobre algo que conoces, ahí estás demostrando lo que sabes». Y desde ahí es a través de donde les llegan los clientes. Ya tienen una amplia cartera no sólo de la provincia, sino de otras zonas como el País Vasco e, incluso, del extranjero, de Canadá. Curiosamente, ahora que se había adaptado a ser disciplinada con los horarios -«cuesta cuando provienes de una oficina tradicional»- combinan la fórmula del trabajo en casa con dedicar una parte a la oficina.

Han contratado a su empresa para ofrecer una programación viva de formación, información, talleres o eventos en ULab Ideas Meeting Point. Un centro de negocios o coworking en Alicante. «Un espacio para profesionales de corte joven de startups... El emprendedor paga un alquiler para su puesto de trabajo, lo que ahorra en costes, con servicios gratis», añade Paula, quien en apenas dos años ha pasado de escribir un blog a ser una auténtica emprendedora. «Ahora eres más dueña de tu tiempo», resume.

Al abogado Fernando Olcina, de 39 años, las nuevas tecnologías también le han permitido ser emprendedor on line. Lo decidió hace año y medio. Antes era trabajador por cuenta ajena. Ahora este alicantino es autónomo, con una buena cartera de clientes.

Primero se formó para poder iniciar su nueva actividad y ser su propio jefe. Publicó distintos artículos sobre Derecho y nuevas tecnologías (TIC).

Y con la mínima inversión que suponen dos ordenadores, un teléfono móvil y las conexiones adecuadas, inició su blog elabogadodigital.com. Fernando partía de una profesión muy tradicional y dio el salto a la actividad on line.

«Al final, asesoras, igualmente, a las empresas pero a través de la red. Existe una parte del Derecho aplicada a las nuevas tecnologías». Olcina asesora a compañías sobre las normativas (mercantil, civil, fiscal...), sean emprendedores o empresas afianzadas que optan por iniciar su negocio on line y cómo aplicar esas normativas que rigen las empresas que operan en la red.

Y asegura que ha conseguido optimizar el tiempo, conciliar la vida laboral y familiar y ahorrar en costes.

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