La Generalitat subvencionará la contratación de jóvenes por parte de pymes y ONG con el equivalente a un año del salario mínimo fijado en el convenio colectivo del sector correspondiente. Una generosa ayuda, que en algunos casos podría superar los 10.000 euros, con la que el Consell pretende incentivar, tanto la incorporación al mercado laboral de los menores de 30 años con baja cualificación y que estos momentos ni estudian ni trabajan -los conocidos como «ninis»-, como la de aquellos licenciados universitarios que tienen problemas para ocuparse.
En este último caso, además, la subvención estará ligada a que la pyme que los contrate utilice a este nuevo trabajador para poner en marcha un proyecto de investigación o innovación, con lo que se pretende matar dos pájaros de un tiro: ayudar a la empleabilidad de los nuevos graduados para evitar que tengan que marcharse al extranjero, e impulsar el crecimiento y el cambio de modelo en las pequeñas y medianas empresas de la autonomía.
Ésta una de las medidas más novedosas incluidas en el plan «Avalem Joves», con el que el Consell pretende movilizar más de 200 millones de euros hasta 2018 para reducir la elevada tasa de paro que afecta a este colectivo, que actualmente se sitúa por encima del 44%. Un proyecto que el titular de Economía, Rafa Climent, y el director de Planificación y Servicios del Servef, Juan Ángel Poyatos, presentaron ayer a los grupos con representación en las Cortes para que realicen aportaciones antes de su aprobación definitiva.
89.000 beneficiarios
En total, el conjunto de actuaciones planteadas beneficiará a unos 89.000 jóvenes a lo largo de sus tres años de vigencia -9.000 más de los estimados inicialmente-, de los que alrededor de 3.000 podrán formar parte del citado programa de ayudas a la contratación. Para el resto, se prevén desde acciones de orientación laboral, hasta cursos de capacitación profesional -por ejemplo, enfocadas al sector de la hostelería-, pasando por programas de FP o becas internacionales para universitarios.
Como ayer destacó el conseller, el objetivo es ofrecer un itinerario singularizado para cada participante en el plan, que permita ofrecerle la alternativa que mejor se adapte a sus necesidades, de acuerdo a su nivel educativo y su situación, y que más oportunidades de empleo le abra al final del programa.
Así, por ejemplo, las nuevas ayudas directas a la contratación suponen un vuelta de tuerca a este tipo de subvenciones. Para empezar por su cuantía, el equivalente al 100% del salario mínimo del sector al que pertenezca la pyme, cuando hasta ahora lo habitual es que cubriera la mitad de esa cantidad. Teniendo en cuenta que en muchos sectores el sueldo mínimo se sitúa alrededor de los 800 euros, las ayudas podrían superar los 10.000 euros. Las empresas podrán complementar ese salario hasta el importe que consideren oportuno.
Además, se duplica la duración de la ayuda, que antes normalmente sólo cubría seis meses frente a los 12 que propone el plan, con lo que se quiere «fomentar la estabilidad de los beneficiarios», explica Poyatos. Pero, sobre todo, porque su concesión se vincula a una finalidad concreta en la empresa, el desarrollo de un proyecto de I+D. Así se fomenta también la innovación en las pymes y se elevan las posibilidades de que el joven se quede posteriormente en la empresa, para hacerse cargo del proyecto que él mismo ha puesto en marcha.
En el caso de los «ninis», el objetivo es que estos jóvenes tengan su primera experiencia laboral para introducirlos en el mercado, que ahora les excluye.
Ahora el reto es conseguir llegar hasta los propios jóvenes para que se apunten al programa -uno de los motivos por los que ha fracasado hasta la fecha el Plan de Garantía Juvenil que lanzó el Gobierno central-, por lo que se hará una campaña de difusión en abril enfocada a aquellos medios que más utiliza este colectivo, como las redes sociales. También se contará con la colaboración de los entes locales o los agentes sociales, y se pondrá en marcha una aplicación para el móvil.
