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«En momentos críticos como éste es cuando se gana más en la Bolsa a largo plazo»

Asesor financiero y planificador fiscal de Renta 4 Banco

«En momentos críticos como éste es cuando se gana más en la Bolsa a largo plazo» ISABEL RAMÓN

¿Cómo se explican los efectos que está teniendo en los mercados la desaceleración en China?

Los mercados están sobredimensionando un aspecto negativo y creemos que no justificado desde el punto de vista económico. En este momento, la moda es China. En otros momentos, la moda ha sido Siria o Ucrania. Es verdad que el mercado no reacciona igual a todas las noticias, pero ahora está reaccionando demasiado mal hacia un problema que no es tan grave. El problema de China es que se está ralentizando el crecimiento y eso es normal. China, hace quince o veinte años, partía casi de cero. Claro, crecer a ritmos del 11%, del 12%, del 14%, partiendo de cero, es muy normal. China está pasando de ser un país productor y exportador, un país de características emergentes, a un país productor, exportador y consumidor. Si a que el consumo privado está aumentando se suma que ya no parte de cero, sino que se ha creado un monstruo económico, ya no podemos pedir que crezca a un 10%. Aún así, el Producto Interior Bruto creció en 2015 en términos interanuales un 6,9%. Sin embargo, el mercado descuenta que ya no crece al 10% o por encima del 10%. No se está valorando que se está transformando en un país desarrollado y que, dentro de nada, tendremos a 1.300 millones de chinos no sólo produciendo, sino consumiendo.

¿Por qué ahora es cuando el efecto de China se está dejando sentir tanto en las bolsas?

Porque el mercado descuenta un aterrizaje forzoso de la economía china, cuando lo que estamos viendo es simplemente una desaceleración. Lo que pasa es que a nivel de mercado el miedo es libre. Los mercados están más presa de cuestiones psicológicas que de cuestiones monetarias.

¿Y qué incidencia tiene la caída del precio del petróleo?

Si a los países desarrollados les está beneficiando la bajada del precio de las materias primas y el petróleo; a los emergentes, que son los principales productores, les está perjudicando, y el PIB mundial es la media de todos los países. Si nosotros estamos creciendo de manera muy leve, en Estados Unidos y Japón se está creciendo, y los emergentes están ralentizando mucho el crecimiento, por lo que la media de crecimiento mundial, por el efecto de las materias primas y el petróleo, se ha reducido, y las bolsas reaccionan ante esa situación. El crecimiento mundial se está reduciendo, y no se está valorando en qué medida afecta o perjudica a cada uno. Aún así, lo que están penalizando las bolsas es esa media de crecimiento mundial. Si la incertidumbre económica consideramos que es una moda exagerada y que no valora los aspectos positivos, que los precios de las materias primas y del petróleo son extremadamente bajos y son sostenibles a corto plazo, pero no a muy largo plazo, lo que vemos es una infravaloración de los activos demasiado exagerada.

¿Hemos tocado ya fondo o todo es susceptible de ir a peor?

Cuando los mercados se mueven por cuestiones psicológicas, todo es posible. Ya lo era antes, pero, desde la quiebra de Lehman Brothers, nada es imposible. Por lo tanto, los mercados podrían ir hacia cualquier lugar, porque no se mueven por una justificación económica. El mercado es ineficiente a corto plazo, aunque tiende a ser eficiente, y ejemplos hemos tenido muchos. Hemos tenido a Iberia cotizando en su día a 1,20 ó 1,30, cuando el valor que tenía en caja se acercaba a los dos euros por acción. Ahora tenemos otras ineficiencias. Por ejemplo, la participación que tiene Sacyr de Repsol vale más que la capitalización entera de Sacyr. ¿Cómo es posible? Porque, cuando el miedo es libre y la gente se pone a vender a cualquier precio, es complicado saber el límite. Lo que sí que vemos es que el riesgo de que el mínimo llegue a unos niveles inferiores es menor que el riesgo de que se produzca un rebote técnico o de una dimensión importante debido a la sobreventa y a la caída en vertical que hemos tenido.

¿En qué medida afecta y puede afectar la incertidumbre política tras el 20-D?

Lógicamente, no ayuda y estamos reaccionando un poco peor que el mercado en general, pero, en realidad, sólo se están amplificando los movimientos. El mundo no está bajando desde el punto de vista financiero por nuestra incertidumbre política. Nosotros estamos bajando porque bajan ellos. Nos influyen ellos y no nosotros a ellos. Evidentemente, cuanto más se prolongue la situación, mayor será el efecto.

¿Qué penalizarían más los mercados: un pacto de izquierdas o unas segundas elecciones?

Los mercados son lo contrario a la democracia. Lo deseable para los mercados financieros sería una certidumbre total, es decir, mayoría absoluta. Claro, luego hay otros factores añadidos como la paz social o la evolución de las economías. En cualquier caso, yo creo que los mercados ya tienen parte de este efecto descontado y lo hemos visto en la primera colocación de deuda. Sí que es verdad que lo deseable es que, de alguna forma, se solucione pronto, que los políticos sean capaces de transformar lo que les decimos en acuerdos del tipo que sean, pero no creo que sea algo tan determinante como para afectar a la Bolsa ni por supuesto a la economía mundial.

Los precios de las acciones han caído, pero, contrapartida, la inestabilidad es más que evidente. ¿Compensan los bajos precios ese escenario incierto?

En los momentos críticos, y éste es uno, es cuando se hacen las carteras más rentables a largo plazo. Evidentemente, quien compró en los máximos acumula una pérdida importante, pero para quien no tiene cartera es buen momento. ¿Los especuladores? Los especuladores lo que desean es una volatilidad elevada, que también está creciendo y da más posibilidades a corto plazo e incluso en el intradía. Sin embargo, cuando hablamos de inversor, de inversor a medio o largo plazo, en momentos críticos, cuando más incertidumbre hay, es cuando mejores ocasiones se pueden encontrar. Estamos viendo precios interesantes, que es difícil ver y van a ser ganadores a largo plazo, otra cosa es si será ya, o en unos meses. Hay más riesgo al intentar esperar un mínimo, que no se produzca y quedarme fuera, que al entrar a estos precios y que el mínimo baje más.

¿Cuál podría ser una apuesta segura en estos momentos?

Nuestra cartera modelo estaría equidistribuida en cinco valores: Ferrovial, IAG, Santander, Técnicas Reunidas y Telefónica. Todo son valores exclusivamente españoles: en Santander sólo el 30% de los ingresos proviene en España; Telefónica está en Europa y en Latinoamérica, es un operador global; o Ferrovial está presente en el mercado inglés y está entrando en el australiano. Es una cartera de valores todos del Ibex, todos de capitalización media o muy alta, y, además, todos son operadores globales. Siempre es recomendable diversificar, ser selectivos y entrar en valores pata negra.

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