Si la actual incertidumbre sobre quién será el próximo inquilino de la Moncloa y la desaceleración de la economía china no lo impiden, el ejercicio que acaba de arrancar volverá a ser un buen año para la creación de empleo en la provincia, tras haber cerrado el pasado 2015 con el mayor aumento de la afiliación a la Seguridad Social en más de una década, con 27.420 nuevos cotizantes. Así al menos lo creen las principales agencias de colocación, escuelas de negocios y expertos universitarios consultados, que también señalan que serán aquellos con aptitudes comerciales o los que se hayan formado en nuevas tecnologías -desde programadores hasta expertos en marketing digital o redes sociales- los que más oportunidades tengan de encontrar trabajo a lo largo de 2016.
En este sentido, aunque en Alicante el grueso de los nuevos puestos de trabajo puestos de trabajose seguirá concentrando en ocupaciones de baja o media cualificación, las previsiones apuntan a un incremento cada vez mayor de la demanda de perfiles especializados y de formación superior. Sobre todo por parte de las compañías de tamaño mediano y grande, que en su mayoría se encuentran en estos momentos en plena expansión. Así, hasta cuatro de cada cinco firmas de la provincia de estas características prevén aumentar este año sus plantillas, según la estimación del Observatorio de Empleo de Fundesem.
Según explica la responsable de este organismo y directora del área de Carreras Profesionales de la escuela de negocios, María Luz Pomares, estas compañías se han dado cuenta de que, «si no crecen, corren el riesgo de estancarse y retroceder», por lo que están apostando «por profesionalizarse, incorporar más mandos intermedios y expandirse». Una decisión en la que, sin duda, también ha influido decisivamente la mejora de las perspectivas económicas y, en especial, del consumo interno.
En cuanto a los perfiles concretos que tendrán más demanda a lo largo de este año, Pomares destaca los relacionados con las nuevas tecnologías, la medicina y también los englobados en las áreas de comercial y marketing, y los departamentos de financiero. Unas previsiones con las que coinciden también los gabinetes de estudios de agencias de colocación como Randstad o Infojobs.
El portavoz del popular portal de búsqueda de empleo, Jaume Gurt, pone como ejemplo lo ocurrido en la provincia durante el pasado año, cuando ya se apreciaron todas estas tendencias. Así, de las más de 28.600 ofertas de trabajo que las compañías alicantinas publicaron a través de esta web, hasta 12.299 -el 42%- fueron para buscar personal para el departamento comercial y de ventas -lo que incluye también a los dependientes de los establecimientos minoristas- y otras 3.521 para atención al cliente. Y en tercer lugar se situaron, a pesar de tratarse de perfiles ya muy cualificados, las ofertas para los departamentos de informática y telecomunicaciones.
«Esto refleja claramente la realidad de lo que está ocurriendo en el mercado. Por una parte, que las compañías se están volcando en potenciar sus departamentos de ventas para aprovechar la recuperación y el crecimiento del sector "retail"(la venta del comercio minorista); y, por otra parte, la importancia que han adquirido las nuevas tecnologías, ya no sólo para las firmas especializadas, sino para el conjunto de las empresas», asegura Gurt.
«Hasta las pequeñas tiendas tienen ya su propia web o quieren tener presencia en las redes sociales y todo eso hay que manejarlo también. Y, por su puesto, ni qué decir tiene el cambio que supone que ahora todo lo podamos hacer por el móvil y que cada vez se compre más en internet», señala el portavoz de Infojobs.
De esta forma, cada vez es más habitual que en las ofertas de empleo de la provincia aparezcan términos como director de proyectos IT, CIO (Chief Information Officer, los antiguos jefes de sistemas), programador Net, desarrolladores de aplicaciones o expertos en seguridad IT, según explica María Luz Pomares. Y, cómo, no cuando el futuro pasa por el comercio online, entre los profesionales más buscados en estos momentos por las empresas de la provincia se sitúan también los especialistas en márketing digital. «Toda la gente que estamos enviando a hacer prácticas, se acaba quedando en las empresas», asegura la responsable de asesorar a los alumnos de Fundesem.
Otro de las ocupaciones en auge, aunque todavía de forma incipiente en la provincia, es la de analista «big data». Es decir, aquellos profesionales que tratan de adelantarse a las tendencias del mercado o a las necesidades del consumidor a través del examen del comportamiento que tienen en internet. Una disciplina relativamente nueva pero capaz de unos resultados sorprendentes, como apunta Jaume Gurt, que recuerda el caso de una adolescente norteamericana que recibió en casa publicidad de ropa premamá antes de que ella misma tuviera certeza de estar embarazada, porque el algoritmo de la compañía en la que realizaba sus compras habitualmente en internet lo dedujo por su comportamiento en la adquisición de otros productos.
Como ya se ha citado, el hecho de que los conocimientos más demandados estén relacionados con el mundo digital no quiere decir que sean las compañías puramente tecnológicas las que vayan a generar empleo este año. De hecho, según los datos del Observatorio de Fundesem, éstas sólo generarán alrededor de un 15% de este tipo de nuevos puestos de trabajo cualificados. La mayoría, alrededor del 30%, surgirán en empresas del sector servicios, que engloba desde cadenas de restauración, negocios turísticos o comercios, hasta consultoras, aseguradoras o empresas de formación.
Otro 25% se generará en compañías comercializadoras (mayoristas), un 15% en el sector de la industria y la distribución, y el resto en actividades como la automoción, la promoción inmobiliaria o el agroalimentario.
También tendrá un papel destacado este año en el mercado laboral el negocio de la salud. Según Randstad, se buscan médicos y enfermeras. Eso sí, con experiencia y con formación especializada en su disciplina. Pero, además, este sector también busca perfiles financieros para controlar costes, presupuestos, suministros o para conseguir clientes.
Lo mismo que ocurre con los médicos se puede aplicar prácticamente a todo el empleo cualificado. Es decir, que las compañías ya no se conforman con simples licenciados. Quieren especialistas, con formación de posgrado, con dominio de idiomas -cada vez se valora más una tercera lengua, además del inglés- y también que se defiendan bien con las nuevas tecnologías, según coinciden todos los consultados. A cambio, como explica María Luz Pomares, los responsables de Recursos Humanos -por cierto, otras de las ocupaciones en auge- cada vez se fijan menos en la edad de los candidatos, siempre que cumplan los requisitos, lo que favorecerá a los más jóvenes, pero también a los trabajadores de más edad que han sabido mantenerse al día en sus conocimientos.
No obstante, como se apuntaba al principio y como destaca el profesor de derecho laboral de la Universidad Miguel Hernández Pedro Pablo Ortuño, la mayor parte de las contrataciones que se produzcan este 2016 en Alicante seguirán siendo en ocupaciones de baja o media cualificación. Algo irremediable mientras no cambie de forma radical el modelo productivo de la provincia. Al respecto, según los últimos datos del Observatorio Ocupacional del Sepe, apenas un 18% de las contrataciones de la zona son de técnicos o superiores, y alrededor de otro 13% son de obreros cualificados. Así, año tras año, suele ser la de camarero la profesión más contratada en Alicante, aunque en estos datos también influye el hecho de que se trata de contrataciones de muy corta duración.
En cualquier caso, si durante los últimos años han sido la hostelería y el comercio los que más nuevos empleos de base han generado, de cara al presente 2016 Ortuño cree que será la industria la que tome el relevo y dé trabajo a un mayor número de alicantinos. Por dos motivos, principalmente. Por la senda alcista que llevan las exportaciones, que está obligando a reforzar plantillas en muchas empresas, y también por la inestabilidad en China, que podría propiciar la sustitución de productos que ahora se traen desde Asia por otros locales.
