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Empresas exportadoras muestran cautela por la desaceleración en China

Las ventas del mármol en el gigante asiático han disminuido un 50% y el sector busca otros mercados

Empresas exportadoras muestran cautela por la desaceleración en China

Las turbulencias bursátiles mundiales por la desaceleración de la economía china han hecho que todas las miradas se centren en el gigante asiático y en las consecuencias que se puedan derivar a nivel global, incluida la economía de la Comunidad Valenciana y de la provincia de Alicante, que una mayoría de expertos considera que se verá salpicada de una forma u otra. Los problemas de China, sin embargo, no son cosa de hace dos días, aunque eso no quite para que las compañías muestren cautela y preocupación, a partes iguales, ya no sólo por las consecuencias que puede tener en las relaciones comerciales con el gigante asiático, sino también con terceros países.

De entrada, sectores como el mármol y el calzado, que concentran la mayoría de los envíos a China, ya han visto caer su facturación desde hace casi dos años, ante el cambio de modelo en que está inmerso este país. Ahora lo peor es que la situación se contagie y pueda tener efectos en otros países de destino. Otra cosa es que eso pueda haber un efecto huida de las factorías que en su día trasladaron allí la producción. Calzado y juguete tienen claro que la relocalización es un fenómeno que en sectores como estos ya empezó hace unos años, y que la desaceleración en China no va a cambiar los planes de las firmas a corto plazo. Quien se quedó allí seguirá de momento.

El presidente de la Asociación Mármol de Alicante, Juan Antonio Santo, es de los que alerta que la situación es muy complicada desde hace dos años, y que las perspectivas no invitan al optimismo. De hecho, los productores del Vinalopó tradicionalmente enviaban al país asiático bloques en bruto que luego allí se encargaban de transformar para consumo interno o para exportar a otros países del sudeste asiático. Con el encarecimiento de la mano de obra china, sin embargo, la situación ha dado un vuelco, hasta el punto de que se han ido frenando las ventas. Sólo en el último año las exportaciones han caído ni más ni menos que a la mitad, según los datos que maneja la patronal, y ya venían de un descenso del 30%. «China compraba mucha materia prima y esa desaceleración acabará afectando a todos los países que le vendían», precisa Juan Antonio Santo. Sin embargo, admite que, como contrapartida, la caída del mercado chino puede llevar a un sector como el del mármol a reorientarse hacia los países a los que reexportaba China, como Japón u otros del sudeste asiático, y ahí es hacia donde van a enfocar parte de sus objetivos, con el fin de amortiguar la caída en China.

Mientras, la presidenta de la de Asociación Valenciana de Empresas del Calzado (Avecal), Marián Cano, hace una llamada a la cautela. «Esta situación nos afecta a todos, pero hacer uno pronóstico en estos momentos es un poco precipitado», apunta simple y llanamente. A su juicio, sólo una vez cerrado el circuito ferial que se abre la próxima semana en Garda, se podrá empezar a tomar a pulso y saber si realmente si el desplome de las bolsas mundiales, arrastradas por el parqué chino, refleja esa desaceleración general que podría acabar lastrando las exportaciones

Otra cosa es el efecto que puede tener la convulsa situación que se vive en China para las factorías alicantinas que en su día deslocalizaron su producción al gigante asiático. De entrada, como recuerda la presidenta de Avecal, en la industria zapatera la relocalización es un fenómeno que ha comenzado hace ya unos años, por un cúmulo de circunstancias: el encarecimiento de la mano de obra en China; los cambios de tendencias en el consumo, que exigen colecciones más dinámicas y ajustarse lo máximo posible a la demanda, especialmente en lo que toca a los tiempos para servir los pedidos; o sólo por crear una imagen de marca. Eso, junto a una tendencia a la multilocalización en función de la demanda, y su objetivo de competir en calidad y no en precio hace que no se prevea una huida masiva de empresas alicantinas de China. Las que se marchen es porque así lo tenían contemplado ya en su hoja de ruta, pero no lo harán forzados por las circunstancias.

Precisamente el de los juguetes fue otro de los sectores que en su día fue de los abanderados de la deslocalización a China y, con la irrupción de la crisis en España, emprendió de forma pionera, junto al calzado, el camino de vuelta a casa. «Las grandes empresas que se llevaron la producción a China van a seguir allí, porque todavía les sigue saliendo más rentable. La duda está en lo que pueda pasar con las pequeñas y medianas empresas que tienen un pie aquí y otro en China. Dependerá de si los distribuidores se dejan llevar por el temor a la inestabilidad en China, apuran en el tiempo de los pedidos, y eso obliga a tener que tirar de producción nacional», alerta el presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes, José Antonio Pastor. En su caso, el mercado chino no es prioritario. Otra cosa, como admite el responsable de la patronal juguetera, es que las turbulencias se trasladen al resto de países y eso sí acabe teniendo incidencia en un segmento tan estacionalizado como éste.

Sí hay otros empresarios, como los de la federación valenciana del metal, que ya han empezado a mirar hacia otras latitudes, concretamente hacia la India, según asegura el presidente de la patronal, Vicente Lafuente, quien afirma que el gigante amarillo, en términos de costes de producción, «se ha europeizado, mientras que nosotros, con los esfuerzos realizados durante la crisis, nos hemos achinado». A resultas de ello, muchas empresas valencianas que se deslocalizaron a China por los menores costes han empezado a volver y otras, de sectores como el textil o el metal, miran hacia la India, donde los costes laborales pueden ser un 50% inferiores a los chinos, según Lafuente.

El presidente de la patronal del mueble y la madera Fevama, Vicente Folgado, confirma la salida del gigante asiático de empresas de mobiliario que han huido por el aumento de costes y las copias de sus productos que realizaban sus asociados allí. Así que la desaceleración china afecta poco a este subsector. En la madera, la subida de costes beneficia las ventas valencianas, pero el problema es que los chinos dominan la industria forestal africana y ello encarece la materia prima.

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