La recuperación ya es un hecho. Es lenta todavía, pero al menos ya se va consolidando. Ésa es la principal conclusión que se extrae de la última encuesta que acaba de presentar el Consejo de Colegios de Economistas de la Comunidad Valenciana, tras la opinión recogida entre un millar de profesionales de las tres provincias. Ahora bien, aunque el informe no lo especifica, porque se elaboró antes de las elecciones del pasado 20 de diciembre, la advertencia de los expertos es bien clara: la incertidumbre política puede acabar lastrando esa recuperación. «Las situaciones de inestabilidad política casan mal con la recuperación. Desde el punto de vista técnico es importante tener un marco estable», alertó el presidente del consejo y, además, del Colegio de Economistas de Valencia, Juan Manuel Pérez Mira. «Estamos expectantes, pero la influencia que puede tener esa incertidumbre política puede ser decisiva para el devenir de la economía», apostilló el presidente del Colegio de Economistas de Alicante, Francisco Menargues.

Sea como sea, y más allá de lo que pueda pasar a nivel político, lo cierto es que los economistas, por primera vez en esta encuesta que se elabora con periodicidad semestral desde 2009, dieron un aprobado a la economía española y, en concreto, un 5,09 sobre 10; mientras que a la valenciana la dejaron al borde, con un 4,46, que es la calificación más alta que se le ha dado nunca desde que se elabora este informe. De hecho, las perspectivas apuntan a que lo lógico es que se siga en esa senda de recuperación, salvo que esas incertidumbres políticas se acaben prolongando más de la cuenta.

En cuanto a las principales problemas que tiene la economía en estos momentos, los expertos que han participado en este estudio siguen poniendo de forma masiva el foco en el desempleo, aunque sí es verdad que, con el 74,66%, se consigue la cifra más baja hasta la actualidad. A partir de ahí, la evolución de la demanda, la inadecuada dimensión y estructura de las empresas de la Comunidad, y el déficit de infraestructuras y comunicaciones lideran el ranking de preocupaciones.

Finalmente, creen que hay que garantizar un marco estable donde prime la seguridad jurídica para atraer inversiones extranjeras a la Comunidad, y la flexibilización del mercado laboral no sólo es la alternativa peor valorada, sino que tampoco creen que sirva para aumentar la competitividad. De hecho, abogan por las nuevas tecnologías y los procesos de valor añadido.