Un vuelco total y absoluto al actual modelo de gestión de IFA. Eso es lo que planteó la junta directiva de Elche Parque Empresarial por boca de su vicepresidente, Diego García, en la cumbre del martes para ver de qué modo se puede redirigir su estrategia y sacar de la crisis al recinto. Ahora bien, esas ideas no se han expuesto sólo de palabra. También se han hecho llegar por escrito a la Conselleria de Economía y al Ayuntamiento de Elche, que tachan de razonables estos planteamientos, a expensas de que se analicen en más profundidad, especialmente en el Consell, que, al final, será quien tenga la última palabra, y todo ello pese a que el Gobierno ilicitano ha mostrado muy buena sintonía desde el minuto cero. En concreto, lo que plantea la directiva del parque es una refundación de la institución ferial que pasa por una modificación de los estatutos, la designación de un nuevo comité de dirección y un equipo directivo profesionalizado, la separación de la actividad ferial de los activos inmobiliarios y la finalización de las obras de ampliación, con la empresa municipal Pimesa como agente urbanizador.
En el escrito, que expuso el propio Diego García el martes lo que se plantea -pese a que durante su intervención dejó claro en todo momento que desconocen el fondo del problema- es la refundación de IFA y, para ello, distinguen entre el componente institucional, el ferial y el urbanístico. Ante este escenario, apuntan a que es necesario modificar los estatutos y reordenar el patronato y el comité. De un lado, alertan de que no tiene sentido que siga habiendo representación de la Diputación de Valencia o de Castellón, sin ir más lejos. No es operativo. También abogan por un comité de dirección con representantes del empresariado y de la Generalitat comprometidos, y un equipo directivo profesionalizado. «Eso no quiere decir que el que hay en estos momentos no lo sea. Si lo es, tendrá que continuar», matizaba ayer el vicepresidente del parque.
También se muestran partidarios de separar la actividad ferial de los activos inmobiliarios, que son de la Generalitat, o de potenciar el recinto con actividades de todo tipo y con el arrendamiento de espacios. Ahora bien y, por encima de todo, defienden que que la Generalitat debe inyectar fondos suficientes para que la institución pueda inscribir el proyecto de reparcelación y hacer una encomienda de gestión que permita a Pimesa convertirse en el agente urbanizador, y empezar a comercializar parcelas, para así ir recuperando lo invertido. A partir de ahí, la mejora de la imagen de la fachada que da a la Nacional 331, la reconstrucción del pabellón 1 o la mejora de las conexiones con el aeropuerto son sólo otras de las ideas.
Las propuestas se fraguaron hace unas semanas, cuando, durante una visita al polígono de Torrellano, el conseller de Economía, como parece ser que hizo con otras organizaciones, animó a la junta a participar en la cumbre y a presentar propuestas. La directiva aceptó el envite, se puso a trabajar e incluso habló para ello con los representantes municipales ilicitanos. Tanto es así que antes de la reunión tanto la Conselleria como el Ayuntamiento eran plenamente conocedores de todo.
Eso no quita para que en la jornada de ayer las aguas bajaran revueltas en el parque industrial. Salió a la luz el viejo debate que se reabre periódicamente sobre si la junta del polígono puede meterse en estos charcos, al ser una entidad urbanística de conservación, que, a todos los efectos, viene a ser una especie de comunidad de propietarios, que representa casi a 600 empresas. El malestar era más que evidente entre determinados sectores: el parque no puede ni debe entrar en estas cuestiones, ni hablar por boca del empresariado sin haber contado ni siquiera con algunos miembros de la directiva. Hasta hubo quien llegó a denunciar aquí la mano del presidente de Cepyme, Cristóbal Navarro, que en la cumbre expuso ideas muy similares. Sin embargo, desde la cúpula de Elche Parque Empresarial defendieron que en ningún momento han querido entrar en polémicas, que simplemente han aceptado la invitación que les hizo en su día el conseller Climent, y que se convocó una junta a la que se llamó a todos los directivos. Otra cosa es que hubiera gente que no fuera.
No gusta en la cúpula del recinto
Tampoco gustó mucho, por no decir nada, el planteamiento entre la actual directiva de IFA, que recurrió al argumento de que la entidad urbanística es una comunidad de propietarios y que, además, desde el parque lo primero que dijeron es que no eran conocedores de la situación real del recinto. Ya no entraron en nada más.
Mientras, desde Economía, el director de Comercio y Consumo, Natxo Costa, apuntó que este planteamiento le parece poco menos que una opción seria en el planteamiento. Otra cosa es que tendrán que estudiarla, al igual que el resto de cosas que se dijeron, para ver si es seria en el contenido. Como era de esperar, más contundente en sus apoyos se mostró el alcalde de Elche, Carlos González. El regidor ilicitano se alineó con la idea de que hay que adecuar la estructura representativa, para que sea más ágil y operativa, pero sobre todo defendió la necesidad de finalizar las obras de ampliación: «Siempre se ha considerado que el desarrollo urbanístico es un plus y un valor añadido para la ciudad, y, además, es fundamental separar el negocio ferial de los activos inmobiliarios para garantizar la viabilidad de IFA», sentenció. No sólo eso. Calificó de razonable que Pimesa pueda ser el agente urbanizador, aunque poniendo la Generalitat la financiación. Y aquí entra el gran problema que aún no está resuelto: quién y en qué condiciones pondrá lo que falta para el proyecto de reparcelación y acabar las obras, porque todas las miradas apuntan al Consell, quien ya ha dejado claro que quiere propuestas concretas que aseguren que el dinero no caerá en un saco roto.
