Una mejora aunque sólo relativa. Los esfuerzos realizados para aumentar las ventas y ajustar los gastos han permitido a las empresas de la Comunidad Valenciana reducir notablemente los números rojos que registraron durante los años más duros de la crisis aunque la mayoría de las firmas todavía no ha logrado recuperar el umbral de la rentabilidad. Al menos así lo refleja la información que las propias compañías facilitan a la Agencia Tributaria para liquidar el Impuesto de Sociedades y cuyos resultados del año 2013 acaba de hacer de públicos este organismo.
Así, frente al récord de 15.897 millones de euros de pérdidas que registró el conjunto del sector empresarial valenciano en 2012 -provocados sobre todo por la debacle del sector financiero autonómico y la segunda recaída del negocio inmobiliario-, al año siguiente los números rojos se redujeron hasta apenas 177 millones de euros, lo que da cuenta del punto de inflexión que se vivió en ese ejercicio.
Eso sí, aunque el volumen global de las pérdidas fue menor, siguieron siendo mayoría las compañías que cerraron sus cuentas en negativo. En concreto, de las 161.070 sociedades de la Comunidad obligadas a declarar por este concepto, hasta 95.981 presentaron números rojos. Es decir, el 59,6% del total, lo que supone tan solo una ligera mejora de dos puntos con respecto a la declaración de 2012. Todo un indicativo de la gravedad con que la crisis ha azotado al tejido productivo local.
En su conjunto estas firmas sumaron 7.647 millones de pérdidas que, por fortuna, se compensaron casi en su totalidad con los 7.470 que ganaron las 65.089 empresas que sí registraron beneficios en 2013.
Por actividades, como es lógico, volvió a ser el ladrillo el que presentó el peor balance, con unas pérdidas conjuntas de 1.560 millones de euros. Una cifra sin duda muy significativa todavía pero también muy alejada de los cerca de 9.000 millones negativos que llegaron a declarar las inmobiliarias de la zona en el ejercicio anterior. Junto a la construcción, también son de destacar los malos datos del sector de los servicios personales -negocios como peluquerías o tintorerías, que acusaron especialmente la falta de liquidez de muchas familias-, los servicios a empresas o el negocio de la información y las comunicaciones.
Por el contrario, en 2013 ya presentaban un balance positivo la industria, el comercio, las compañías dedicadas a los servicios sociales o el sector financiero y las aseguradoras, que tras perder nada menos que 4.545 millones de euros el ejercicio anterior, lograron ganar 211 millones.
Menos deuda
Las declaraciones del Impuesto de Sociedades también reflejan que las empresas siguen reduciendo a buen ritmo su endeudamiento. En concreto, en 2013 lograron devolver a los bancos casi 9.500 millones de euros, lo que dejó el saldo total de lo que debían a las entidades en 80.239 millones. Desde el inicio de la crisis la reducción de la deuda empresarial ya alcanza el 34%, según las mismas fuentes.
Menos alentadoras fueron las cifras de facturación, que volvieron a caer aunque de forma mucho más moderada que en ejercicio anteriores, sólo un 1,5%. En cualquier caso, si se mira la evolución desde el estallido de la burbuja inmobiliaria, se observa que la recesión se llevó por delante más de un tercio de la producción total que registraban las empresas valencianas en el año 2007. La consecuencia lógica es que también se redujo lo que estas compañía pagaron a sus trabajadores: el gasto en sueldo pasó de 29.134 millones en 2008 a 22.506 en 2013.
