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Los consumidores alertan del riesgo de endeudarse a crédito por la Navidad

La reciente sentencia del Supremo que declaró usurario un interés del 24% no impide que entidades y prestamistas sigan cobrando tipos muy superiores, según denuncian Ausbanc y Adicae

El riesgo de endeudarse a crédito por la Navidad

Tirar de la tarjeta de crédito o recurrir a alguno de los micropréstamos casi instantáneos que se anuncian estos días en los medios pueden provocar que las compras navideñas salgan muy caras. A pesar de que hace solo unos días el Tribunal Supremo declaró usurario un crédito por cobrar un interés del 24,6%, lo cierto es que la legislación española no contempla ningún tipo de límite sobre los tipos que se pueden aplicar y sólo un juez puede determinar que el precio de un crédito concreto es abusivo, lo que lleva a que la mayoría de entidades y financieras sigan imponiendo cantidades muy superiores a la citada, según denuncian las principales asociaciones de usuarios especializadas, Ausbanc y Adicae.

Así, no es raro que un pequeño capricho o un exceso a la hora de comprar los regalos se acabe convirtiendo en una deuda de importancia, sobre todo porque entidades y prestamistas «son muy poco transparentes a la hora de explicar los verdaderos costes de sus servicios», tal y como señala el delegado de Ausbanc en Alicante, Pedro Pérez.

Uno de los casos más habituales y donde más sorpresas se producen es con las denominadas tarjetas «revolving», aquellas que permiten pagar una cuota fija todos los meses con independencia de la deuda que se vaya acumulando en la tarjeta. «La gente no sabe ni lo que debe porque al importe de lo que has comprado se van añadiendo los intereses, que suelen ser de entre un 1,5% y un 2% mensual. Es decir, entre un 18% y un 24% al año. Con frecuencia la letra no cubre ni esos intereses», apunta Pérez. El problema llega cuando se alcanza el tope de crédito que ha fijado la entidad y entonces se produce la reclamación de la deuda.

Eso fue precisamente lo que ocurrió en el caso analizado por el Supremo. El Alto Tribunal declaró usurario el crédito y, por tanto, lo anuló porque la entidad aplicaba un 24,6% de interés, una cifra que duplicaba el precio medio de los préstamos al consumo en el momento de su contratación.

Sin embargo, lo cierto es que cuando se trata de financiación a través de tarjetas, la mayoría de las entidades aplican tipos por encima del 20%, de acuerdo con la comparativa realizada por Adicae. El problema es que, con la legislación actual, de 1908, cada cliente debería denunciar su caso ante la Justicia para conseguir la anulación. «Hay que cambiar la ley y fijar de una vez por todas unos límites claros sobre lo que es usura y lo que no», señala el responsable de Ahorro e Inversión de la citada organización, Javier Contreras.

Sin control

La situación aún es peor con los denominados créditos rápidos. La mayoría de las compañías que los ofrecen escapan a la supervisión del Banco de España porque no son entidades financieras -cualquier sociedad o persona puede prestar dinero en nuestro país, lo que se limita es la custodia de depósitos- y son, en teoría, los departamentos de consumo de las autonomías los que deben velar porque cumplan la ley. Muchos de estos prestamistas destacan que no cobran intereses pero, en su lugar, fijan unos gastos de gestión. Por ejemplo, no es raro que por un crédito de 700 euros a 30 días se apliquen unos honorarios de hasta 245 euros, lo que en realidad supone un interés del 35% mensual, que dispara el TAE -el total del coste anual- por encima del 3.500%. Su única obligación es informar de estos costes, incluido el TAE, lo que suelen hacer con letra bastante pequeña. Si el crédito no llega a los 200 euros, ni siquiera eso.

El control es tan escaso que no existen datos fiables sobre la cantidad de dinero que mueven o cuántos clientes tienen estas compañías. A ellos hay que sumar, además, los numerosos prestamistas particulares que han proliferado desde el inicio de la crisis y que también suelen tener precios desorbitados, como recalca el delegado de Ausbanc.

De lo que no cabe duda es que la Navidad es una de las épocas del año donde más negocio realizan, ya que son muchas las familias que no pueden afrontar el gasto extraordinario que suponen las fiestas y tiran de tarjeta o de microcrédito. Así, un estudio del portal Kelisto.es cifra en unos 140.000 -el 12,1% de la población adulta- el número de alicantinos que este año recurrirán a algún tipo de crédito para pagar las celebraciones.

Frente a esto, tanto Ausbanc, como Adicae aconsejan recurrir a otras alternativas, como pedir prestado a amigos o familiares o, por ejemplo, solicitar un adelanto de la nómina, un servicio que muchos bancos proporcionan gratis o con intereses mucho más moderados. Y, en cualquier caso, informarse siempre bien de todos los costes antes de firmar ningún crédito.

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