Aunque la sangre no llegó al río, el pleno que la Cámara de Comercio de Alicante celebró ayer resultó bastante más movido de lo que esperaban sus máximos responsables y todo a cuenta de los sueldos excesivamente generosos que estarían cobrando algunos trabajadores «enchufados» en la institución. En concreto, fue uno de los miembros del pleno, el dianense José Antonio Sánchez, quien denunció públicamente que varios empleados estaban percibiendo retribuciones muy superiores a las de su categoría laboral sin ningún motivo aparente, dando a entender que la única razón eran sus lazos familiares o sus contactos con los gestores de la institución aunque sin citarlo explícitamente. Una información a la que había tenido acceso como miembro de la comisión negociadora del convenio colectivo de la misma.

Llegados a este punto, Sánchez entregó al presidente de la Cámara, José Enrique Garrigós, un informe que había realizado y presentó su dimisión de la citada comisión, una renuncia que le fue rechazada. Hay que tener en cuenta que en los últimos años la institución se ha visto obligada a recortar la mayor parte de su plantilla, por lo que esta denuncia causó especial indignación entre algunos miembros del pleno -a pesar de que la existencia de «enchufados» era de sobra conocida por todos ellos-, por lo que solicitaron que se les trasladara el informe y que el tema se aborde en un próximo pleno con todos los detalles.

También hubo alguna crítica a la contabilidad de la Cámara por tasar en alrededor de 19 millones de euros el antiguo Palas, una cantidad que algunos consideran exagerada en estos momentos. La importancia de esta discusión radica en que estos 19 millones suponen la mayor parte de los fondos propios con los que cuenta la organización, por lo que la cifra real que la Cámara tiene guardada en su «hucha» sería mucho menor de lo que registran sus cuentas. A pesar de ello, el pleno aprobó por unanimidad la liquidación de 2014, que se cerró con unas pérdidas de 1,12 millones, prácticamente la mitad que el año anterior.