La economía española poco a poco empieza a salir de su atonía. Así lo confirman las variables macroeconómicas y las previsiones al alza que se han ido presentando desde no pocos foros, pese a las incertidumbres que se ciernen sobre el horizonte, con la inestabilidad de los países emergentes y, especialmente, de China, y una más que probable subida de tipos de interés en EE UU, y todo ello con dos consultas electorales a las puertas: las catalanas primero, y las generales después. Precisamente esa reactivación de la economía ha hecho que la demanda de formación se haya disparado en la provinciademanda de formación . Las empresas han empezado a contratar y, además, en estos últimos años muchas han asumido que su competitividad depende ahora más que nunca del nivel de formación de su capital humano. Al final, el resultado es obvio. Sin ir más lejos, la patronal del metal Fempa, por ejemplo, arrastrada por este fenómeno, se ha visto obligada a incrementar este curso su oferta formativa, de perfil más técnico, en un 30%. Algo similar ha ocurrido con la escuela de negocios Fundesem, que ha lanzado un nuevo programa, Fundesem Academy, integrado por hasta 22 cursos de carácter eminentemente práctico, dirigido especialmente a no universitarios, y en áreas tan diversas como administración, marketing digital, moda, comercial, turismo, logística, diseño, comercio internacional o programación informática.
Fempa, por ejemplo, impartió el pasado curso más 50.000 horas de formación, ofreció 400 acciones formativas y por sus aulas pasaron más de 4.000 alumnos. Las previsiones a día de hoy se han disparado en un centro que cuenta con segmentos como el de la Formación Profesional, certificados de profesionalidad, formación bonificada, formación ocupacional para desempleados, prevención de riesgos laborales y tarjetas profesionales, y con líneas pioneras como la de especialización en electrificación ferroviaria o la de instaladores para empresas con sede en Alemania, junto a otras como las de automoción, electricidad, o fontanería, entre otras.
«La clave es ir adaptándose a lo que demandan las empresas en cada momento, y tener una oficina de colocación y un servicio de orientación; y si se trata de formación subvencionada, tener muy claros siempre los principios de la concurrencia competitiva», sentencia el secretario general de Fempa, Luis Rodríguez. Esto, precisamente, es lo que, a juicio de los responsables de su organización, ha hecho posible que sólo en los últimos tres meses se hayan contabilizado hasta 50 contrataciones de alumnos que han pasado por sus aulas en el último curso.
Las percepciones son prácticamente similares en el lado de Fundesem. En su caso, junto a la línea propia de una escuela de negocios, la fundación imparte desde este año un ciclo de cursos para dar formación en oficios muy especializados en el campo de la administración, la moda o el marketing digital. En este sentido, las plazas del primer ciclo de técnico de ventas en establecimientos comerciales ya han sido cubiertas sólo con los empleados que han matriculado dos multinacionales. De hecho, el vicepresidente de Fundesem, Miguel Rosique, pone el acento en que, «en estos momentos, las empresas requieren nuevos perfiles profesionales para cubrir nuevos puestos y, por eso, es importante ofrecer formación en esa línea, una formación muy práctica, pero siempre desde el rigor y el esfuerzo, porque eso es lo que valoran tanto las empresas como los alumnos».
