Los empresarios de la Comunidad Valenciana se han tomado muy en serio el frente común promovido por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, para exigir una financiación autonómica más justa, el pago de la deuda histórica y un mejor reparto de las inversiones. Tan en serio se lo han tomado que el presidente de la patronal autonómica Cierval, José Vicente González, decidió ayer dar un paso más y exigió una quita del 50% de la deuda que mantiene en estos momentos la Comunidad Valenciana, deuda, que, por otra parte, situó en 37.000 millones de euros. «La deuda simplemente no la podemos pagar», dijo alto y claro. Ponía así de manifiesto que los empresarios están decididos a cerrar filas con el nuevo Consell y defender los denominados Pactos de la Comunidad Valenciana, a los que, por el momento, también se han sumado los sindicatos CC OO y UGT.
José Vicente González se pronunciaba precisamente en estos términos tras la asamblea en la que volvía a ser reelegido como representante de los empresarios valencianos para los próximos cuatro años. Ahora bien, su discurso ante los suyos, y en presencia del jefe del Consell y del presidente de la CEOE, Juan Rosell, no fue menos reivindicativo. Uno por uno fue enumerando el listado de «despropósitos» del Gobierno central: la infrafinanciación, la deuda, y la falta de inversiones. Evidentemente, tampoco pasó por alto los últimos datos: que la Comunidad Valenciana aporta 1.453 millones euros más al Estado de lo que recibe de él. Ante ello, el mensaje que lanzó a Madrid fue bien contundente: «Cualquier padre de familia ayudaría al hijo más débil económicamente, nunca lo discriminaría, pero parece que no es éste el caso», sentenció. «¿Dónde está el Levante feliz con el que algunos nos pretenden anestesiar?», cuestionaba con mordacidad.
Con esos puntos de partida, y acabada la asamblea, a González no le tembló la voz a la hora de pedir esa quita del 50% de la deuda, porcentaje que, por otro lado, se correspondería más o menos con lo avalado por el Gobierno central. Apoyaba su demanda en que buena parte de esa cantidad era consecuencia directa de la infrafinanciación. «Tenemos que admitir que hay una parte de la deuda que seguramente la han generado los gobiernos valencianos, y ésa nos toca pagarla a nosotros», vino a decir. La conclusión era evidente: una cosa es asumir toda la deuda, que calificó de «losa», y otra cosa es quedarse únicamente con la que ha sido fruto de los despilfarros de los últimos gobiernos autonómicos.
Sea como sea, incidió en que a Madrid ya no le vale tirar balones fuera. Hay soluciones técnicas, como quitas parciales o reestructuraciones, eso sí, siempre que haya voluntad política, planteó. Ya ahondando más en el tema, sostuvo que la deuda avalada por el Gobierno ya está contemplada. «Se trata de cambiarla de columna, y eso es algo muy facilito», puntualizó.
Ximo Puig no se salió de ese guión, aunque sin llegar a hablar en ningún momento de reestructuración o quita. En cualquier caso, eso era lo de menos. En el fondo, el planteamiento era el mismo. «El Gobierno actual ya ha condonado parte de la deuda de una comunidad autónoma en concreto», afirmó Puig en alusión a Extremadura. Con ello, ponía el acento en que, en última instancia, lo que está pidiendo esta Comunidad no es ningún privilegio. «Se trata simplemente de poner en la casilla que toca la deuda», aseguró el jefe del Consell, prácticamente utilizando los mismos términos que el presidente de la patronal, y haciendo así gala de la buena sintonía que hay entre una y otra parte. «No es victimismo, sino justicia», reiteró Ximo Puig por enésima vez en las últimas semanas.
En cualquier caso, las palabras de los jefes de los empresarios valencianos y del Consell han servido para que, de momento, el cabeza visible de la CEOE haya hecho suyas estas reivindicaciones, al menos de boca. Por ahora, indicó que no sólo coincide en que esta Comunidad necesita más inversiones, sino que aseguró que las peticiones de Cierval las ha incorporado la patronal nacional a sus estrategias para potenciar la competitividad de España.
