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Olivas declara al juez que viajó a Cuba porque quería fotos con él una autoridad de la isla

El exjefe del Consell alega que sólo cobraba 16.000 euros por la presidencia de Bancaja y que su cargo era institucional

Olivas al término de su comparecencia ante el juez el miércoles por la noche en una imagen captada por Ser TV

Calcado a lo que ha hecho el expresidente de la CAM Modesto Crespo en situaciones similares, su homólogo en Bacaixa José Luis Olivas aprovechó la comparecencia ante el magistrado que investiga la concesión de créditos de dudosa legalidad por parte de esta caja y del Banco de Valencia para asegurar que su cargo en ambas entidades era meramente institucional, que a él todas las operaciones crediticias le llegaban con los controles pasados y que, encima, no cobraba: apenas 16.000 euros al año en concepto de dietas, eso además de que ahora está en paro. Esto es parte de lo que dijo el también expresidente de la Generalitat durante su interrogatorio ante el magistrado Juan Pablo González al que no explicó que junto a Bancaja era también presidente del Banco de Valencia y consejero en Iberdrola, Abertis y Enagás, lo que le reportaba al año cerca de dos millones.

Olivas fue el último de los siete detenidos en la denominada operación Coral que el miércoles declararon por la concesión por parte de Bancaja y el Banco de Valencia de más de 540 millones en proyectos que los empresarios de Benidorm Juan Ferri y José Baldó tenían en México, muchas veces sin contar tan siquiera con la tasación de los terrenos. Los investigadores mantienen que unos 115 millones fueros desviados a los paraísos fiscales de Andorra y Suiza a través de una compleja ingeniería financiera, lo que ocasionó a la caja un daño de más de 250 millones de dólares.

El juez dejó a Olivas en libertad con cargos y con la obligación de comparecer cada quince días en el juzgado mientras que para Ferri y Baldó dictó prisión incondicional, algo que en el entorno de los empresarios no se entiende. «El que da el dinero queda libre y los que lo reciben están dentro, no tiene sentido», señalaron.

Al exjefe del Consell se le preguntó también por la amplia colección de cuadros que tiene en su casa, unas obras que el expolítico del PP atribuyó a regalos que le hacía Bancaja y que él considera «poco caros»: entre 4.000 y 5.000 euros.

Acerca de los viajes que la investigación ha desvelado que en 2007 y 2009 pagaron los empresarios a quien fuera máximo responsable de la Generalitat, Olivas explicó al juez que tenían una especie de carácter promocional/institucional, que había una autoridad en el isla que quería hacerse una foto con él y que el objeto último era explorar el mercado para cuando se produjera una apertura del régimen castrista.

En el primero de estos viajes, además de Olivas y de Ferri y Baldó, habrían participado el entonces director adjunto de Banco de Valencia, Aurelio Izquierdo, el consejero delegado de la entidad, Domingo Parra, (ambos imputados en esta causa) los empresarios Eugenio y Enrique Calabuig, socios de la entidad en Aguas de Valencia, además de en otras firmas, y el hermano del expresidente de Murcia Ramón Luis Valcárcel, Carlos Valcárcel, según la investigación. Todos ellos se habrían alojado en el lujoso hotel Occidental Miramar de la capital cubana, donde la entidad no tiene intereses conocidos.

En un comunicado leído a Efe ayer por la tarde, Olivas precisó que los préstamos concedidos al Grupo Gran Coral fueron aprobadas por unanimidad por el consejo de administración del banco y que las garantías aportadas «cubrían y cubren los importes concedidos».

Retirada de distinciones

El Consell estudiará si retira la Alta Distinción de la Generalitat concedida en 2004 a Olivas por los hechos por los que ha sido detenido. Tanto el presidente, Ximo Puig, como al vicepresidenta y portavoz, Mónica Oltra, se mostraron a favor de la retirada. «Desde luego, soy partidario de que una persona que haya defraudado a los valencianos no puede tener ninguna distinción», dijo Puig, a lo que Oltra agregó que el expresidente «no ha estado a la altura de ese honor».

«Confusos y cabreados»

Ferri y Baldó consumieron ayer su primer día en Soto del Real, donde ya habían estado en diciembre de 2013, «confusos y cabreados» porque se les haya enviado a la cárcel cuando tienen millón y medio depositado cada uno como fianza por su anterior encarcelamiento. El juez ha sopesado la posibilidad de que se fuguen al disponer de medios de para hacerlo «cuando la Audiencia ya resolvió que esa cantidad es suficiente garantía de que no se van a ir, además de que han colaborado siempre que se les ha pedido», precisaron desde su entorno, donde no se comprende por qué el juez que les ha mandado a la cárcel y que ya sabía que iban a ser detenidos el lunes les dio permiso para viajar a México el próximo domingo.

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