Tras haber pasado por la UVI, donde recibió la extrema unción, la Sociedad de Garantía Recíproca (SGR) de la Comunidad Valenciana, milagrosamente superviviente de una alocada gestión en los años de la bonanza gracias a la recapitalización acordada entre la Generalitat y la banca en 2013, empieza a recuperar sus signos vitales. La junta general de socios celebrada ayer constató que las pérdidas de la entidad el año pasado fueron de 4,5 millones de euros, muy inferiores a los 40,9 de 2013 y los 75,4 de 2012. Los números rojos, por tanto, han bajado en más del 90% en un año.

El consejero delegado de la SGR, Santiago de Santos, explicó a este diario que la mayor parte de esas pérdidas se ha originado en la intensa y costosa actividad judicial emprendida el año pasado por la entidad para adjudicarse los inmuebles aportados por las empresas asociadas como garantía de créditos que no devolvieron. Se trata de procesos largos de entre un año y un año y medio, así que la SGR espera que esos activos entrarán en su balance durante 2015 y de inmediato se pondrán a la venta. Son naves industriales, locales comerciales y suelo por valor de 70 millones. Ese dinero servirá para abonar la deuda senior con los bancos, que asciende a 240 millones. A los citados 70 millones hay que sumar los 60 ya en balance por otros activos adjudicados y los entre 50 y 60 que la SGR prevé ingresar por el mismo concepto a lo largo de 2016. El resto se completaría con reavales pendientes de cobro.

Desde abril de 2014 y hasta abril de 2015, la SGR ha atendido a más de 2.500 empresas y ha tramitado 277 solicitudes de aval, de las que se han beneficiado 62 empresas.