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La situación laboral de la mujer en la provincia

Las mujeres buscan salida en el autoempleo

La crisis ha agudizado las desigualdades en el mercado laboral, y la cifra de desempleadas es un 18% superior a la de hombres desocupados en la provincia

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«Era elegir entre no tener nada o tener una posibilidad, que podía salir bien o podía salir mal, pero ya era algo, y me agarré a eso». Así de claro resume Mari Carmen Illescas su situación en los últimos años... La suya y, sin saberlo ni quererlo, también la de otras muchas mujeres. Era auxiliar de enfermería y hace dos años se vio en las listas del paro. Empezó a buscar y buscar, de lo suyo o de lo que fuera: administrativa, cocinera, limpieza... Nada. En dos años nunca sonó el teléfono. Con 43 años; dos hijas, una de 15 y otra de 17 años; y una nómina, la de su marido, de mileurista, la única salida para ella pasaba por encontrar algo. Fue así como pidió información a la asistente social, y de ahí le remitieron a la Cámara de Comercio de Alicante, donde le dieron información del programa microcréditos para mujeres que tiene la entidad. Empezó de este modo a dar forma a un proyecto que hace dos meses se materializó en la perfumería y droguería Launne, en Torrellano. «La desesperación de no tener trabajo es lo que me llevó a elegir esta salida. Tengo dos hijas en edad de estudiar, que son buenas estudiantes, y a las que queremos darles un futuro. No me podía quedar de brazos cruzados», relata. Sin duda, como confiesa, lo más complicado en este tiempo fue el acceso al crédito. «Hay que presentar un proyecto y otras muchas cosas, y, en realidad, en ese momento tú hablas más de ilusiones, pero, al final, lo entregué todo, lo dieron por válido y me concedieron el préstamo. A partir de ahí, fue todo rodado», explica. Ahora, el negocio, poco a poco ha empezado a arrancar.

Su caso es uno de los tantos otros que se pueden encontrar en una provincia como la de Alicante. El paro y la precarización han golpeado a hombres y a mujeres en los últimos años, es verdad. Sin embargo, han castigado más si cabe a las mujeres, agudizando con ello las desigualdades ya existentes. Un informe de UGT en l'Alacantí-La Marina revela que, al cierre de 2014, había 48.248 mujeres menos cotizando a la Seguridad Social en comparación con los hombres. No sólo eso. Si al cierre de 2014 había 15.561 mujeres más en el paro que hombres, un 14,23% más, en marzo se ahondó más en la brecha, hasta el extremo de que el mes pasado se llegaron a contabilizar en las listas del desempleo 19.679 mujeres más desocupadas en relación con la cifra de hombres, un 17,94% más. Y todo ello pese a que entre 2008 y 2010 es verdad que se siguieron destruyendo puestos laborales femeninos, pero la tendencia se invirtió y había más hombres en desempleo por la hecatombe vivida en un sector tan masculinizado como el de la construcción. Otro estudio, éste de CC OO, evidencia que Alicante es la provincia en la que las mujeres han experimentado un mayor crecimiento del empleo en el último año. Ahora bien, esto no es suficiente para recuperar una tasa de empleo que en 2007 era del 43,3% mientras que, en estos momentos, se sitúa en el 37,6%, convirtiéndose así en la más baja de toda la Comunidad. No obstante, según este mismo informe de CC OO, en el último año, la afiliación femenina a la Seguridad Social ha aumentado un 3,2% en el conjunto de la Comunidad, y precisamente es el de los autónomos el que más ha subido, con 4.600 nuevas altas de mujeres, lo que supone un 4,1% más respecto a un año antes. El autoempleo se ha convertido en la única salida para muchas mujeres.

El perfil

La Cámara de Comercio de Alicante, al igual que el resto de instituciones camerales de España, tiene un Programa de Apoyo Empresarial a la Mujer, con asesoramiento y formación, y una línea de microcréditos sin avales para este colectivo, en colaboración con el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. La jefa de división de Emprendedurismo, Comercio y Servicios de la Cámara, María José Sebastiá, revela que, desde que empezó la crisis, las consultas de mujeres no sólo se han disparado en un 20%, sino que la cifra de nuevos negocios creados también ha repuntado en esa misma proporción. Sólo en 2014 se llegaron a abrir ni más ni menos que 1.000 expedientes.

¿Y cuál es el perfil de estas mujeres? De los datos que manejan desde la Cámara de Comercio se desprende que predomina el perfil de emprendedoras frente a empresarias, que el rango de edad está comprendido entre los 25 y los 54 años, que casi la mitad tiene estudios universitarios, y que fundamentalmente están en situación de desempleo. «El paro está afectando más a las mujeres que a los hombres, y eso explica que cada vez haya más mujeres que se decidan a emprender, y a eso se une que el autoempleo, en muchos casos, permite una mejor conciliación de la vida laboral y familiar», comenta María José Sebastiá.

La precariedad influye

Y, una vez montado el negocio, ¿cuál es la situación? La secretaria general de CC OO en l'Alacantí-Les Marines, Consuelo Navarro, detalla que, mayoritariamente, se trata de proyectos muy vinculados al sector de los servicios, sean de hostelería o pequeños comercios y, en comparación con los hombres, no suelen tener trabajadores asalariados o tienen menos. De hecho, Consuelo Navarro también admite que los servicios jurídicos del sindicato han notado en los últimos tiempos un aluvión de consultas de mujeres que quieren emprender.

Hay muchas desempleadas, y así lo constata, pero no todas están en el paro. «Muchas se dan de alta en el régimen de autónomo porque las han despedido, pero también hay otras muchas que lo único que buscan es un empleo de calidad, porque hay que tener en cuenta que en esta provincia hay una alta segregación ocupacional, las mujeres están sobre todo en el sector servicios, y ahí no es donde mejores condiciones hay», denuncia Consuelo Navarro.

Precisamente Vanesa Parra, a sus 34 años, se vio abocada al autoempleo en parte por un despido, en parte por la precariedad del mercado laboral. Trabajaba en una empresa de gestión deportiva, como formadora de formadores y coordinadora y monitora de actividades extraescolares, y, después de ocho años, la despidieron en diciembre de 2013, eso sí, tras cambiar, para mal, sus condiciones contractuales. Empezó a buscar otra cosa, pero nada. Sólo salían trabajos por un puñado de horas y con sueldos que de ninguna de las maneras daban para llegar a fin de mes. «He tirado currículums, y me han llamado, pero, ¿dónde voy con 400 euros? ¿Cómo pago el piso y sigo viviendo?», se cuestiona. Ahora está montando una cafetería en el barrio San Blas de Alicante que se llamará Cheers y abrirá el próximo 24 de abril. «Sé que es jugármela, y que, si el negocio no funciona, lo habré perdido todo, pero también puede salir bien, y con la posibilidad de tener una jornada y unas condiciones dignas», sentencia. La capitalización del paro, poca, pero capitalización al fin y al cabo, y, sobre todo, la ayuda de familiares y amigos le ha allanado el camino de momento.

Algo parecido le ocurrió a María José Riera, que el pasado mes de febrero abrió un comercio de camisetas, Friking, en el centro de Alicante. Tras 20 años en el sector de la banca, no le despidieron, fue ella la que decidió marcharse, aprovechando que el Banco Sabadell había puesto en marcha un plan de salidas incentivadas. Hizo sus números, vio que podía, y optó por buscarse la vida fuera de la entidad financiera. Durante casi año y medio, dedicó entre seis y siete horas diarias a enviar currículums, y eso lo compatibilizaba formación de todo tipo. Sí, salía algo, pero todo muy precario. «Tenía el paro y algunos ahorros, no tenía hipoteca, y mi marido trabaja. Por eso, no tenía urgencia, iba haciendo cursos, muchos cursos, y estudios de mercado para ver qué podía hacer. Primero salió otra cosa, pero me exigía pasar mucho tiempo fuera de Alicante y tengo tres hijos, de ocho, de once y de catorce años, y, al final, me decidí por el comercio de camisetas, que tengo que reconocer que no es algo que yo utilizara en ese momento, pero que sabía que podía tener salida», señala. Fue así como acabó en esta aventura, que, no obstante, como apostilla, no habría sido posible sin el apoyo de sus padres y su marido. «La familia es fundamental en estos casos», declara con orgullo. La conclusión que extrae de su experiencia no puede ser más tajante: «Yo quiero trabajar por cuenta ajena, pero también quiero que me toque la loto, y no ha salido. Por eso, si no hay trabajo de calidad, tendré que crearlo yo», proclama. La única espinita que le queda en estos momentos es que, hoy por hoy, no puede contratar a nadie, y no porque no quiera o no lo necesite. La capitalización del paro y la bonificación para autónomos así se lo impiden por ahora.

Pensando en el futuro

Evidentemente, el autoempleo es una forma de asegurarse el presente, pero también el futuro. Desde UGT de l'Alacantí-La Marina, su secretaria de Empleo, Yaissel Sánchez, pone el acento en que la precariedad del mercado laboral «termina por afectar al presente y al futuro de las mujeres, ya que en el presente sufren con contratos menos remunerados, con cotizaciones menores, y con interrupciones en sus vidas laborales, y, al final, las prestaciones sociales generadas para el futuro son cada vez menores».

Un futuro, que, por otra parte, se va complicando año a año. Mª Carmen González del Río tiene 46 años y llegó a Santa Pola procedente de Madrid por el año 2006. En aquel momento estaba cobrando una prestación y eso le permitió que la contrataran en la oficina de voluntariado municipal. A los tres meses quedaba en la calle, simple y llanamente porque la prestación también se había acabado, y la parte contratante ya no tenía ninguna bonificación por su alta. Desde entonces, nada. «No es que no quiera trabajar, y, de hecho, anteriormente había estado 16 años en la misma empresa como auxiliar de clínica, pero es que es difícil encontrar algo, y, con la edad, cada vez se complica más», indica. A lo largo de este tiempo, siempre ha intentado mantenerse activa, con cursos y otras actividades. No obstante, fue durante las pasadas Navidades, y después de darle muchas vueltas, cuando comenzó a poner en marcha un negocio, Etiropa, de impresión de etiquetas dirigidas al sector de la confección, y especialmente dirigidas a prendas de niños y de personas mayores, con un código QR, con los datos sanitarios o de familiares, por ejemplo. Ahora, ese proyecto acaba de dar un paso más con el lanzamiento de la página web www.etiropa.com. «Durante 16 años trabajé de nueve de la mañana a nueve de la noche, encontrarse sin nada es complicado, y con los años te das cuenta de que cada vez cuesta más. Por eso, aunque el vértigo es total, tengo que intentarlo», manifiesta convencida.

Otras políticas

Desde UGT, Yaissel Sánchez, subraya que la desigualdad en el mercado laboral sólo se frenará «con otro tipo de política que ponga el acento en la igualdad real y efectiva, y no queriendo convertir a la mujer trabajadora en la mujer trabajadora dentro del hogar, arrinconando y desaprovechando su labor social, económica y laboral». Por su parte, desde CC OO, Consuelo Navarro va un poco más allá y añade que «las soluciones pasan por que el Estado invierta en un cambio del modelo productivo donde se cree empleo de calidad, que haya un compromiso por parte de los agentes sociales para lograr una racionalización de los tiempos de trabajo, y por que el Estado garantice una red de servicios públicos que, además, permitiría también crear empleos».

Mientras eso llega, estas cuatro mujeres emprendedoras en absoluto se arrepienten del rumbo que han tomado sus vidas, aunque sí admiten que, al menos, habrían querido tener la opción de elegir, y no que la fuera la situación quien acabara eligiendo por ellas.

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