El presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu, aseguró ayer que la economía de la Comunidad Valenciana se ha visto muy castigada durante esta crisis por su exposición inmobiliaria, pero la mejora en su competitividad y en su capacidad exportadora de los últimos años van a significar que tendrá un «mejor comportamiento» a partir de ahora. El crecimiento este año será «parecido» al 2,6% que la entidad financiera pronostica para el conjunto de España, donde el paro bajará del 23,4% al 22%. Oliu, que pronunció una conferencia en la feria Forinvest organizada por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) en Valencia, no obvió el hecho de que existen riesgos geopolíticos que pueden afectar a la coyuntura económica, pero «España ha hecho muchos deberes y reformas importantes», motivo por el cual el país ha pasado a ser «el mejor percibido en el mundo cuando hace tres años era el peor».

El presidente del Sabadell aseguró también que la entidad no tiene entre sus propósitos sacar a Bolsa su filial inmobiliaria Solvia y apuntó su deseo de que el banco eleve del 8% al 30% la participación en el negocio del área internacional, entre otros motivos, para evitar concentrar los riesgos solo en España, una política que a sus competidores BBVA y Santander les ha permitido sortear la crisis de forma más llevadera. Asimismo, confesó que el banco vio cómo bajaba la percepción de sus clientes sobre la calidad de sus servicios tras la integración de la CAM, porque era una caja que había pasado «malas épocas y la gente estaba enfadada», si bien ya ha superado esa situación y ahora vuelve a estar entre el primer y el segundo lugar en el sector.

El presidente del Banco Sabadell, que aspira a que su entidad eleve del 8% al 10% su cuota de mercado en España, augura una larga temporada de depósitos bancarios poco remunerados, lo que implica que el ahorrador deberá arriesgarse si quiere ganar más con su dinero.

Preguntado en el coloquio posterior por el ascenso de partidos como Podemos, Oliu afirmó que «han aparecido nuevas opciones que intentan ganar el centro, que es donde está el éxito electoral». A su juicio, «a la hora de votar, la gente valorará mucho qué se ofrece» y, «desde el punto de vista de la empresa, lo que puede preocupar es que después de las elecciones haya una incertidumbre o una dificultad de llevar a cabo programas de gobierno». «Siempre soy bastante optimista y, a pesar de todos los factores negativos que tienen los partidos tradicionales, creo que serán quienes más tendrán que decir después de las elecciones», concluyó.