El juzgado ha decretado la disolución de Desarrollos Urbanísticos Aguamarga, después de que no haya sido posible llegar a un acuerdo con sus acreedores. Se trata de la sociedad que en su día impulsó el Instituto Valenciano de Finanzas junto a la CAM y Bancaja para reflotar a la firma ilicitana de calzado deportivo Kelme. A cambio de perdonar la deuda que arrastraba la firma, las entidades obtuvieron una participación en esta sociedad, cuyo principal activo son 1,8 metros de terreno protegido junto al saladar de Agua Amarga que ahora se intentarán vender.