Tanto el profesor de Economía de la UA Hipólito Simón, como el de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social David Montoya coinciden en señalar que la reforma no ha tenido prácticamente ningún efecto sobre uno de los mayores problemas que tiene el mercado laboral: la excesiva tasa de precariedad que existe y las enormes diferencias de condiciones entre los trabajadores temporales y los indefinidos. Un análisis en el que coinciden con la mayoría de los organismos internacionales, desde la Comisión Europea a la OCDE, que vienen reclamando al Gobierno español la adopción de algún tipo de medida para acabar con esta dualidad. Al respecto, Simón se muestra partidario de la creación de un contrato único, donde la indemnización por despido sea gradual en función de la antigüedad.
Por su parte, Montoya aboga por subir la indemnización que deben abonar los empresarios tras la finalización de los contratos temporales y por mayores controles para acabar con el fraude de ley que supone que se utilice esta modalidad para ocupar puestos que, en realidad, deberían ser fijos. También propone establecer sanciones adicionales.
