A pesar de los reiterados mensajes sobre el fin de la crisis y el cambio de ciclo de la economía española, el Gobierno considera que todavía no ha llegado el momento de que los trabajadores empiecen a recuperar poder adquisitivo. Al menos así se desprende de su decisión de aprobar en el próximo Consejo de Ministros, a iniciativa del Ministerio de Empleo que dirige Fátima Báñez, un incremento de tan sólo tres euros, el 0,5%, en el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que quedará así fijado en 648,52 euros mensuales.

Además, el Ejecutivo también informó de que la subida de las pensiones para el próximo año será del 0,25%, el mínimo que establece la ley.

Desde los sindicatos calificaron de «pobre, injusta e incoherente» con la recuperación económica la propuesta del Gobierno sobre los sueldos y denunciaron que no ha permitido ningún tipo de negociación. Los secretarios de Acción Sindical de CC.OO. y UGT, Ramón Górriz y Toni Ferrer, recordaron ayer que el salario mínimo ha perdido 5,4 puntos de poder adquisitivo en los últimos cinco años y que, por el contrario, su mejora contribuiría la cohesión social y a la reducción de las desigualdades. Además, también apuntaron que la Carta Social Europea establece que el SMI debería situarse en un 60% del salario medio nacional. Por todo ello, CC.OO. y UGT proponen un incremento del 12,5% en 2015, hasta los 725 euros mensuales, así como un aumento del 10,25% en 2016, hasta alcanzar los 800 euros al mes, una cuantía que permitiría cumplir con este precepto.

Sin embargo, la austeridad del Gobierno contó ayer con un respaldo inesperado, el del Banco de España, que aseguró en su nuevo boletín económico que «la vuelta a incrementos salariales generalizados» supondría un paso atrás que podría interrumpir el proceso de recuperación de la competitividad de la economía española. Por el contrario, el supervisor del sistema financiero considera «fundamental» seguir aumentado el grado de descentralización de las decisiones salariales al nivel individual de las empresas, con el fin de que se adecuen mejor a su situación específica.

Más crecimiento

Por otra parte, la institución que preside Luis Linde avanzó ayer que el PIB español ha crecido el 1,4% en 2014, una décima más de lo previsto, apoyado en la fortaleza de la demanda interna y en la citada recuperación de la competitividad. En el caso del último trimestre del año, el crecimiento sería del 0,6%. Este aumento se basaría en la fortaleza de la demanda interna privada, mientras que la demanda exterior neta mantendría una contribución ligeramente negativa. A juicio de la entidad supervisora, a lo largo de 2014 la economía española ha ido afianzando la trayectoria de recuperación que inició en la segunda mitad del año pasado, en un entorno de mejora continuada de las condiciones financieras, aumento de la confianza y evolución favorable del mercado laboral.