La buena cosecha que se espera en las principales zonas productoras de Francia permitirá que este año se desplacen al país vecino hasta 600 jornaleros de la provincia para participar en la vendimia, alrededor de un 10% que el año pasado, según los datos recopilados por FITAG-UGT. De esta forma, Alicante vuelve a ser una de las demarcaciones que más trabajadores envía a esta campaña agrícola, empatada con Murcia y sólo superada por las provincias andaluzas, que en su conjunto desplazan hasta 10.900 profesionales a Francia. En el conjunto de la Comunidad Valenciana la cifra asciende hasta los 1.200 jornaleros, según las mismas fuentes.

Sin embargo, a pesar de este repunte, las peticiones para trabajar en la recogida de la uva en el país vecino siguen siendo «muy superiores a los puestos que se ofertan» y conseguir uno de estos contratos «resulta casi un privilegio», según afirma el responsable del citado sindicato en l'Alacantí, Joaquín Gil, que desde hace años se encarga de asesorar a quienes pretenden marcharse. «Hace más de tres meses que estamos recibiendo consultas de gente que quiere ir. Desde que empezó la crisis cada año son más y de un perfil más variado, no sólo trabajadores habituales del campo», explica Gil quien, no obstante, aclara que en el sindicato no tramitan las ofertas, solo se encargan de facilitar información sobre el papeleo, los derechos que tienen los desplazados o sobre los lugares que se pueden consultar para solicitar los puestos disponibles.

De hecho, la mayoría de los que van a Francia forman parte de cuadrillas estables que repiten año tras año o logran la plaza a través de algún contacto, aunque también se puede conseguir por medio de los servicios locales de empleo de Francia o consultando directamente con las empresas. «Las plazas están muy cotizadas», asegura el portavoz de FITAG.

Lo que no se aconseja bajo ningún caso es presentarse directamente en Francia sin tener un contrato bajo el brazo o, al menos, apalabrado porque lo más habitual es que el trabajador acabe volviendo con las manos vacías y con algo de dinero menos en la cuenta corriente: el que le cueste el billete y el alojamiento. También alertan sobre algunas ofertas en internet que pueden esconder fraudes.

En cuanto a los motivos de semejante interés, el principal y casi único es el dinero. Este año el salario mínimo establecido es de 9,53 euros la hora o, lo que es lo mismo, 1.445 euros mensuales por una jornada de 35 horas semanales. Todo un lujo si se tiene en cuenta que en España el salario mínimo es de tan sólo 645 euros y en el campo alicantino la hora se paga a 6,17 céntimos.

Esta cantidad, además, se incrementa si en lugar de cortador se ejerce de vaciador y sube aún más para los porteadores. A ello hay que añadir que si el periodo de trabajo supera los 18 días se pueden solicitar los subsidios familiares que establece la legislación gala y que suponen 129,99 euros mensuales si se tienen dos hijos, 296,99 euros si son tres los vástagos y 166,55 euros más por cada descendiente adicional.

Eso sí, siempre que se consiga un contrato directamente con un viticultor o una bodega francesa, si el empleo se consigue a través de una ETT española no se generan estos derechos.

Entre uno y dos meses

La campaña arrancará esta misma semana, algo adelantada a lo que suele ser habitual, debido a las condiciones climatológicas. La mayoría de los jornaleros pasará menos de un mes pero algunos consiguen permanecer hasta dos meses desplazándose dentro de Francia de una zona a otra.

Entre los que se marchan desde Alicante, la mayoría proceden de la Vega Baja pero también hay trabajadores experimentados de zonas como Callosa d'En Sarrià, donde han trabajado en la campaña del níspero.