España pedirá este jueves, en la reunión que mantendrá con la Comisión Europea (CE) y el resto de Estados miembros, la retirada de producciones afectadas por el veto ruso a los productos agroalimentarios procedentes de la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá, Australia y Noruega. Así lo anunció ayer la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, tras reunirse con Cooperativas Agro-Alimentarias, las organizaciones agrarias Asaja, COAG y UPA, y la Federación de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas (Fepex), quienes le trasladaron que la sobreoferta provocada por el cierre de fronteras decretado por el Kremlin ya está provocando un hundimiento de los precios en el resto de mercados al que se dirigen las exportaciones españolas.

Por este motivo, García Tejerina señaló que, desde el Ministerio, «lo primero» que quieren es que la Comisión Europea «reaccione de forma urgente» y que las medidas se adopten «a la máxima velocidad» para «evitar en la medida de lo posible cualquier perturbación» de los mercados.

La ministra recordó que España ya había acordado, con anterioridad al veto ruso, la retirada de 10.000 toneladas de melocotones y albaricoques para compensar la caída de precios que se había producido en este cultivo, una medida que recibió luz verde de la Comisión ayer mismo y que supondrá una inyección de entre 20 y 30 millones para los productores. Ahora, Madrid pedirá a la CE ampliar esa medida de retirada «en cuanto a volumen y a sectores» afectados. Igualmente, defendió que la retirada «tiene que venir financiada» por el fondo de gestión de crisis que se aprobó en ultima reforma de la Política Agraria Común (PAC).

Sobre el fin que tendrán los productos que se saquen del mercado, avanzó que la intención es distribuirlos a través del Banco de Alimentos o de Cruz Roja a personas necesitadas, además de destinar una parte a la transformación.

Así, la ministra de Agricultura reconoció que la «mayor preocupación» de España es que el veto afecta a toda la Unión Europea (UE), principal destino de las exportaciones españolas, por lo que el resto de países comunitarios también tendrán excedentes de producción y habrá que buscar «mercados alternativos».

Los productores participantes en el encuentro defendieron la propuesta de la retirada de producción y pidieron que el sector agroalimentario no pague las consecuencias de una decisión que Rusia ha tomado por motivos políticos. En declaraciones a los medios, los representantes de las organizaciones y cooperativas agrarias y Fepex se mostraron esperanzados en que, con las medidas que tome Europa, se puedan ver los resultados «lo más pronto posible».

Mantener posiciones

No obstante, desde Asaja y La Unió pidieron también esfuerzos diplomáticos para solucionar la crisis para no perder definitivamente el mercado ruso y recordaron que países como Marruecos o Argentina pueden aprovecharse de la situación para ganar cuota de mercado en Rusia, algo que luego será muy difícil de revertir.

Por su parte, desde Bruselas, el portavoz de Agricultura del Ejecutivo comunitario, Roger Waite, trató ayer de rebajar las expectativas sobre el encuentro del próximo jueves y señaló que es demasiado pronto para «hablar de cifras concretas» sobre las compensaciones que puedan recibir los productores y que habrá que analizar «cada producto individualmente». Al respecto, Waite confió en que el jueves ya dispongan de una imagen más clara de la situación. Lo cierto es que el fondo de crisis de la Política Agraria Común apenas cuenta con unos 400 millones cuando la propia UE valoró en 5.252 millones el importe anual de las exportaciones agrarias de los Veintiocho a Rusia.