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Cepyme acude a los tribunales para querellarse contra Moisés Jiménez por decirle que no es de fiar

El dirigente de las pymes ya ha presentado una demanda para la celebración de un acto de conciliación previo

Cristobal Navarro ANTONIO AMORÓS

El proceso de reforma estatutaria de Coepa y la exclusión de Cepyme, tanto del grupo de trabajo que se creó para impulsar ese cambio como de la cúpula de la patronal en caso de que la modificación salga adelante, ha abierto una nueva brecha en el seno de la organización. Era de esperar. Sin embargo, la tensión sigue creciendo, sobre todo después de que el presidente de Cepyme, Cristóbal Navarro, haya cumplido su amenaza y se haya ido por las bravas a los juzgados.

Y es que Navarro, que, para más inri, es vicepresidente estatutario de Coepa, al menos hasta que la reforma de los estatutos se consume, ya ha dado el primer paso en los tribunales para interponer una querella criminal contra el propio presidente de Coepa, Moisés Jiménez, por un delito de «calumnias y/o injurias». Así consta en la demanda para la celebración del acto de conciliación que ya se ha presentado en el Juzgado de Primera Instancia de Alicante, con carácter previo a una posible querella criminal.

El detonante en este caso fue la junta directiva celebrada el pasado 26 de mayo, en la que se debía votar la comisión encargada de la reforma estatutaria, compuesta por Fermín Crespo, Manuel Peláez, Jorge Brotons, Francisco Gómez, Antonio Galvañ y Alejandro Soler Leguey, en colaboración con un despacho de abogados privado, según se había aprobado en el comité ejecutivo del 15 de mayo, ya con la oposición de Cristóbal Navarro, que en aquel momento había dejado claro que quería estar en ese grupo. Pues bien, en la junta directiva el presidente de Cepyme volvió a pronunciarse en ese mismo sentido y a pedir de nuevo su incorporación al grupo.

Lógicamente, la propuesta no salió adelante. Era previsible. Sin embargo, según apunta Navarro en esa demanda que acaba de registrar en el juzgado, no fue un rechazo sin más. «El querellado, en su condición de presidente de la reunión, procedió a explicar a los asistentes que se debía rechazar la incorporación del querellante, porque se pretendían mantener en secreto las deliberaciones de la comisión y, según dice el sr. Jiménez delante de toda la junta directiva, con asistencia de aproximadamente treinta y ocho personas, todas ellas representativas de organizaciones empresariales de la provincia de Alicante, y Cristóbal Navarro, no es de fiar».

A partir de ahí, el vicepresidente de Coepa, que ha sido en los últimos tiempos el principal azote del núcleo duro de la organización que dirige Moisés Jiménez, revela que entiende que esas palabras pueden ser calificadas de un delito de calumnias, al imputársele un delito de revelación de secreto por razón del cargo que ostenta, e incluso de uno de injurias.

«Denigrantes»

Para Navarro, las expresiones vertidas por Moisés Jiménez «han menoscabado gravemente el buen nombre y prestigio del compareciente, pretendiendo denigrarle a los ojos de la sociedad en general y de la comunidad empresarial en particular, agravándose, además, por la representación que el sr. Navarro Sáez ostenta como presidente de la Confederación de la Pequeña y Mediana Empresa Cepyme Alicante, y como vicepresidente de Coepa»

Así las cosas, el dirigente de las pymes solicita que Moisés Jiménez se excuse por escrito de sus palabras para que, de este modo, se le pueda dirigir una copia a todos y cada uno de los asistentes a la junta directiva que se celebró el 26 de mayo. En caso contrario, continuará el proceso, con la querella criminal y la petición de indemnización «por los daños morales derivados de tan graves calumnias e injurias».

Tensión por el acta

La intención de Cristóbal Navarro de acudir a los tribunales por esas palabras ya la dejó caer en la junta directiva del 26 de mayo, y tampoco la ha escondido en círculos empresariales en las últimas semanas desde que eso pasó. No obstante, la cosa no se quedó ahí. Sin ir más lejos, en la junta celebrada el viernes de la semana pasada, donde se debatían las cuentas de 2013, uno de los momentos más tirantes se dio precisamente en el punto de la lectura y aprobación del acta de la sesión anterior, la del 26 de mayo. Navarro mantenía que las palabras de Moisés Jiménez no habían quedado bien reflejadas en el acta de esa reunión donde ya puso de manifiesto que consideraba la intervención del presidente de Coepa un atentado a su derecho al honor.

Al parecer, Jiménez vino a decir que no había llegado a decir en ningún momento que lo considerara una persona que no era de fiar. Así se enzarzaron en otra de las muchas disputas que han tenido hasta el momento un sector y otro. Ahora la pelota está en el tejado de los tribunales.

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