«Los recortes son historia y ahora es el momento de bajar los impuestos». Así de contundente se mostró ayer el conseller de Hacienda y Administración Pública, Juan Carlos Moragues, en la conferencia que, bajo el título «La situación económica y financiera de la Comunidad Valenciana», ofreció en el Club INFORMACIÓN, en un ciclo organizado conjuntamente con SabadellCAM, y que fue presentada por el subdirector de INFORMACIÓN, Fernando Ramón. Moragues dejó bien claro que, en estos momentos, esa rebaja de la presión tributaria es clave no sólo para reactivar la economía, sino también para luchar contra la economía sumergida.

En cualquier caso, el conseller hizo una intervención con un marcado carácter reivindicativo en el que incidió una y otra vez en la necesidad de cambiar el modelo de financiación autonómica, y subrayó que eso es clave para garantizar el mantenimiento del Estado del Bienestar. Ahora bien, ante la pregunta que le hizo uno de los asistentes sobre la eventual quiebra de una autonomía como la Comunidad Valenciana de no salir adelante esta reforma, Juan Carlos Moragues simplemente se limitó a decir que «hay un principio básico y fundamental: se tiene que garantizar la igualdad de acceso a los servicios y, en ningún caso, se dejaría caer a ninguna comunidad autónoma».

Previamente, y como ya ha venido reconociendo en alguna que otra ocasión, el responsable autonómico de Hacienda alertó de que «reducir el déficit no es un objetivo, es una necesidad». De hecho, defendió por activa y por pasiva la importancia de lograr la estabilidad presupuestaria, como primer paso para salir de la crisis. A partir de ahí, defendió los esfuerzos que ha hecho el Gobierno valenciano en los últimos tiempos para conseguirlo. A modo de ejemplo, precisó que, mientras que en 2006 se recaudaban 3.000 millones de euros en tributos propios y cedidos, en 2012 esa cantidad cayó hasta los 1.000 millones. Es más, recordó que la Comunidad cerró 2011 con un déficit del 5,5% mientras que en 2013 se rebajó al 2,33%. Moragues concretó que de 2012 a 2013 la rebaja de esta desviación entre los ingresos y los gastos ha supuesto un recorte en 1.579 millones, e incluso hizo hincapié en que el 46,6% de la reducción del déficit en España respondió a las medidas adoptadas en esta autonomía.

No obstante, dejó bien claro que la estabilidad presupuestaria no lo es todo y que, para que el enfermo pueda salir del hospital, son necesarias políticas activas de crecimiento y creación de empleo y una reforma fiscal. Fue en ese punto en el que alertó de que «hemos tocado hueso», y, por tanto, ya no se pueden hacer más recortes si se quiere garantizar el Estado del Bienestar. Así las cosas, abogó por una rebaja de los impuestos, pero partiendo de la base de que «se tiene que mejorar la corresponsabilidad fiscal». Con ello, se mostraba partidario de que, al final, el ciudadano tuviera claro los impuestos que paga y los servicios que recibe, y que se impusiera una especie de «unidad de mercado», mostrándose muy crítico así con las diferencias que hay entre unas comunidades y otras en el pago de tributos como los del juego o patrimonio.

Eso le sirvió al conseller para enlazar con la infrafinanciación de la Comunidad Valenciana. De entrada, concretó que el coste diario de la Sanidad es 15 millones de euros al día, el de la Educación asciende a 10 millones y en Bienestar Social se gastan 2 millones al día. Sin embargo, apuntó que el 75% de los ingresos que recibe el Consell vienen del Estado vía transferencia vertical, a través de las cesiones del IRPF, el IVA y los impuestos especiales, y que las competencias en Sanidad, Educación y Bienestar Social se transfirieron a la Generalitat en 1985, y las condiciones de aquel entonces se han mantenido hasta hoy, mientras que a Castilla-La Mancha se trasvasaron en 2001, con las condiciones de 2001. Con ello, venía a ilustrar el déficit en los ingresos que está ahogando a la Comunidad Valenciana, frente a otras zonas mejor financiadas. «El coste de la Sanidad y la Educación en 2014 va a ser 9.200 millones y sólo recibimos del Estado 8.200 millones. Ni siquiera tenemos para cubrir estos servicios básicos», puntualizó Moragues, quien proclamó que «cualquier ciudadano de España tiene derecho a unos servicios básicos independientemente de dónde viva».

Una vez finalizada la intervención del conseller, una de las personas del público le preguntó cómo se conseguirían recortar los 1.300 millones de euros que son necesarios para cumplir con el objetivo de déficit fijado para 2014, resultante de la diferencia entre el 2,3% de 2013 y el 1% establecido para este ejercicio. Moragues sentenció que la solución está en esa reforma del modelo de financiación autonómica, pero con carácter retroactivo a 1 de enero o con la puesta en marcha de algún otro sistema de compensación, y destacó que así se puso de manifiesto ya en el comité de política fiscal y financiera del pasado mes de julio. Además, indicó que esa reforma pasa necesariamente por seguir criterios de reparto poblacional y por que se garantice la igualdad de acceso a los servicios. De hecho, concluyó que ya no se pueden hacer más recortes y que la desviación sólo se puede corregir por la vía de los ingresos extraordinarios.