Dejar de vender Coca-Cola, pasarse a la competencia y empapelar los bares con panfletos en contra de los despidos... Son algunas de las reacciones que ha generado el cierre de la planta embotelladora de Alicante.

La presión a Coca-Cola se extiende entre la ciudad, amenazada por un expediente de regulación de empleo (ERE) sin precedentes que ha presentado la multinacional.

El rechazo a esta decisión, que también afecta a plantas de Madrid, Mallorca y Asturias, ha crecido entre los diferentes sectores y algunos bares y restaurantes alicantinos han decidido mostrar su apoyo a los trabajadores afectados con campañas de boicot contra la marca.

De esta forma, los propietarios de negocios de hostelería y de restauración de diferentes zonas del centro de la ciudad, como la calle Castaños, en coordinación con otros tres establecimientos, han comenzado a negociar con Pepsi para dejar de servir Coca- Cola a sus clientes si finalmente el ERE sigue su curso.

«No queremos que una empresa que genera tantos millones cierre en Alicante, que es el tercer destino turístico de España. No pueden cargarse la embotelladora de la ciudad y si lo hacen, al final la gente va a beber lo que le pongas en el bar», apunta Álvaro De Francisco, propietario de un establecimiento alicantino.

Así, hosteleros como él ya han comenzado a informar sobre sus intenciones a sus clientes también indignados por la noticia. «Se han mostrado muy a favor de dejar de beber Coca-Cola en apoyo a los trabajadores y no creemos que nos vaya a afectar el cambio de marca. Al final la gente bebe la marca que haya, si le gusta el local y la comida», explica De Francisco.

Como él, otro restaurante, cercano a San Nicolás, se encuentra en negociaciones con Pepsi como señal de protesta por los despidos. «Coca-Cola se bebe y mucho. Es muy importante que siga teniendo presencia en Alicante, pero si cierra, la gente tendrá que beber la bebida de la competencia y no creo que nos afecte demasiado a nuestro negocio», señala Mónica Pérez, encargada de otro establecimiento.

Aunque muchos de los restaurantes y cafeterías zonas como la Rambla o la Explanada, mantienen la normalidad, la solidaridad con los empleados de la fábrica ha llegado también a otros barrios de la ciudad. Ejemplo de ello es un bar de la Plaza América, que tanto dentro como fuera del local tiene colgados carteles contra el ERE.

«No al Ere de Coca-Cola. Si en Alicante no se fabrica en Alicante no se bebe». El mensaje es rotundo a la vista de todos los clientes, si el cierre de la planta en la ciudad se convierte en una realidad, se dejará de suministrar la bebida en la capital alicantina.

Panfletos similares a éste también se han extendido por los establecimientos que han iniciado el boicot. Otro lema que circula por algunos bares dice «La fórmula de la Coca-Cola: + 900 millones de beneficio, -750 puestos de trabajo, >900 millones de beneficios».

En este sentido, desde la Asociación de Locales de Ocio confirmaron que los bares y restaurantes están orquestando una campaña para presionar a la empresa multinacional a través de las redes sociales y que hasta incluso hay pubs que animan a ofrecer resistencia al cierre de la planta alicantina desde sus micrófonos.

«Hay propietarios de establecimientos de ocio que están tratando de pactar un precio para llevar Pepsi a sus clientes y también hay quien lleva días reforzando las existencias que tienen en los almacenes para disponer de stock suficiente cuando comience la huelga de los trabajadores», explica Lalo Díez, el presidente de la Asociación de Locales de Ocio de Alicante.

Además, empresarios también han denunciado que la compañía no se ha puesto en contacto con ellos para ofrecerles una alternativa de suministro.

Así, ante un cierre amenazador, los dueños de los bares consultados tienen claro en respaldar a los empleados de Coca-Cola y tantean las propuestas de Pepsi, que trata de aprovechar la ocasión.Sin embargo, algunos de ellos opinan que el precio que, finalmente, proponga la empresa de la competencia no será sustancial.