El Sabadell ha decidido colocar el cartel de «se alquila» en dos de los edificios más emblemáticos de la antigua CAM: las sedes históricas que la ya extinta caja de ahorros poseía en Alicante y Valencia. Dos inmuebles señoriales, ubicados en las zonas nobles de ambas ciudades que en su día representaron el poder de la ahora malograda entidad pero a los que hoy en día el Sabadell ya no encuentra utilidad y mantiene cerrados desde hace algunos meses.

Por su cercanía y por la importancia que tuvo, el caso más llamativo es el de la antigua sede central de la caja en el número 40 de la calle San Fernando de Alicante, una dirección que siguió siendo el domicilio social oficial de la entidad hasta prácticamente su intervención por parte del Banco de España.

Inaugurado en 1923 y obra del arquitecto Juan Vidal -el mismo que diseñó el Palacio de la Diputación o la Casa Carbonell-, tras la fusión de la Caja del Sureste y de la CAPA, que supuso concentrar en el moderno edificio de la avenida de Óscar Esplá los servicios centrales de la nueva entidad, el palacete albergó durante largos años la dirección territorial de Alicante de la CAM y de su Obra Social.

Tras la intervención y posterior subasta, el propio Sabadell mantuvo en él la dirección comercial regional, además de diversos departamentos de la filial inmobiliaria -Solvia- y también la utilizó para las reuniones del plan de recolocación de los empleados que se vieron afectados por el ERE del año pasado.

Sin embargo, una vez normalizada la situación, los nuevos responsables decidieron reestructurar la organización de la entidad y concentraron los departamentos en el resto de inmuebles que heredaron de la antigua caja de ahorros en la capital de la provincia, donde la intención es mantener un centro administrativo regional con una importante actividad.

El resultado es que el edificio permanece sin uso desde el último trimestre del año pasado, algo que no casa con la filosofía del nuevo plan trienal del grupo, que pone el acento en rentabilizar todas las adquisiciones. Durante algún tiempo los especialistas del Sabadell estuvieron barajando diversas opciones, incluida la posibilidad de reformar el edificio para convertirlo en viviendas. Una idea que se acabó desechando por su complejidad -la distribución del edificio, que incluye, por ejemplo, un pequeño auditorio, no casa con un uso residencial- y, sobre todo, por su coste. Además, tampoco se veía la suficiente demanda como para justificar semejante operación.

Ante esto se ha optado por sacarlo al mercado como edificio de oficinas y se está buscando posibles candidatos que estén interesados. Ya ha habido algunos contactos aunque, según las fuentes consultadas, no se ha recibido ninguna oferta en firme. En principio, desde el Sabadell prefieren alquilarlo ya que, en las actuales circunstancias del mercado inmobiliario, consideran que es la opción con la que pueden sacarle más provecho. Sin embargo, dejan la puerta abierta a su posible venta si se recibiera una propuesta que generara plusvalías.

Igualmente, desde el banco destacan que se trata de un «edificio con un gran potencial, en una situación preferente y con un valor indudable», por lo que quiere «actuar con responsabilidad».

Propiedad de los empleados

En el caso de la sede de Valencia, situada en la calle Pascual y Genís, en pleno centro financiero y comercial de la capital de la Comunidad, el Sabadell ha decidido también trasladar a los trabajadores de Solvia que ocupaban el inmueble a unas oficinas en la denominada Ciudad Ros Casares: un complejo a las afueras del municipio que la entidad se quedó el año pasado en propiedad en pago por las deudas que acumulaba su promotor.

En este caso la situación es algo más compleja ya que, en realidad, el edificio de Pascual y Genís pertenece al fondo de pensiones de los empleados de la CAM desde que, en 2008, el exdirector general de la caja Roberto López tuviera la idea de vendérselo -junto con la sede de Óscar Esplá y la delegación de Barcelona- para obtener liquidez en un momento en que la crisis empezaba a apretar. Esto limita las opciones del Sabadell al alquiler aunque, según apuntan desde la entidad, posiblemente sea más fácil de colocar que la antigua sede alicantina ya que la demanda de oficinas en mayor en Valencia.