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Santa Ana logra un acuerdo con los bancos y saca a la Villa Universitaria del concurso

El grupo inmobiliario alicantino negocia la entrada de un fondo de inversión en el capital del complejo residencial

La Villa Universitaria de Alicante del grupo Santa Ana. isabel ramón

La filial del grupo Santa Ana propietaria de la Villa Universitaria de Alicante -Consorcio Empresarial San Vicente Sur SA- ha logrado un acuerdo con los bancos para reestructurar su deuda y abandonar así la situación concursal en la que se encontraba desde diciembre del año pasado, según confirmaron ayer fuentes de la propia compañía, que aseguraron que el juzgado también ha aceptado ya el plan de viabilidad propuesto.

De acuerdo con los términos pactados en dicho convenio, la mercantil dispondrá de hasta nueve años de plazo, con dos de carencia, para abonar íntegramente los 24,3 millones de euros que debe a SabadellCAM, la Sareb -que heredó los créditos de Bankia- y la Sociedad de Garantía Recíproca pero, a cambio, se ha comprometido a buscar un nuevo socio que quiera aportar capital para rebajar cuanto antes el importe de esta deuda y garantizar los planes de futuro del complejo universitario.

Al respecto, el máximo responsable de la compañía, el expresidente del Alicante C.F. Juan Antonio Iniesta, aseguró que ya se está negociando con varios fondos que estarían interesados en adquirir una participación en el negocio. Así, Iniesta señaló que el sector de las residencias universitarias es objeto en estos momento de la atención de este tipo de inversores por su «carácter recurrente y estable» y recordó que el principal operador de este tipo de complejos en España, RESA, es propiedad del fondo de capital riesgo Azora.

La Villa Universitaria se encuentra situada junto al campus de San Vicente y cuenta con 234 alojamientos para estudiantes y 160 para profesores y congresistas, además de salones de reuniones y un auditorio. El grupo Santa Ana decidió solicitar voluntariamente el concurso de acreedores en diciembre del año pasado cuando el traspaso de los activos de Bankia al también conocido como «banco malo» interrumpió las negociaciones que mantenía con esta entidad para refinanciar la deuda y ante el riesgo de que la Sareb pudiera solicitar la ejecución de la misma.

La petición se produjo apenas tres meses después de que la matriz del grupo, Coprovi, hubiera logrado superar su propio concurso de acreedores tras llegar a otro acuerdo con los bancos.

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