Con semblante serio, aspecto demacrado y 400.000 euros menos en su cuenta corriente salió anoche de la prisión madrileña de Soto del Real quien fuera máximo responsable de las inversiones inmobiliarias de la CAM apenas 22 horas después de que le enviara allí, junto al exdirector general Roberto López, el juez Gómez Bermúdez. El magistrado, que imputa a Daniel Gil varios delitos relacionados con la ocultación de grandes sumas de dinero al fisco sirviéndose para ello de una mercantil participada por la entidad, había acordado su puesta en libertad por la mañana, nada más constatar que el exalto cargo había hecho frente al pago que los 400.000 euros (100.000 menos de los que reclamaba el fiscal) que apenas unas horas antes le había impuesto como fianza.

Con un anorak oscuro que no sobraba en la fría noche de ese paraje de la sierra norte de Madrid, pantalón claro y una pequeña bolsa de viaje en la mano, Daniel Gil fue de los últimos, si no el último, de los internos en salir ayer en libertad de esa prisión. Lo hizo casi al mismo tiempo que un patriarca gitano a quien, entre gritos de júbilo, recibió su numerosa familia que llevaba aguardando ese momento tanto tiempo como el abogado del exejecutivo, la única persona que acudió a recogerle. Con el letrado y en un taxi que les estaba esperando Gil Mallebrera salió del penal sin que en los escasos pero a buen seguro eternos metros que le separaban del vehículo levantara la mirada del suelo. Una mirada que reflejaba la tensión y el cansancio acumulado desde que a primeras horas de la mañana del miércoles dos agentes de paisano de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil le detuvieran en su domicilio. Bien peinado aunque con barba de varios días y visibles signos de agotamiento, el exejecutivo de la CAM caminó a paso ligero aguantando sin manifestar queja alguna el trabajo de los escasos medios de comunicación que a esas horas aún quedaban en las inmediaciones de una prisión acostumbrada a los focos desde que cuenta con el extesorero del PP Luis Bárcenas entre sus inquilinos.

Una vez libre, Daniel Gil no podrá salir de España y tendrá que presentarse cada quince días en la comisaría o juzgado que designe. Estas han sido las medidas cautelares impuestas por el juez, las misma que decretó para López Abad en julio del año pasado.